domingo, octubre 19, 2014

Negro





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Negro 1
cortesía de Carolina David


Descenderé a mi cuerpo
Pero eres la amada de mi alma.

Ascenderé en mi cuerpo
Y oh cielos incontables cielos
Seguirás siendo amada en mi alma

Cielo supremo, Blancura inagotable
Azul irrefutable
Negro torbellino de deseo en sentido inverso de las jerarquías

Negro apostata babilónico sodomita
Negro profundo en sentido inverso de los caminos de vuelta,
de los de ascenso, de aquellos caminos que desembocan

en pisadas de nube sobre asfalto
en sentido infinito

¡Negro mío! ¡Negro mío!

Cuán fiera es tu noche, amada de mi alma,
cuando mía es su negra luna.





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Negro 2
por Luis Guillermo Giraldo



Mauricio Alejandro Moreno


viernes, octubre 17, 2014

Cielo De Los Hombres




Todos los actos retumban sordamente contra

la cóncava oquedad y se diluyen de inmediato en

esas dulces praderas inmensas y desiertas.




Pero el azul preciso y frío resulta una escandalosa

razón de más para vivir, igual que cualquier otra.



Rodolfo Alonso




jueves, octubre 16, 2014

Pareja Sin Historia


Se acarician. Se bastan.
Están colmados por ellos mismos
colmados por la sed sensual del otro.

Se conocieron ayer:
llevan siglos de parecerse
de abrazarse en las paredes siempre únicas
de reconocerse en todos los lugares
donde el sueño esconde su tesoro
donde la dicha deja a la nostalgia
donde nunca estuvieron
donde están.

Aroma de piel ramajes íntima penumbra
labios que besan por la herida
rostro asomado al secreto del rostro que lo refleja
palabras que se derriten por los dedos
semejanzas descubiertas con delicia
apetencias de olvido y de sabores no probados
mientras se inventan paraísos sin castigo
y se cuentan a tientas el alma
mientras asumen el destino de las frutas
y la vida fulgura en ellos
con sus “siempre” y sus “nunca” efímeros
con sus “primera vez” repetido hasta el final
con sus partes confundidas cual miembros que el amor enlaza.

Hasta ellos no alcanza el rumor de la urbe
o será más bien que no lo oyen
que lo cubre el susurro con que se aman
que lo dispersa el soplo que se dan.

Se huelen se gustan se desean.
La libertad que encuentran los deslumbra.
Ascienden en una isla espacial entre los astros.
Pareja sin Historia
pareja constelada.

Se miran a sí mismos en el otro.
Ella aparece abierta impúdica ojerosa tremulante
él: enhiesto obsceno avisor posesivo
ella: contráctil húmeda gimiente umbría
él: herido llameante solar fulminado.
¡Cuánto abandono momentáneo!¡Cuánto triunfo!
Pueden equivocarse gozosamente
confundir las imágenes del deseo espejado
fundir los sabores de sus bocas
perderse juntos en el placer del otro
fluir de manantiales en arroyos
de arroyos en raudales de raudales en ríos
hasta el mar hasta volcarse en la unidad del origen
en el espacio pletórico y vibrante
donde cada movimiento se transmite de polo a polo
donde flotarán donde están flotando
como dos hipocampos entregados al rito nupcial.

Aflojan las redes y los nudos milenarios
arrojan de sí el pasado las cáscaras los trapos
viento propicio borra las huellas mezcla arenas y estrellas
le dan la espalda a la memoria hueca
para ser cresta de una ola
para ser cresta espuma sortilegio
cielo de mar espacio palpitante que rompe en sales
y en la cresta de esa ola de caballos tornasolados
que recorre de punta a punta el tiempo como una playa
me arrojo contigo!
¡la corro contigo hasta el final del día!
¡sobre su filo tú y yo somos jabalina y destello!
¡vivan este esfuerzo estos besos esta presencia única!
¡vivan este júbilo del mar los cuerpos aparejados!
¡nuestro almizcle que huele a marisco y a gato montés!
¡el relámpago en que nos dormimos juntos!






