miércoles, julio 27, 2016

Polvos cartageneros


A Tirsa se lo metía detrás de la puerta
de la vieja casa de Catalina Safar viuda de Jattin
Junto al mar

Tenía un deseo tan desesperado
de meterle la mano entre las piernas y tocarle
el centro de su ser De acariciar su pelambre
Que languidecía al almuerzo
mientras me sobaba la bragueta

Tenía una vía de acceso muy estrecha
olorosa a manteca de cocina Pero a mí
me gustaba Es decir me enloquecía

A los nueve años tenía una mujer de trece
Caliente como perra en celo Aunque
tenía cara de gata ¡No joda! ¡A los nueve!
Hoy me asombro Pero entonces le echaba
hasta dos polvos en la tarde

Cuando me sacaba hasta la última gota
de semen Pellizcaba mi cara con malicia
y me decía "Vaya donde su abuela a que
le limpie el culo que se cagó de la arrechera"







Raúl Gómez Jattin



martes, julio 26, 2016

La Señora Moreno


Medellín, Colombia.
La tetera se queda sin aliento
y un par de manos
con piel de tormenta
la animan otra vez a la vida.

“No hay día que no piense en ellos,”
dice la señora Moreno, sus manos cantan
y llenan la taza con la ricura de su café.
Sus palabras me llevan
a los retratos de dos hombres guapos – sus hijos.

“Pensé que no prodría seguir viviendo.”
me da la taza.
siento su bondad
hincharse dentro de mi garganta;
me cuenta sobre el abismo
el sin fin de la pérdida
y lo que significa
perder dos hijos
arrancados por armas.

La señora Moreno toma mis manos.
“No se preocupe”, me dice,
“Estoy bien. Tengo el amor de Dios.”
En sus ojos, brilla la luz de la verdad,

De repente ya no soy más
una extraña en una casa
que huele como la de mi abuela
aún cuando
esta al otro lado del mundo.

Cuando la señora Moreno
a su corazón me acerca
escucho la fe
hablar en un lenguaje
que no necesita traducción.


Heroína Zapata, La Sra. Moreno





Nguyen Phan Que Mai

Traducido por Claudia Castro Luna


lunes, julio 25, 2016

Salmo 5 (Escucha mis palabras oh Señor...)


Escucha mis palabras oh Señor
                                                       Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.

No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa

Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra

Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra

                           Sus radios mentirosos rugen toda la noche

Sus escritorios están llenos de planes criminales
                                 y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes

Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
                               son las bayonetas...
Castígalos oh Dios
                               malogra su política
confunde sus memorándums
                               impide sus programas

A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba

Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
                               tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
                               como con tanques blindados.








Ernesto Cardenal



sábado, julio 23, 2016

El rey y el pintor


Cuento chino

Existe el relato del rey que hizo llamar al pintor para pedirle unos caballos dibujados a tinta. El pintor dijo que tardaría catorce años en hacerlos, y el rey le concedió ese plazo. Transcurridos los catorce años, el rey, en el día indicado, llegó a la casa del pintor. Éste lo hizo pasar a un salón donde estaba en la pared el inmenso papel en blanco: tomó el pincel, y ante los ojos del rey trazó en minutos los caballos espléndidos. «Pero si podías hacerlos en minutos —le dijo el rey, furioso—, ¿por qué me has hecho esperar catorce años?». «Me hacían falta catorce años —le respondió el pintor— para poder pintarlos en minutos».




(Cuento recuperado de Cuentos brevísimos. Varios autores, de la colección Palabras rodantes del Metro de Medellín, con algunas modificaciones ortográficas. Autor anónimo).

viernes, julio 22, 2016

Intítulado



El mundo es inteligencia pura
uno es lo que es y ya.
De más está
abrir el pecho para exhibir flores
empuñar el arma en la mirada.
De nada sirve
imitar el gesto a la hora
(encontrada joya)
de tu viaje hacia la muerte
levantado en brazos del aire.


Imagen tomada del film Besouro.



Francisco Callejas




martes, julio 19, 2016

Adagio De Los Desposeídos


Después de todo cataclismo
hemos heredado los despojos de la gran civilización
En azul profundo, suspendidos, bailamos retorciéndonos
sobre pista giratoria de la serpiente que se traga su cola.

