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sábado, agosto 02, 2025

Solitario Invencible



Resbalando
Como canasta de amarguras
Con mucho silencio y mucha luz
Dormido de hielos
Te vas y vuelves a ti mismo
Te ríes de tu propio sueño
Pero suspiras poemas temblorosos
Y te convences de alguna esperanza


La ausencia el hambre de callar
De no emitir más tantas hipótesis
De cerrar las heridas habladoras
Te da una ansia especial
Como de nieve y fuego
Quieres volver los ojos a la vida
Tragarte el universo entero
Esos campos de estrellas
Se te van de la mano después de la catástrofe
Cuando el perfume de los claveles
Gira en torno de su eje











Vicente Huidobro


miércoles, julio 30, 2025

Contra El Yo



Escribo en contra del yo, aunque se cante así misma mi canción
No es más que una confesión, soy viudo de ambición
Mi verso nace libre, pues confío en mi intuición
Ya no ansío la ovación, solo aspiro a la emoción


Ya no hay duda alguna, agradecido de estar vivo
A nadie envidio, soy consciente de mi fortuna
Porque tengo el amor y porque tengo la escritura
En la que tengo este don de hacer volar con la pluma


La luna suspendida en lo alto como una campana
Mary duerme y es luciérnaga en la noche, mi ventana
Todo este tiempo estuve afinando mi corazón
Para poder entonar para ti ahora, la gran canción


Si dices que mi verso está marcado por lo eterno
Digo: "Tú también, pues infinito es nuestro encuentro"
Estamos todos juntos dentro de este mismo barco
Amiga mía, el universo es un puerto naufragando


Y aunque soy completamente consciente de este naufragio
Vivo ya sin miedo, porqué la vida es un milagro
Increíble como el arte me permite ver más hondo
Y como ofrenda traigo a la superficie lo que hay en el fondo


¿Qué es este estertor tortuoso?
¿Está prisa que todo lo vuelve borroso?
Poco a poco, la vida nos va agriando la saliva
Y en su ida nos oxida con su patina, los ojos


¿La liberación o el yugo?
Nos habita la contradicción, somos la gula y el ayuno
Lo prohibido nos incita, excita con pasión indómita
El deseo por la incógnita y tras el coito, la cuita


¿Otra vez mis manos manchadas de tinta?
Qué extraña la vida, siempre igual y siempre distinta
Nacimiento y muerte son uno
Como el espectáculo del crepúsculo: ósculo de la luz con lo oscuro


Eres el sol, la luna, eres Jesús, eres Buda
Eres tu madre, alguien, todo, nadie
Todo va deprisa el tiempo se desliza
Nada cristaliza, la muerte y el amor son insobornables


El tiempo nos persigue huyendo
Pero es un tiempo mundanal
El transcurso universal no tiene tiempo
Estoy de paso por lo eterno
Viviendo sin envidiar lo que otros tienen y sin miedo a perder lo que tengo


Odio y egoísmo nacen de un corazón vacío
Un ser verdaderamente pleno vive agradecido
Hoy solo me hace feliz, hacer feliz a los míos
Y es que solo así, la felicidad cobra sentido


Son izquierdas mis dos manos
Pero tengo la palabra y con ella el milagro
De lograr ganarme el pan con el alma
Aunque ahora todo cuanto mendigo es para ofrendar
Pues ya sé que se pierde aquello que no se da


Algunos pasan persiguiendo la riqueza tanto tiempo
Que cuando por fin son ricos, se los lleva el viento
¿Así qué quién es el que está en lo cierto?
¿Quién desea lo que ya es suyo, o quién vive persiguiendo?


Vivamos al revés, no ante cada instante como si fuera el último
Sino como si fuera la primera vez
Con el asombro del niño y la serena vejez
Sin ambición, sin prisa, sin odio, sin miedo, sin juez


Ahora presencio el silencioso descenso del sol
Sobre el inmerso y terso lienzo, adieso pienso: ¿quién soy?
Yo solo soy un soñador, un mudo cantante
Yo no sé cantar, pero puedo hacer que las cosas canten


Aunque no sé si es un don o es una enfermedad esta sensibilidad
Llorar es lavarse el alma en realidad
El estro es tan fugaz, hay que disparar para atraparlo
Y tras mis párpados, encuentro la paz, come de mi mano


No sé si mi rima ayuda, que esa duda tuya huya
Pero escucha: El amor siempre vence sin lucha
Como tú y yo, dos amantes fervientes
Cruzando de la mano la existencia como un río sin puentes