Juan Liscano



miércoles, octubre 15, 2014

por qué arduos países...















 
por qué arduos países
en qué oscura guerra
sin saberlo

he combatido y triunfado
para tenerte

mientras tú retirada en tu adolescencia
sorteando las pruebas de una soledad
esplendorosa

te preparabas para mí
 






José Manuel Arango




martes, octubre 14, 2014

Hay Gentes Que Llegan Pisando Duro


Hay gentes que llegan pisando duro
que gritan y ordenan
que se sienten en este mundo como en su casa

Gentes que todo lo consideran suyo
que quiebran y arrancan
que ni siquiera agradecen el aire

Y no les duele un hueso no dudan
ni sienten un temor van erguidos
y hasta se tutean con la muerte

Yo no sé francamente cómo hacen
cómo no entienden






José Manuel Arango


martes, octubre 07, 2014

Sólo Con Que amor Te Alcance


No olvides que vives en medio de los animales
los caballos los gatos las ratas de cloaca
brunas como la mujer de Salomón tremendo
campo de banderas desplegadas,
no olvides el perro con lengua y rabo
de armonías de lo irreal ni el lagarto el mirlo
el ruiseñor la víbora el fuego. Te gusta pensar
que vives entre hombres puros y mujeres
virtuosas que no tocan
el grito de la rana en celo, verde
como la más verde rama de la sangre.
Los pájaros te miran desde los árboles y las hojas
no ignoran que la Mente ha muerto
para siempre, su reliquia sabe a cartílago
quemado a plástico corrupto; no olvides
que eres un animal hábil y sinuoso
que violenta tórrido y lo quiere todo aquí
en la tierra antes del último grito
cuando el cuerpo es cadencia de memorias apelmazadas
y el espíritu se apresura hacia el fin eterno:
recuerda que puedes ser el ser del ser
sólo con que amor te alcance de lleno en las vísceras.


Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti


Barbados


Bajo los pisos de madera silva el viento
              Se aleja vuelve y amenaza
Dobla las cañas Entra por los zaguanes Agita el polvo hasta que ya
              no queda polvo



Eugene Jansson, "Hornsgatan by Night" (1902)


Los pies descalzos de los negros esclavos fueron borrados de
este modo El destino de las cadenas fue trocado
          por fruto amargo de látigos y cicatrices
El viento aniquiló la piedad de las iglesias levantadas con
                                                                          inútil sudor

Se devolvió a basura a latrocinio a golpes de pecho de domingo





Iglesia Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche

 Y ahora resta esta pequeña isla

                      antaño arbolada
que el inglés llenó de cañas e inclemencia
y hoy recibe del océano tormentas y pájaros extraños


Bebo una copa de ron con Morgan e hijo

y oigo de sus labios una vieja tonada de Angola
            (o acaso ya no de Angola sino en el recuerdo)
Por las mujeres sé que tres de sus generaciones sirvieron en
el ingenio de un pastor Smith
(o más que sirvieron
                                    dejaron sus vidas)


Pero  ya nadie recuerda estas cosas

Angola y Smith partieron con el último galeón
y ni sus hijos ni el viento terrible pueden asegurar que
    tuvieron algún rostro sobre la tierra
Salvo una cicatriz de sangre
que bajo el piso de madera
                                               no ha podido ser borrada


Y está allí como una brasa.





Gustavo Pereira



lunes, octubre 06, 2014

Más Allá De Las Ondas De Las Colinas


No se te ha escapado la vida por cábalas
o híbridos emblemas de zodíaco o sílabas
y números ordenados para redescubrir
el mundo. Pero has estado en cautividad
midiendo, con la arena y la sangre,
los silencios las voces de la muerte,
más allá de las ondas de las colinas.


Salvatore Quasimodo.

