miércoles, julio 08, 2015

Cosmogónica


Sólo sé que soy
un animal negro y antiguo
acribillado de soles.
He servido desde mi origen
a una voluntad extraña,
a un amo desconocido.
Pero aún no sé por qué
ni para qué existo,
mientras pasan los eones
y devoro y regurgito
mis propias heces,
mis candentes entrañas...
Sé que extiendo mi aliento
más allá de todos los abismos.
Sé que soy la medida de la muerte
y la cifra de los renacimientos,
pero me pierdo, igual,
en mi propia grandeza...





Daría por ello todos los prodigios,
mis planetas más verdes, el oro inútil,
la feérica cristalería
de mis constelaciones,
sólo por ser una más de las gotas
de lluvia, el más ínfimo grano
de arena en el desierto
o los ojos del niño que contempla
en la tierra la extensión dolorosa
de mi cuerpo...
Sé que habré de morir también un día
y no sabré tampoco
mi por qué
ni mi nombre.



Pedro Arturo Estrada


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