Arriba el símbolo, Sirio en su ígneo giro
Abajo el himno, el silbo del mirlo en el mirto
Y en mitad nosotros, conscientes de este delirio
Testigos de un destino previsto y desconocido


Y si la muerte se me lleva, sin aviso antes de tiempo
Que quede constancia aquí, de que fui un hombre pleno
Que abrí el regalo de vivir y encontré todo dentro
Y que escribir, no fue más que mi forma de agradecerlo


Así que, de mi cuerpo frío, amor mío, haz polvo fino
Si me voy primero y rozar tus pies en el camino
Ayer busqué la inspiración en el dolor y me hice daño
Y cuando el corazón vence al ego, el necio se convierte en sabio


Y el sabio está concentrado en lo trascendente
El necio distraído en el ruido del vulgo
Por eso, al final el necio tatúa en la piel de la serpiente
Mientras que el sabio tatúa en el alma del mundo


Algunos hoy me miran como a un loco por que soy feliz
La belleza no estaba en el paisaje, la belleza está en mí
No soy lo que tengo, por fortuna tengo lo que soy
Al fin me he vencido y hoy soy más fuerte que yo














Rafael Lechowsky





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Enlace a la versión musicalizada de Contra El Yo en la voz de Rafael Lechowsky:



Contra El Yo






sábado, junio 07, 2025

Lo Que Esperamos



Tardará, tardará.


Ya sé que todavía
los émbolos,
la usura,
el sudor,
las bobinas,
seguirán produciendo
al por mayor,
en serie,
iniquidad,
ayuno,
rencor,
desesperanza,
para que las lombrices con huecos portasenos,
las vacas de embajada,
los viejos paquidermos de esfínteres crinudos,
se sacien de adulterios,
de hastío,
de diamantes,
de caviar,
de remedios.


Ya sé que todavía pasarán muchos años
para que estos crustáceos
del asfalto
y la mugre
se limpien la cabeza,
se alejen de la envidia,
no idolatren la saña,
no adoren la impostura,
y abandonen su costra
de opresión,
de ceguera,
de mezquindad,
de bosta.


Pero, quizás, un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro les sirva para sentirse humanos,
ser hombres,
ser mujeres,
-no cajas de caudales,
ni perchas desoladas-,
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.


Y entonces...
¡Ah!, ese día
abriremos los brazos
sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo,
hasta de nuestra sombra;
y seremos capaces de acercarnos al pasto,
a la noche,
a los ríos,
sin rubor,
mansamente,
con las pupilas claras,
con las manos tranquilas;
y usaremos palabras sustanciosas,
auténticas;
no como esos vocablos erizados de inquina
que baben las hienas al instarnos al odio,
ni aquellos que se asfixian
en estrofas de almíbar
y fustigada clara de huevo corrompido;
sino palabras simples,
de arroyo,
de raíces,
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco;
o mejor todavía
guardaremos silencio
para tomar el pulso a todo lo que existe
y vivir el milagro de cuanto nos rodea,
mientras alguien nos diga,
con una voz de roble,
lo que desde hace siglos
esperamos en vano.











Edgar Degas : L'attente







Oliverio Girondo



domingo, diciembre 22, 2024

Ajedrez



El ajedrez ha sido tabla de salvación. Más que la poesía. En los momentos aciagos, cuando no entiendo nada de lo que leo o de lo que pasa, cuando el cielo me ha expulsado de sí, emprendo el camino del escaque lleno todo de inercia. Ahí llegan los rivales. Empiezan a hacer maravillas con las piezas a tal punto que a la próxima partida la concentración está indignada, excitada.





en el ojo que redescubre la luz.



Te asiste incluso la alegría de la derrota digna.



Cuando la palabra te abandona, cuando ya la palma no vigila con el amor de la tierra el destino de los hombres, cuando no pronuncia mantras de puro viento sin blanco, el reducto de 64 escaques está ahí para emplazar el mundo, para incendiar tu sangre.