Traducción de Carlo Frabetti

sábado, octubre 04, 2014

Dogs

https://www.youtube.com/watch?v=Ag_jN48YDYE




You gotta be crazy, you gotta have a real
need.
You gotta sleep on your toes, and when you're on the street,
You gotta be able to pick out the easy meat with your eyes closed.


 



And then moving in silently, down wind and out of sight,
You gotta strike when the moment is right without thinking.


 
And after a while, you can work
on points for style, like the club tie,
and the firm handshake,
a certain look in the eye
and an easy smile.




You have to be trusted by the people that you lie to, So that when they turn their backs on you,
You'll get the chance to put the knife in.


You gotta keep one eye looking over your shoulder.
You know it's going to get harder,
and harder, and harder as you get older.



And in the end you'll pack up and fly down south,
Hide your head in the sand,
Just another sad old man,
All alone and dying of cancer.


 And when you loose control, you'll reap the harvest you have sown.
And as the fear grows, the bad blood slows and turns to stone.

 


And it's too late to lose the weight you used to need to throw around.
So have a good drown, as you go down, all alone, Dragged down by the stone.


I gotta admit that I'm a little bit confused.
Sometimes it seems to me as if I'm just being used.



Gotta stay awake, gotta try and shake off this creeping malaise.
If I don't stand my own ground,
how can I find my way out of this maze?

 
Deaf, dumb, and blind, you just keep on pretending That everyone's expendable
and no-one has a real friend.


 


And it seems to you the thing to do would be to isolate the winner
And everything's done under the sun, 
And you believe at heart, everyone's a killer.



Who was born in a house full of pain.
Who was trained not to spit in the fan.

Who was told what to do by the man.
Who was broken by trained personnel.

Who was fitted with collar and chain.
Who was given a pat on the back.
Who was breaking away from the pack.
Who was only a stranger at home.
Who was ground down in the end.
Who was found dead on the phone.
Who was dragged down by the stone.
Tienes que estar loco, de veras,
tienes que sentir una gran necesidad.
Tienes que dormir sobre tus pies,
y cuando estés en la calle, tienes que
ser capaz de escoger la presa fácil
a ojos cerrados.

 


Y entonces, moviéndote en silencio,
siguiendo la corriente e invisible,
tienes que golpear en el momento justo, sin pensarlo.


Y después de un tiempo, puedes adoptar toques de estilo: una corbata de club y un apretón firme de manos,
un cierto aire en la mirada  
y una sonrisa fácil.

 


Tienes que ser confiable a los ojos
de quienes engañas, y así, cuando te den la espalda, tendrás la ocasión de enterrar allí
el cuchillo.


Necesitas un ojo abierto en la espalda.
Tú sabes que se va a poner duro,
más y más duro,
conforme envejezcas.



Y al final empacarás
y volarás hacia el sur:
tu cabeza oculta en la arena,
un triste anciano más por completo 

solo y muriendo de cáncer.

 
Y cuando desapretes el control,
segarás la cosecha que sembraste.
Y mientras que el miedo avanza, la mala sangre se detiene hasta volverse piedra.


Y es muy tarde para soltar el peso que solías necesitar para moverte. 
Entonces, ahógate bien mientras te hundes, del todo solo, arrastrado por la piedra.

 
Tengo que admitir que estoy un poco confuso. A veces me parece como si, sencillamente, estuviese siendo utilizado.

 
Tengo que seguir despierto, intentar, sacudir este malestar que trepa.
Si no sostengo mi propio centro,
¿Cómo encontraré mi salida de este laberinto?


Sordo, mudo y ciego, sigues fingiendo que todo el mundo es prescindible y que nadie tiene un verdadero amigo.




Y te parece que lo que habría por hacer sería confinar al ganador
y todo está hecho bajo el sol
y de corazón crees que cada persona 
es un asesino. 



Quien nació en una casa llena de dolor?
Quién fue enseñado a no escupirle al fan?

