Como ando, así desando mi camino,
repítome hacia atrás; y por las malas,
corazón ali-caído,
me voy pisando los ayeres, los entonces.
¡Qué difícil, hermanos, es morirse de frente!
Cómo nos cuesta caminar el tiempo;
dormir la noche, despertar de ayer,
mirar de nuevo, el sol
y vestirnos, hermanos, ¡ay!, vestirnos de hoy.
Si las huellas no fueran sino huellas,
si pasara el pasado de verdad,
yo pudiera ser cóndor,
yo pudiera ser fuente.
Con toda buena fe, pudiera
doblar la esquina de la aurora,
desayunar de todo corazón,
besar a la niñita en paz de espíritu,
y por fin, tiernamente, regresarme de tarde,
dormir de noche, despertar de ayer,
mirar, muy nuevo, el sol
y vestirme, alma mía, ¡sí!, vestirme de hoy.
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