Chessboard by Martin Rak








Mauricio Alejandro Moreno


miércoles, septiembre 25, 2024

Buscando América



Te estoy buscando América
Y temo no encontrarte
Tus huellas se han perdido
Entre la oscuridad


Te estoy llamando América
Pero no me respondes
Te han desaparecido
Los que temen la verdad


Envueltos entre sombras
Negamos lo que es cierto
Mientras no haya justicia
Jamás tendremos paz


Viviendo dictaduras
Te busco y no te encuentro
Tu torturado cuerpo
No saben dónde está


Si el sueño de uno
Es sueño de todos
Romper la cadena
Y echarnos andar

Tengamos confianza
Pa' lante mi raza
A salvar el tiempo
Por lo que vendrá


Te han secuestrao América
Y amordazao tu boca
Y a nosotros nos toca
Ponerte en libertad


Te estoy llamando América
Nuestro futuro espera
Y antes que se nos muera
Te vamos a encontrar


Te estoy buscando América
Te estoy llamando América
Luchando por la raza
Y nuestra identidad


Te estoy buscando América (esta es mi casa)
Te estoy llamando América
Y vamos a encontrarte
Entre esta oscuridad


Te estoy buscando América
Te estoy llamando América
Te han desaparecido
Los que niegan la verdad


Te estoy buscando América
Te estoy llamando América
Y a nosotros nos toca
Hoy ponerte en libertad
















Rubén Blades






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Enlace a Te Estoy Buscando América en YouTube:

Te Estoy Buscando América









domingo, agosto 04, 2024

Tierra Cansada


 (Romance pequeño) 


La tierra se va cansando,
la rosa no huele a rosa. 
La tierra se va cansando 
de entibiar semillas rotas,
y el cansando de la tierra
sube en la flor que deshoja
el viento... Y allí, en el viento
se queda...


La mariposa
volará toda una tarde
para reunir una gota
de miel...


Ya no son las frutas
tan dulces como eran otras...
Las canas enjutas hacen
azúcar flojo... Y la poca
uva, vino que no alegra...
La rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de la raíz a las hojas,
la tierra se va cansando.
(Rosa, rosita de aromas...,
la de la Virgen de Mayo,
la de mi blanca corona...
¿Qué viento la deshojó?)
¡Me duele el alma de sola!...


(La Virgen se quedó arriba
toda cubierta de rosas...)


¡No me esperes si me esperas,
Rosa más linda que todas!...


La tierra se va cansando...
El corazón quiere sombra...


















Dulce María Loynaz



jueves, agosto 01, 2024

Ahora Hablo De Gaitas



Gaitas lejanas la noche
nos ha metido en el alma.
¿Vienen sus voces de adentro
o de allá de la distancia?



—De adentro y de la distancia,
¡porque aquí entre nosotros
cada cual lleva su gaita
en los repliegues del alma!


—Compadre José Morillo,
no toque más su guitarra:
¡oigamos mejor las gaitas
que nos cuentan su nostalgia!


—¡Llenen mi copa de ron,
de ron blanco como el agua!
¡Yo quiero sentir lo mismo
que sintieron mis abuelos
cuando escuchaban las gaitas,
colmando sus noches hondas
con aguardiente de caña!


—En este camino largo,
lleno de sombra y distancia,
sobre la tierra sentado
voy a escuchar mi gaita.


—Y aquellos que no comprenden
la voz que suena en sus almas
y apagan sus propios ecos
con las músicas extrañas,
que se sienten en la tierra
para que escuchen lo dulce
que han de sonar sus gaitas.


Cuando la estrella del alba
nos venga a bañar el rostro
y ya nos inunde a todos
fresca luz de la mañana,
compadre José Morillo:
¡entonces serán más puras
las voces de nuestras gaitas!

















Jorge Artel


miércoles, julio 31, 2024

Admonición A Los Impertinentes



Yo deseo estar solo. Non curo de compaña.
Quiero catar silencio. Non me peta mormurio
ninguno a la mi vera. Si la voz soterraña
de la canción adviene, que advenga con sordina:
si es la canción ruidosa, con mi mudez la injurio;
si trae mucha música, que en el Hades se taña
o en cualquiera región al negro Hades vecina...
Ruido: ¡Callad! Pregón de aciago augurio!
Yo deseo estar solo. Non curo de compaña.
Quiero catar silencio, mi sóla golosina.


Como yo soy el Solitario,
como yo soy el Taciturno,
dejadme solo.


Como yo soy el Hosco, el Arbitrario,
como soy el Lucífugo, el Nocturno,
dejadme solo.


Mi sandalia (o mi abarca o mi coturno)
no los piséis, tumulto tumultuario,
dejadme solo.


Judeo, quechua, orangutánida, ario,
—como soy de la estirpe de Saturno—
dejadme solo.


Decanto en mi rincón mínimo canto,
silencioso; alquimista soy señero,
juglar oculto, absconto fabulante.
Dejadme solo.


Buen catador (soto mísero manto)
Buen tañedor (sin Amati o Guarniero)
Alto cantor (aunque bajo cantante)
Dejadme solo.


Dejadme solo. Non quiero compaña.
Dejadme esquivo. Non gusto coreo.
Non paventad: non presumo de Orfeo
desasnador de cerril alimaña.


