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jueves, marzo 29, 2018

A Los Quince De La Plaza De Loreto


Esposito, Fiorani, Fogagnolo,
Casiraghi, ¿quiénes sois? ¿Vosotros nombres, sombras?
Soncini, Principato, ¿apagados epígrafes,
vosotros, Del Riccio, Temolo, Vertemati,
Gasparini? ¿Hojas de un árbol
de sangre, Galimberti, Ragni, vosotros,
Bravin, Mastrodomenico, Poletti?
Oh cara sangre nuestra que no ensucia
la tierra, sangre que inicia la tierra
en la hora de los mosquetones. Sobre las espaldas
vuestras llagas de plomo nos humillan:
demasiado tiempo pasó. De nuevo cae muerte
de bocas fúnebres, piden muerte
las banderas extranjeras en las puertas
aún de vuestras casas. Temen
de vosotros la muerte, creyéndose vivos.
No es la nuestra una guardia de tristeza,
no es vigilia de lágrimas en las tumbas;
la muerte no ensombrece cuando es vida.




Salvatore Quasimodo & Carlo Frabetti & A Los Quince De La Plaza De Loreto




Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti

domingo, marzo 25, 2018

Enemiga De La Muerte


a Rossana Sironi




Tú no debiste, querida,
arrancar tu imagen del mundo,
quitarnos una medida de belleza.
Enemigos de la muerte, ¿qué haremos
inclinados ante tus pies rosa,
sobre tu costado violeta?
No has dejado hoja ni palabra
de tu último día o un no a cada cosa
aparecida sobre la tierra, un no al monótono
diario de los hombres. La triste, estival
ancla de luna arrastró
tus sueños: colinas árboles luz,
noches aguas; no confusos
pensamientos, sueños verdaderos
arrancados de la mente que decidió
súbitamente por ti
el tiempo, la vileza futura. Ahora
estás tras duras puertas,
enemiga de la muerte. –¿Quién grita? ¿Quién grita?-
Has matado de un soplo a la belleza
la has fulminado para siempre, la has desgarrado
sin un lamento por su loca
sombra, que extiende sobre nosotros. No bastaban,
belleza, soledad deshecha.
Has hecho un gesto en la oscuridad, has escrito
tu nombre en el aire o ese no a todo
lo que bulle a uno y otro lado del viento.
Sé lo que querías con el vestido nuevo,
conozco la pregunta que vuelve vacía.
No hay para nosotros, no hay para ti respuesta,
oh musgo y flores, oh querida
enemiga de la muerte.



Salvatore Quasimodo & Carlo Frabetti & Enemiga De La Muerte




Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti

martes, marzo 06, 2018

I Soldati Piangono Di Notte


Né la Croce né l’infanzia bastano,
il martello del Golgota, l’angelica
memoria a schiantare la guerra.
I soldati piangono di notte
prima di morire, sono forti, cadono
ai piedi di parole imparate
sotto le armi della vita.
Numeri amanti, soldati,
anonimi scrosci di lacrime.





Salvatore Quasimodo

Alle Fronde Dei Salici


E come potevamo noi cantare
con il piede straniero sopra il cuore,
fra i morti abbandonati nelle piazze
sull’erba dura di ghiaccio, al lamento
d’agnello dei fanciulli, all’urlo nero
della madre che andava incontro al figlio
crocifisso sul palo del telegrafo?
Alle fronde dei salici, per voto,
anche le nostre cetre erano appese,
oscillavano lievi al triste vento.





Salvatore Quasimodo


jueves, agosto 25, 2016

Los Soldados Lloran De Noche


Ni la cruz ni la infancia bastan,
ni el martillo del Gólgota, la angélica
memoria, para quebrar la guerra.
Los soldados lloran de noche
antes de morir, son fuertes, caen
a los pies de palabras aprendidas
bajo las armas de la vida.
Números amantes, soldados,
anónimas lluvias de lágrimas.





Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti


miércoles, octubre 14, 2015

El Falso Y Verdadero Verde


Tú ya no me esperas con el corazón vil
del reloj. Da igual que abras
o fijes la desolación: quedan horas
ásperas, desnudas, con golpear de hojas
súbitas en los vidrios de tu
ventana, alta sobre dos calles de nubes.
Me queda la lentitud de una sonrisa,
el cielo oscuro de un vestido, el terciopelo
color herrumbre atado a los cabellos
y suelto sobre los hombros y tu rostro
hundido en un agua casi inmóvil.

Golpes de hojas rugosas de amarillo,
pájaros de hollín. Otras hojas
ahora agrietan las ramas y ya vuelan
en confusión: el falso y verdadero verde
de abril, la carcajada
del seguro florecer. ¿Y tú no floreces,
no das días ni sueños que asciendan
de nuestro más allá, no tienes ya tus ojos
infantiles, no tienes ya manos tiernas
para buscar mi rostro que se escapa?
Queda el pudor de escribir versos
de diario o de lanzar un grito al vacío
o en el corazón increíble que lucha
todavía con su tiempo desplomado.




