Había una pared muy alta al pie de un arroyo
y un hombre muy sediento gritaba de dolor.
La pared lo separaba del agua,
gemía y se retorcía como pez en la tierra.
Un día lanzó una piedra al agua,
su sonido al caer le dijo muchas cosas.
Con palabras de su divino amado,
el sonido de la piedra en el agua lo embriagó como vino.
Rumi
Traducción del inglés: Javier Sáenz Obregón
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