Dejadme solo soplando mi caña
silvestre. Non pétame pueril ronroneo.
Non son adamado. Non son sigisbeo.
Son áspero, másculo. Son rudo, sin plaña.


Sin queja. Más mudo que Beethoven sordo.
Sin laude. Más zurdo que Cervantes manco.
Sin pathos. Más seco que no Falstaff gordo.
Solitario. Adusto. Voy único a bordo.
Espíritu en negro. Corazón en blanco.


Y esquivo dejadme. Soy notas-arranco
de mi clavecino. Soy fábulas-bordo
sobre el cañamazo de mi pentacordo.
Soy facecias-urdo. Por dentro me estanco.
Dejadme señero: jamás me desbordo.


Como yo soy el Solitario,
como yo soy el Taciturno,
como yo soy el Hosco, el Arbitrario,
como soy el Lucífugo, el Nocturno,
dejadme solo.


Como soy Leo Atrabiliario,
como soy Sergio el Estepario,
como soy Proclo Extravagario,
como ya tengo el Cuervo y el Vulturno
de los acerbos choznos de Saturno,
dejadme solo.


Dejadme solo. Non quiero compaña.
Dejadme esquivo. Non gusto coreo.
Non paventad. Non presumo de Orfeo
desasnador de cerril alimaña.


No viene a mí, ni voy a la montaña.
Ni vasallo ni César, Juez ni Reo:
Sergio Estepario, Estrafalario Leo.
Con mi tonel. De mi cruz cirineo.
Rey de Burlas, soberbio: cetro o caña
pares le son a mi elación huraña.
Dejadme solo.
















León de Greiff





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Enlace a Admonición A Los Impertinentes en la voz del poeta:


Admonición A Los Impertinentes



martes, julio 30, 2024

Manifiesto Nadaísta al Homo Sapiens



«La unión del yo con el vino es un poema. La unión del yo con la mujer es un poema. La unión del cielo con la tierra es un poema. Pero el poema que hemos debido escuchar ha paralizado nuestro entendimiento»(1).

Henri Michaux







En vista de que nadie hace nada; en vista de que todo sigue peor; en vista de que ya truenan los regimientos Atómicos; en vista de que estamos hartos de hacer «literatura»; en vista de que Dios se durmió a la sombra del manzano del Paraíso; en vista de que el Diablo se durmió sobre sus adormideras; en vista de que la Historia es un mito sanguinario; en vista de que el Famoso Espíritu Moderno apesta a intestinos rotos; en vista de todos… los Nadaístas resolvemos decir ¡ B A S T A ! a estas sublimes porquerías; declarar cesante el mito de la Inteligencia, y llevar a su casa, a su conciencia, un átomo de locura, de duda, una Bomba de Desesperación Salvadora para que usted despierte, o en caso contrarío, reviente.


Pateamos la piedra tumbal y resucitamos. Sonó la hora de bautizar la Tierra con una nueva barbarie purificadora. El planeta hiede a almas muertas. No más resignación, no más éxtasis, no más nihilismo. Se abre el proceso: vamos a acusar, a enterrar a los muertos, a limpiar la Tierra de excrementos. ¡Vamos a vivir!


Nuestro mensaje es de muerte, seremos tiernos como verdugos. De este cataclismo sólo resucitarán los vivos. Nuestro diluvio es de odio: no perdonaremos.


Somos Ateos por estética, pero si hemos de sustituir a Dios por otro mito, adoraremos a Lucifer el Ángel de la rebelión, el profeta de la destrucción creadora. Con este demonio purgaremos el error de ser hombres, esta horrible cosa arbitraria que resultó de un juego de azar entre un Dios alfarero y el barro más hediondo de la Naturaleza, de cuyas manos salió la embarrada que se titula «Homo Sapiens».


Verdaderamente nos subleva que usted, señor Homo Sapiens, viva como un muerto, como una babosa, como un Ángel, abrazado a las cien púas del erizo de la imbecilidad, creyéndose un genio por la gracia de Dios, aceptando por toda aventura vital despertar cada mañana para ir al trabajo, dormir para descansar, y comer para sostener en pie su pobre esqueleto.


Sinceramente nos preocupa su situación, nos asusta que usted ni siquiera cometa un crimen al día, y permita que el Bien y la Virtud se apoderen impunemente de su Existencia.


Deje de sonreír idiotamente al Destino y tómese en serio antes de reventar. Deje de hacerse ilusiones con el embeleco de que usted es eterno. Lo que debe preguntarse antes que nada es para qué está vivo, y asumir el terror de lo que este milagroso acontecimiento significa para usted y para el astro que habita.


No sea inocente, deje de tener fe en tanto fetichismo. Ya sabe que el Diablo no perdona tener fe, ni nosotros tampoco.


Les advertimos que si ustedes no cambian, nosotros nos vamos a desafiliar de la Raza Humana, pues hoy lo peor que le pueda pasar a un ser, es ser hombre, o sea, esta salsa para aliñar el Banquete Atómico.


Nosotros estamos avergonzados de pertenecer a la Humanidad. Nos repugna tener dos orejas, dos patas y los otros pares de cosas, y pensar que por este solo hecho uno está condenado a identificarse con la inmunda condición humana.


Estamos terriblemente inconformes de ser vuestros semejantes, vuestros granujas y vuestros cómplices de putrefacción. Por el momento consideramos impúdico atribuirnos un Alma Inmortal, esa cosa fétida en que ustedes fundan vuestro orgullo y vuestras ilusiones de ir al Cielo a disfrutar los dividendos del negocio Teológico, consistente en el crimen de sacrificar la vida de hoy por el cobarde Más Allá.


Sí, amigos, algo nos tiene que diferenciar de ustedes, y en honor a esa diferencia renunciamos gratuitamente a tener alma. Para sentirnos «humanos» nos bastará con tener ombligo, y considerar por toda tradición espiritual del petulante Homo Sapiens, la egregia cultura que nos viene de los micos del Putumayo.


Para iniciar esta revaluación del Espíritu, les comunicamos que mediante un Pacto en el Abismo, los nadaístas le hemos vendido el alma al Diablo, no a cambio de la Inmortalidad, sino de la Vida.


¡Ahora nadie tiene derecho a estar por encima de nosotros, ni siquiera el cielo!


Tenemos el propósito de aceptar el reto de Lucifer, emanciparnos de toda sumisión y fundirnos a la luz del mundo en calidad de simples planetarios que nada tienen afín con la abominable Historia de la Humanidad, ni con sus despreciables conquistas políticas y científicas.


Si usted desea embarcarse en esta peligrosa aventura del Hombre-Sol, en este comunismo de la libertad para conquistar el mundo que aún no existe, pero cuyos pasos de Dragón se avecinan sembrando la muerte en el alma y en los cimientos de esta vil cultura nuclear, ¡rompa las Tablas!; desafíliese de toda vaga noción de Humanidad; arroje sus prejuicios en los hornos crepitantes del desprecio; yérgase con coraje frente a los presagios siniestros del porvenir; ámese como si usted fuera el primero y el último de los hombres, pues con usted nace y termina la Historia.


No hay que ser blandos ni compasivos. Hay que ser crueles, insobornables al Bien. Hay que ser peores que virtuosos. Hay que consumar la muerte del Humanismo en esa región del Espíritu donde el hombre está muerto: en sus ilusiones. La Razón es una rata muerta, hiede. Un vaho de putrefacción asciende por los poros hasta el alma, infecta la carne, la vida, el planeta.


Nosotros haremos la Dedetización del Espíritu, y aplicaremos dosis letales a aquellos cuyo diagnóstico metafísico sea «INRI», y aquellos otros cuyo diagnóstico histórico fundamenten su razón de vivir en el Oriente Mesiánico o en el Maquinismo Occidental.


Todos los valores de esta Civilización maxfactorizada y marxista hay que arrojarlos a la cañería sin excepción. El hombre está corrompido desde la cabeza hasta el coxis. Hay que desmentalizar la carne, adanizar el Espíritu. Nuestra literatura será el purgante para que el hombre, en vez de caca, defeque sus razones.


Para que el hombre no sea aniquilado, para que el Espíritu no sea sentado en la Silla Eléctrica, para que un resto de dignidad animal no nos sea arrebatado por esta Civilización de acero, nosotros prometemos hacer un arte de ignominia que consista en aplastar al hombre sobre un Water Closet, hasta que se eleve como por encima de un pedestal en sus propios excrementos, y sienta que todo eso perfumado que llamaba «Los Valores», no era más que un montón de mierda.


Pero no se haga ilusiones, querido Homo. No crea que le vamos a ofrecer su salvación a precios de quema. El Nadaísmo no es un baratillo de la inteligencia, ni la Gota de Leche de la Paz Mundial, ni un orfanato para pobres de Espíritu, ni menos una Tabla de Salvación. Todo lo que podemos hacer por usted es invitarlo a que suba a esta Tabla de Salvación y se hunda con nosotros.


Nuestro amor por usted, y nuestro desprecio por usted, es invitarlo a participar en nuestra desgracia, y obligarlo a renunciar a toda esperanza de ser salvado.


¿Para qué diablos quiere salvarse, señor Homo, si usted ni siquiera está perdido, si usted probablemente ni siquiera existe?


Y además, no sea bobo, no se deje ilusionar con el mito de la Redención. ¿Acaso usted, en su noble esfuerzo de superación humana, desea convertirse en un Querubín? ¿Qué haría con su asquerosa almita después de ser redimido, o sea, sin la más mínima esperanza, sin el más mínimo problema, sin el más mínimo sufrimiento? No le parece, amigo Homo, que la tal Redención es peor que ese Cielo consistente en no esperar ya más, en no ser ya nunca más? ¿Desea hundirse en semejante aniquilamiento metafísico, en semejante Nada Negativa, en semejante fangosa Eternidad peor que todos los Infiernos?


Cuídese, y no se deje redimir por los Teólogos pragmáticos de este mundo y del Otro. No se deje meter en Cielos Beatíficos donde reina la ausencia de Ser, el olvido de Ser, donde jamás reverdecerá el Olivo. No se deje premiar con la felicidad. Nosotros fuimos felices alguna vez y les comunicamos que la felicidad es la peor desgracia que le pueda pasar a un hombre.


A cambio de la felicidad nosotros ofrecemos la perdición, una cierta desesperación del Espíritu que lo haga consciente de su esplendorosa inutilidad, y por lo mismo, de la esplendorosa fortuna de disfrutar esta Tierra por el breve plazo de una vida, y ser bautizado por las aguas sin esperanzas de la Muerte.


No olvidemos que el hombre es el espermatozoide galáxico de Dios, un milagro con pantalones, y que el mundo es maravilloso una vez más, por última vez. Por eso, señor Homo, apresúrese a desnudarse para que haga el amor con esta Tierra que usted ha despreciado y ofendido a nombre de las Tenebrosas RAZONES de su miserable condición divina, y de su miserable condición humana.


Es verdad que nosotros no tenemos razón, ni pretendemos imponerle a usted una razón de vivir. Simplemente nadie tiene razón, porque no hay razones. Pero se trata de vivir, de no presumir, de recordar que la vida es un inventico estupendo.


Y la prueba de que no hay «razón de vivir» es que la Razón es mortal. No lo dude: mírese al espejo y verá el horrendo espectáculo de su máscara de asesino.


Mire en torno de su adorado universo y no verá más que cadáveres sacrificados por la Justicia, el Amor, la Libertad, la Paz, y las demás porquerías de la Razón humana.


Por fortuna nosotros no somos razonables. ¡Nosotros somos locos!


Pero los Homos podrán preguntarnos: —Señores Locos Nadaístas, y si todo esto les parece tan siniestro, ¿por qué no se matan?


A lo cual nosotros respondemos: —Señores Homos, no nos matamos porque somos los Héroes del Siglo; porque nos gusta hacer el amor; porque el hombre, a pesar de ser hombre, también nos interesa como Monstruo; y porque seguramente somos unos héroes muy cobardes.


El Homo, que en todo quiere tener razón —pues por algo es Sapiens— volverá al ataque:


—Señores Nadaístas, ¿y si ustedes no creen en nada por qué escriben?


Y nosotros diremos:


—Señor Homo, escribimos porque tenemos máquina de escribir, y para ponerle a los calvos los pelos de punta.


Pues el fin de nuestra literatura —que por lo demás se resiste a tener fines— es recordarle todas estas bellas y locas cosas, en el caso de que usted, señor Homo, sea un desmemoriado Y si usted nos permite, se lo recordaremos de todos modos: a palos, a poemas, a bala, en fin, como más le duela.


Se trata, en definitiva de ser otros, de dejar de ser. Pero esto no es un chantaje. Si usted desea seguir siendo libre de ser servil, de ser estúpido, libre de no-ser, nadie le va a disputar ese derecho inalienable, ni pensamos discutirle filosóficamente sus corrompiditos «Derechos del Hombre». Siga teniendo fe en sus tonterías si eso le place, que sea feliz, que engorde, y que Dios lo corone de gloria, pues no mereces otra cosa.


Nosotros hacemos nuestras las palabras de Zaratustra, y con ellas iremos al combate. Pero no aspiramos triunfar sobre ustedes, ni matarlos, pues ustedes ya están muertos. No aceptaremos ninguna victoria que no sea una victoria sobre nosotros mismos. Vuestra guerra o vuestra paz no nos conciernen, ni nos intimidan vuestros leprosos y asesinos sistemas, pues cuando caigan las Bombas, nosotros ya estaremos muertos de risa.