Perdiéndolo todo se aligera el paso
Ni un grano de ajonjolí o grano de fe pesa en nosotros
La marcha de las estaciones no nos atemoriza
El júbilo del alba descubre nuestros cuerpos
que desnudos rinden loor y vitorean el mínimo arrebol.

Dejamos de acumular
intentamos un poco de brisa
aunque se escape de los bolsillos
Cambiamos la pesadez y avaricia de la moneda
por una pluma

Montamos en las nubes para ir a una plétora
de historias del mundo
sin necesidad de aparatos escandalosos
El silencio se vierte sobre las orejas
como el secreto universal

El artilugio
no confunde los ojos
guiados por lo natural

Enredados como raíces
nos acariciamos los unos a los otros
endulzándonos de savia,
enroscados en canciones
nos endeudamos de alegría
y levantados con los labios
hinchados de probar la risa
guardamos tan solo
el hondo sonido de la vida cuando nos besa







Juan Felipe Posada C.



lunes, julio 18, 2016

Hemos de desembocar en este camino...


Hemos de desembocar en este camino
por un feliz tropiezo en las estrellas
hemos de saber la simple grandeza
que es vivir.

Pero si llego a él por el trapo seco
que es hoy mi corazón…

Los sueños cubren con sus plumas las calles
y caminar es una suavidad que hiere
si cada paso es el mismo
barco torpe que se hunde.

Oh juventud grosera,
tropel herido y anhelante, qué hace uno
con las llamas de las horas que solas arden,
qué hago con estas líneas torpes en el trazo torpe
de mis manos…

¿Buscas en el misterio de la vida
el agua de una humilde morada?

No.

No he de buscar las formas de aplacar esta sed
ni han de ser las cifras del entendimiento
mi moneda.

¿Náufrago dormido en el país del viento,
líder errante de toda palabra?

Descalzo mis pies al entrar en este sueño,
cautivo de la noche, aquí estás simplemente
tu carne y tus huesos extendidos
como piedras que alumbran en la noche
el rumor del tiempo, su tez de arena
y la luz de las estrellas
como una voz sobre las cosas,
aquellas que guían nuestro camino
apuntando en él
el hemisferio oculto de la manzana
más allá, más acá
de la semilla y el gusano...

lamiendo estoy, como un perro su hueso,
la insistente sombra del fracaso... 

 
bajo la nieve dormidos
girasoles ebrios,
noche acorazada.







Sebastian Franco



La Boca


Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.
Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas

hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos fúlgidos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra:

beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.

Beso que va a un porvenir

de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡Cuánta boca enterrada,
sin boca, desenterramos!

Beso en tu boca por ellos,

brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.

Hundo en tu boca mi vida,

oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.

He de volverte a besar,

he de volver, hundo, caigo,
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.

Boca que desenterraste

el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.




Miguel Hernández & Pabellón de Palabras & La Boca
Jimmy Stewart y Donna Reed en It's a Wonderful Life




Miguel Hernández



viernes, julio 15, 2016

Brisa Marina



Leí todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir, huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni los viejos jardines que los ojos reflejan,
ni la madre que, amante, da leche a su criatura,
ni la luz que en la noche mi lámpara difunde
sobre el papel en blanco que defiende su albura
retendrá al corazón que ya en el mar se hunde.
¡Yo partiré! ¡Oh, nave, tu velamen despliega
y leva al fin las anclas hacia incógnitos cielos!
Un tedio, desolado por la esperanza ciega,
confía en el supremo adiós de los pañuelos.
Y tal vez, son tus mástiles de los que el viento lanza
sobre perdidos náufragos que no encuentran maderos,
sin mástiles, sin mástiles, ni islote en lontananza...
Corazón, oye cómo cantan los marineros!










Stéphan Mallarmé

Versión de Andrés Holguín



jueves, julio 14, 2016

In Memoriam


A Soto Borda
† 1919


¡Oh, si pudiera, noble camarada,
darte de mi jardín rosas hermosas
y olorosas!… Pero ¡ay! Si ya mis rosas
me las comí hace tiempo en ensalada.

