Fue tu hogar
mi cuerpo.
Percibiste
el laberinto de mi espíritu.
Como en un sueño
navegaste en mi mundo.
Distinguí tu latido
en mi oído interior
como pasos que se apresuraban hacia mí.
En una noche ahogada de lluvia
un silencio imprevisto me invadió.
Tu canto vital desapareció.
De tu temprana despedida
guardo
el hálito de tu eco
como un secreto.
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