Y no crean que no somos extraordinarios. Nosotros, escritores, también seremos capaces de hacer silencio para tener razón. De todos modos, intentaremos una literatura que parezca silencio, que no diga nada pero que sea todo; que no diga la Verdad pero que sea la Vida.


Queridos Homos: «El mundo no gira alrededor de los inventores de nuevos ruidos, sino en torno de los inventores de valores nuevos, y gira en silencio».

















Gonzalo Arango





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Enlace para escuchar Manifiesto Nadaísta al Homo Sapiens en la voz de Gonzalo Arango:

Manifiesto Nadaísta al Homo Sapiens





1. N.E :

"L'union du moi et du vin est un poème.
L'union du moi et de la femme est un poème.
L'union du ciel et de la terre est un poème.
Mais le poème que nous avons entendu a paralysé notre entendement."

Henri Michaux



miércoles, julio 24, 2024

Agnus Dei



Y de todas estas palabras, éstas que
la lengua y las venas contienen.
Todo el universo está ahí, todo el mar,
y el trueno rugiente en las noches,
todo el cielo y la primera amante
se entregan a la roca elevada,
distancia de la lejanía inmensa y prodigiosa,
proximidad del virus microscópico de este cuerpo
y la palabra extraviada por la pérdida,
mi pérdida, la de mi generación, rencorosa y gimiente,
pérdida en los territorios del desierto y las serpientes,
pérdida de miles de seres cuya voz se oye a lo lejos,
una voz en el desierto.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo:
ten piedad de nosotros,
une el acto a la palabra,
el recuerdo a la lengua,
destila las lágrimas en letras que nos protejan del sufrimiento.


Mis lobos se han acostumbrado a mí
y yo me he acostumbrado a las fieras.
En la jungla de mi vida
mi generación es una presa,
mis compañeros cebo de los animales salvajes
y nuestros corazones están pinchados en las ramas
para las rapaces.


Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo:
destila nuestras lágrimas en palabras,
sálvanos del exilio de la afasia,
el exilio de los desiertos: nosotros somos
los portadores del mar, del horizonte, del cielo,
los portadores de la muerte entre sueño y sueño.
















Yabra Ibrahim Yabra

Traducción del árabe de María Luisa Prieto



martes, julio 23, 2024

Heces



Esta tarde llueve, como nunca; y no
tengo ganas de vivir, corazón.


Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?
Viste de gracia y pena; viste de mujer.


Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
las cavernas crueles de mi ingratitud;
mi bloque de hielo sobre su amapola,
más fuerte que su "No seas así!"


Mis violentas flores negras; y la bárbara
y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad
con óleos quemantes el punto final.


Por eso esta tarde, como nunca, voy
con este búho, con este corazón.


Y otras pasan; y viéndome tan triste,
toman un poquito de ti
en la abrupta arruga de mi hondo dolor.


Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
tengo ganas de vivir, corazón!















César Vallejo


sábado, julio 20, 2024

Canción Del Que Parte



Por la virtud del alba
quieres cambiar tu vida,
y aferrado a la jarcia
partes sin rumbo conocido.


Todo es propicio, los acantilados
y el arrecife duermen en la espuma,
tan sólo una gaviota espera
sobre el palo mayor de caoba y de luna.


Quizá te aguarden para darte
el amor y la palma del vino
o en la orilla sin nombre,
pescadores vestidos de un luto azul.


Vas solo con tu alma, barajando
canciones y presagios
que hablan del bosque donde la hierba es tenue,
lejos de la desgracia que en ti se confabula.


A tu paso verás las islas
que otorgan el sonido de un caracol,
verás tu casa, el humo
que ya aspiraron otros en la aurora.


Mas, ay, si te detienes
tal vez allí se acabe tu destino;
¿y quién podrá salvarte,
quién te daría lo que buscas entre hadas?


Duro es partir a la fortuna;
el hombre solo cierra los ojos ante el cielo
y oye su propia historia
si se rompe el encanto.


Pero, si quieres seguir, sigue
con la felicidad entre tu barca,
todo está a tu favor, el cielo, la lejanía que se abre
como el amor, como la muerte.