Salvatore Quasimodo


Traducción de Carlo Frabetti


martes, junio 16, 2015

Hombre De Mi Tiempo


Todavía eres el de la piedra y la honda,
hombre de mi tiempo. Estabas en la carlinga,
con las alas malignas, los cuadrantes de muerte,
—te he visto— en el carro de fuego, en las horcas,
en los potros de tortura. Te he visto: eras tú,
con la ciencia precisa dispuesta para el exterminio,
sin amor, sin Cristo. Has matado de nuevo,
como siempre, como 
mataron los padres , como mataron
los animales que te vieron por primera vez.
Y esta sangre 
huele como el día
en que el hermano dijo al hermano:
«Vamos a los campos.» Y aquel eco frío, tenaz,
ha llegado hasta ti, a tu jornada.
Olvidad, oh hijos, las nubes de sangre
que se elevaron de la tierra, olvidad a los padres:
sus tumbas se hunden en las cenizas,
los pájaros negros, el viento, cubren su corazón.


Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti

De La Red Del Oro


De la red del oro cuelgan arañas repugnantes.





Salvatore Quasimodo


Traducción de Carlo Frabetti





martes, octubre 07, 2014

Sólo Con Que amor Te Alcance


No olvides que vives en medio de los animales
los caballos los gatos las ratas de cloaca
brunas como la mujer de Salomón tremendo
campo de banderas desplegadas,
no olvides el perro con lengua y rabo
de armonías de lo irreal ni el lagarto el mirlo
el ruiseñor la víbora el fuego. Te gusta pensar
que vives entre hombres puros y mujeres
virtuosas que no tocan
el grito de la rana en celo, verde
como la más verde rama de la sangre.
Los pájaros te miran desde los árboles y las hojas
no ignoran que la Mente ha muerto
para siempre, su reliquia sabe a cartílago
quemado a plástico corrupto; no olvides
que eres un animal hábil y sinuoso
que violenta tórrido y lo quiere todo aquí
en la tierra antes del último grito
cuando el cuerpo es cadencia de memorias apelmazadas
y el espíritu se apresura hacia el fin eterno:
recuerda que puedes ser el ser del ser
sólo con que amor te alcance de lleno en las vísceras.


Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti


lunes, octubre 06, 2014

Más Allá De Las Ondas De Las Colinas


No se te ha escapado la vida por cábalas
o híbridos emblemas de zodíaco o sílabas
y números ordenados para redescubrir
el mundo. Pero has estado en cautividad
midiendo, con la arena y la sangre,
los silencios las voces de la muerte,
más allá de las ondas de las colinas.


Salvatore Quasimodo.

Traducción de Carlo Frabetti

sábado, septiembre 27, 2014

El Muro




Contra ti alzan un muro

en silencio, piedra y cal piedra y odio,
cada día desde zonas más elevadas
bajan la plomada. Los albañiles
son todos iguales, pequeños, oscuros
de rostro, maliciosos. En el muro
apuntan juicios sobre los deberes
del mundo, y si la lluvia los borra
los reescriben, con trazos
aún más amplios. De vez en cuando alguno cae
de los andamios y enseguida otro
corre a ocupar su puesto. No visten monos
azules y hablan en una jerga alusiva.
Alto es el muro de roca,
en los huecos de las vigas ahora se deslizan
reptiles y alacranes, cuelgan hierbajos negros.
La oscura defensa vertical evita
desde un solo horizonte los meridianos
de la tierra, y el cielo no cubre.
Al otro lado de este reparo
tú no pides gracia ni confusión.



Salvatore Quasimodo


Traducción de Carlo Frabetti



miércoles, septiembre 24, 2014

No He Perdido Nada


Todavía estoy aquí, el sol gira
a mis espaldas como un halcón y la tierra
repite mi voz en la tuya.
Y recomienza el tiempo visible
en el ojo que redescubre la luz.
No he perdido nada.
Perder es ir al otro lado
de un diagrama de cielo
por movimientos de sueños, un río
lleno de hojas.







Salvatore Quasimodo


Traducción de Carlo Frabetti



lunes, agosto 25, 2014

En Las Frondas De los Sauces


¿Cómo hubiéramos podido cantar
con el pie extranjero sobre el corazón,
entre los muertos abandonados en las plazas
sobre la hierba dura de hielo, ante el lamento
de cordero de los niños, el alarido negro
de la madre que iba hacia el hijo
crucificado en el poste de telégrafo?

En las frondas de los sauces, como ex-votos,
también nuestras liras estaban colgadas,
oscilaban leves al triste vient0.









Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti


lunes, julio 07, 2014

Y Enseguida Anochece


Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece.















Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti