La ilusión viva no se disipa
como se desvanecen los sueños.
Ningún rumor, ningún zumbido
es capaz de disiparla,
ningún ruido, ningún estruendo
se desprende de ella.
Borrosas y ambiguas
son las imágenes en los sueños,
lo que permite interpretarlos
de muchas formas diferentes.
Ilusión viva significa ilusión viva
y esto es un gran enigma.
Para los sueños hay llaves.
La ilusión viva se abre sola
Y no se deja cerrar.
De ella se esparcen
diplomas escolares y estrellas,
caen mariposas
y grandes planchas viejas,
gorros sin cabezas
y jirones de nubes.
De esto surge
Un jeroglífico insoluble.
Sin nosotros no habría sueños.
Aquél, sin el cual no habría ilusión viva,
se desconoce,
y el producto de su desvelo
se le contagia a cada uno
que se despierta.
No son locos los sueños,
loca es la ilusión viva,
aun cuando sea por la obstinación
con la que se sostiene
al curso de los acontecimientos.
En los sueños aún vive
nuestro difunto reciente,
hasta goza de salud
y de recobrada juventud.
La ilusión viva tiende ante nosotros
su cuerpo muerto.
La ilusión viva no retrocede ni un paso.
La liviandad de los sueños ocasiona
que la memoria se desprenda fácilmente de
ellos.
La ilusión viva no tiene que temerle al
olvido.
Es una buena pieza
Se nos planta en el cuello,
nos oprime el corazón,
nos desploma.
No hay modo de escapar de ella,
porque en cada escapada nos acompaña.
Y no existe ninguna estación
en la ruta de nuestro viaje,
donde no nos esté esperando.