Cántico de dos rosas


No digas nada, escucha a las estrellas.
Tal vez te digan algo
de la rosa que hay en tu jardín
y la rosa del tiempo,
-la que está viva o muerta-
en la arena que arde.
La rosa que hay en tu jardín es bella.
No la amarga hechicera que te llama
desde tu nacimiento, rosa oscura
que te alumbra el final y las orillas
del aqueronte. No hables, que estás solo
con nada indecible, siempre lejos
del azul más profundo. Mira pues
si el agua va a una isla donde crecen
rosas ya sin ventura o venturosas;
y escribe y canta. Y oye a las estrellas
que hablan desde una página pedida.


















Héctor Rojas Herazo


jueves, julio 18, 2024

Días Y Flores



Si me levanto temprano
Fresco y curado
Claro y feliz
Y te digo: Voy al bosque
Para aliviarme de ti
Sabes que dentro tengo un tesoro
Que me llega a la raíz


Si luego vuelvo cargado
Con muchas flores
Mucho color
Y te las pongo en la risa
En la ternura, en la voz
Es que he mojado en flor mi camisa
Para teñir tu sudor


Pero si un día me demoro
No te impacientes
Yo volveré más tarde
Será que la más profunda alegría
Me habrá seguido la rabia ese día
La rabia simple del hombre silvestre
La rabia bomba, la rabia de muerte
La rabia imperio asesino de niños
La rabia se me ha podrido el cariño
La rabia madre, por Dios, tengo frío
La rabia es mío, eso es mío, solo mío
La rabia bebo pero no me mojo
La rabia miedo a perder el manojo
La rabia hijo, zapato de tierra
La rabia dame o te hago la guerra
La rabia todo tiene su momento
La rabia el grito se lo lleva el viento
La rabia el oro sobre la conciencia
La rabia ¡coño!, paciencia, paciencia
La rabia es mi vocación


Si hay días que vuelvo cansado
Sucio de tiempo
Sin para amor
Es que regreso del mundo
No del bosque, no del Sol
En esos días, compañera
Ponte alma nueva
Para mi más bella flor

















Silvio Rodríguez



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viernes, julio 12, 2024

Ars Poética



Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.


No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadir brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Somos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restriégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio.


Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.















Rafael Cadenas



sábado, abril 27, 2024

Al Lado Del Camino



Me gusta estar al lado del camino
Fumando el humo mientras todo pasa
Me gusta abrir los ojos y estar vivo
Tener que vérmelas con la resaca
Entonces navegar se hace preciso
En barcos que se estrellen en la nada
Vivir atormentado de sentido
Creo que esta sí es la parte más pesada


En tiempos donde nadie escucha a nadie
En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
En todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
O habrá que ser abyecto y desalmado


Yo ya no pertenezco a ningún ismo
Me considero vivo y enterrado
Yo puse las canciones en tu walkman
El tiempo a mí me puso en otro lado
Tendré que hacer lo que es no debido
Tendré que hacer el bien y hacer el daño
No olvides que el perdón es lo divino
Y errar, a veces, suele ser humano


No es bueno nunca hacerse de enemigos
Que no estén a la altura del conflicto
Que piensan que hacen una guerra
Y se hacen pis encima como chicos
Que rondan por siniestros ministerios
Haciendo la parodia del artista
Que todo lo que brilla en este mundo
Tan solo les da caspa y les da envidia


Yo era un pibe triste y encantado
De Beatles, Caña Legui y maravillas
Los libros, las canciones y los pianos
El cine, las traiciones, los enigmas
Mi padre, la cerveza, las pastillas, los misterios
El whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios
El hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis diez tías
Me hicieron este hombre enreverado


Si alguna vez me cruzas por la calle
Regálame tu beso y no te aflijas
Si ves que estoy pensando en otra cosa
No es nada malo, es que pasó una brisa
La brisa de la muerte enamorada
Que ronda como un ángel asesino
Mas no te asustes, siempre se me pasa
Es solo la intuición de mi destino


Me gusta estar al lado del camino
Fumando el humo mientras todo pasa
Me gusta regresarme del olvido
Para acordarme en sueños de mi casa
Del chico que jugaba a la pelota
Del 4-9-5-8-5
Nadie nos prometió un jardín de rosas
Hablamos del peligro de estar vivo


No vine a divertir a tu familia
Mientras el mundo se cae a pedazos
Me gusta estar al lado del camino
Me gusta sentirte a mi lado
Me gusta estar al lado del camino
Dormirte cada noche entre mis brazos


Al lado del camino
Al lado del camino

Al lado del camino
Es más entretenido y más barato

Al lado del camino
Al lado del camino















Fito Páez







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jueves, abril 25, 2024

Caballo De Los Sueños



Innecesario, viéndome en los espejos
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.

Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan y hacen huir los maleficios.

Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.

Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.

Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptus roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.

Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.











Pablo Neruda