Señor, soy una mujer
Ignara y simple
Como la gran mayoría
De mujeres
Y hombres del mundo
En cuestiones de amor
Soy tan elemental y tan pródiga
Como una coneja o una gallina
-Al igual que todos aquellos
Que han recibido el don de la vida-
Porque es una ley tuya, Señor
El que todo en el cosmos
Eternamente copule.
Y ni santos ni dioses escapan
A este principio divino:
Los hay tan promiscuos y lúbricos
Como los mismos abejorros
Y los dulces jazmines
(Solamente las vírgenes
Y los etéreos ángeles
Son excluidos.
Aunque -perdona, Señor-
Hay quienes dudan
Del arcángel Gabriel
Y la Virgen María)
Pero yo, ante el mundo
No estoy llena de gracia
Ni el Señor es conmigo
Y maldita yo soy
Entre todas las mujeres
Y bendito no es el fruto
De mi vientre... Oh Jesús
Señor, estoy temblando
De miedo y vergüenza
Porque te amo a ti
Y mucho amo la vida
Señor, te lo ruego:
-Y perdona-
Ilumina su espíritu
Y guía sus manos:
Que detrás de esta vida
No se escurra
También la mía
2 comentarios:
sin palabras.
Tiene desde moral hasta geometría, mucha tela para cortar.
en la realidad toda una plegaria de vida
Gracias por tu comentario, Beatriz Elena. Nos hace falta cortar más de esta tela junt@s. Esperamos que nos sigas visitando.
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