¿De qué vale hoy regar tumba regada?…
Tu madrecita, en tardes dolorosas,
te pondrá —como frescas mariposas—
lo que no ha de poner mi carcajada…

Sin embargo, donoso compañero,
casi me duele el corazón… Y quiero
recordar aquel rancio ventorrillo,

donde te conocí vencido y fuerte,
y donde me dijiste al conocerte:
—Sirve un trago y me das un cigarrillo.







Luis Carlos López



miércoles, julio 13, 2016

La Casa Que Me Habita


Aquí golpeaba airadamente el padre sobre la mesa

causando un temblor de cristales, una zozobra en la sopa



Piedad Bonnett







A veces siento desaparecer el límite
que separa mi cuerpo de la casa.
Entonces me convierto en un mueble más,
en un fardo inmóvil que acumula polvo,
en materia inerte que recuerda a los antepasados:

A la abuela con sus cigarrillos
tantas veces prohibidos por el médico,
a la tía siempre sola,
al abuelo que se convirtió en leyenda,
al que nunca conocimos con su faz de dios terrible
golpeando con su puño el centro de la mesa
o al bohemio tío en su borrachera eterna
escuchando en un tango el resumen de su vida.


Pero siempre hay algo que respira,
algo que se inflama con el fuego de la lengua
que lamió por vez primera nuestra piel
y que ahora sangra como una herida,
algo que regresa como la mañana al sol
e ilumina las estancias donde los recuerdos danzan
y nos hace huir a los aromas de jabones infantiles,
a las antiguas escenas de deseo
que retornan a los ojos como mil castigos.
Es entonces cuando salgo
y me confundo con los transeúntes,
quienes como yo
fingen caminar desprevenidos por las calles
y llevar sus cuerpos a las oficinas o a los parques,
ignorando que aquellas paredes
que aprisionan su alma
son ya parte de la casa donde habitan.

Cada hombre es una casa que camina.









Camilo Restrepo Monsalve




Clitemnestra



Agamenón
no hagas de mí una mala mujer

EURÍPIDES






Estaba hilando la lana que yo misma
le había preparado con todo mi cuidado
y conversaba alegre entre las amigas
cuando tu carta —Agamenón— anunció
algo que trastornó el rostro de la joven
princesa nuestra hija Ifigenia la atrida
Casarla con Aquiles le proponías por escrito
y nos pusimos tan contentas las dos
No importa que Artemisa la hubiera llevado
—rescatándola de la muerte que tú
su padre le ofrecías escondida en la promesa
de matrimonio— a Táuride como sacerdotisa
Lo que importan son tus intenciones de crimen
Y lo que importa ahora —perro— es que estés
pudriéndote allá en la llanura desolada
y tu cadáver fétido sea devorado por los buitres



Clitemnestra y Egisto a punto de matar a Agamenón.
Pintura de Pierre Narcisse Guérin. Museo del Louvre.






Raúl Gómez Jattin


martes, julio 12, 2016

Balada De Lo Que No Vuelve


Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La Poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?

Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve en dónde estoy?

Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
Decid ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

Las lágrimas se hinchan se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Mirad me os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino empieza

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia del brazo con la muerte
Oh hermano nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar








Vicente Huidobro



viernes, julio 08, 2016

Cantar XLV (Con Usura)


Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura. 







Ezra PoundVersión de Javier Calvo




martes, julio 05, 2016

Prometeo


Yo no me voy, amor.
A qué dejar tu cuerpo
Flotando abandonado en su círculo de sueños, 
                                                              Desnudo,
Laguna sin bordes que corta toda
                                                               retirada.


El reino de tu piel contra la noche
Perdiendo mis fuerzas de amante
                                                               que se escapa
Me detiene.

Yo no me voy. Nada gano.
No puedo poner un pie fuera de ti
—mujer que me tomas al vuelo cada ansia—
Porque me escondes en tus piernas
                                               la camisa del viaje
y me dices ardiente:
“Vete de mí, pero me voy contigo”.

Y he aquí que estoy
                                              Anudado a tu fuego,
Inventándome fugas a tus alrededores,
Fiel                                                                       (pese a mis alas)
al rojo de la hoguera.




Miguel Iriarte


viernes, julio 01, 2016

Pienso que en este momento...


Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.

Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.

Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.





Roberto Juarroz