A quién le fue dicho qué hacer?
Quién fue roto por personal adiestrado?


Quién fue provisto con collar y cadena?
Quién recibió una palmadita en la espalda?
Quién se iba desgarrando del tropel?
Quién fue un desconocido en su casa?
Quién
al final fue pulverizado?
Quién fue encontrado muerto al teléfono?
Quién fue arrastrado por la piedra?





Roger Waters y David Gilmour

Versión libre al español, Mauricio Alejandro Moreno


miércoles, octubre 01, 2014

Carta A Los Rectores De Las Universidades Europeas

En la estrecha cisterna que llamas “Pensamiento” los rayos del espíritu se pudren como parvas de paja. Basta de juegos de palabras, de artificios de sintaxis, de malabarismos formales; hay que encontrar –ahora- la gran Ley del corazón, la Ley que no sea una ley, una prisión, sino una guía para el espíritu perdido en su propio laberinto. Más allá de aquello que la ciencia nunca podrá alcanzar, allí donde los rayos de la razón se quiebran junto a las nubes, ese laberinto existe, núcleo en el que convergen todas las fuerzas del ser, las últimas nervaduras del Espíritu. En ese dédalo de murallas movedizas y siempre trasladadas, fuera de todas las formas conocidas de pensamiento, nuestro espíritu se agita espiando sus más secretos y espontáneos movimientos, esos que tienen un carácter de revelación, ese aire de venidos de otras partes, de caídos del cielo.

Pero la raza de los profetas se ha extinguido. Europa se cristaliza, se momifica lentamente dentro de las ataduras de sus fronteras, de sus fábricas, de sus tribunales, de sus Universidades. El Espíritu “helado” cruje entre las planchas minerales que lo oprimen. Y la culpa es de sus sistemas enmohecidos, de su lógica de dos y dos son cuatro, la es de ustedes –Rectores- atrapados en la red de los silogismos. Fabrican ingenieros, magistrados, médicos a quienes escapan los verdaderos misterios del cuerpo, las leyes cósmicas del ser; falsos sabios, ciegos en el más allá, filósofos que pretenden reconstruir el Espíritu. El más pequeño acto de creación espontánea constituye un mundo más complejo y más revelador que cualquier sistema metafísico. Déjennos, pues, señores; tan solo son usurpadores. ¿Con qué derecho pretenden canalizar la inteligencia y extender diplomas de Espíritu? 

No saben nada del Espíritu, ignoran sus más ocultas y esenciales ramificaciones, esas huellas fósiles tan próximas a nuestros propios orígenes, esos rastros que a veces alcanzamos a localizar en los yacimientos más oscuros de nuestro cerebro. En nombre de su propia lógica, les decimos: la vida apesta, señores. Contemplen por un instante sus rostros, y consideren sus productos. A través de las cribas de sus diplomas, pasa una juventud demacrada, perdida. Son la plaga de un mundo señores, y buena suerte para ese mundo, pero por lo menos que no se crean la cabeza de la humanidad.








Antonin Artaud




sábado, septiembre 27, 2014

El Muro




Contra ti alzan un muro

en silencio, piedra y cal piedra y odio,
cada día desde zonas más elevadas
bajan la plomada. Los albañiles
son todos iguales, pequeños, oscuros
de rostro, maliciosos. En el muro
apuntan juicios sobre los deberes
del mundo, y si la lluvia los borra
los reescriben, con trazos
aún más amplios. De vez en cuando alguno cae
de los andamios y enseguida otro
corre a ocupar su puesto. No visten monos
azules y hablan en una jerga alusiva.
Alto es el muro de roca,
en los huecos de las vigas ahora se deslizan
reptiles y alacranes, cuelgan hierbajos negros.
La oscura defensa vertical evita
desde un solo horizonte los meridianos
de la tierra, y el cielo no cubre.
Al otro lado de este reparo
tú no pides gracia ni confusión.



Salvatore Quasimodo


Traducción de Carlo Frabetti