viernes, junio 12, 2015

Sísifo


Este fardo invisible que transportamos, 
es semejante al de Sísifo: 
logramos llevar la roca arriba, un poco más cada día 
cuando de pronto algo surge y nos retrocede. 

De la mañana a la noche y por una necesidad de hierro 
levantamos tú y yo y cada uno nuestra roca. 
Desde debajo de la montaña, contemplando el borde del cielo muy lejos. 
Con el miedo oculto en el corazón 
o con el coraje tranquilo de los varones. 

Pero habrá un día, un momento que no conocemos, 
en que tú, filisteo exitoso 
que vas por la carretera limpia, nueva, 
a quien encuentro cada mañana y veo subir 
más cómodo, sonriendo,
y yo que asciendo tan trabajosamente 
el terrible camino vertical, 
devorado por la ansiedad, 
entre la humillación y la sospecha, 
no miraremos más la linde lejana, sobre nuestras cabezas.

Cumplido el oficio 
tu mano y mi mano dejarán la llave en el bolsillo 
y la roca quieta.





Mario Rivero




La Luna Y Nueva York


Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartíamos versos cigarrillos
y a veces una novela de aventuras
Lanzábamos piedrecitas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio
Le decía que la tierra es redonda
mi tía bruja y la luna un pedazo de cobre.
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes . . . 
Nueva York donde las hormigas 
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestidos con colores chillones 
que destilan betún en el verano
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
“Se necesita muchacho para lavar los platos
No se requiere título universitario”
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en el elevado
y le compraría un traje parecido al neón . . . 
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica.




Mario Rivero




El Cuerpo, Instrumento Divino


Moralina, cuando en mis brazos arde,
     fiera la llama de su aposento carnal,
     me dice: “ No te dejaré nunca, no.”
     Yo, aunque mortal, de estas cosas algo sé.
     No es a mí a quien su lengua jura lealtad.
     Es al dios quien ha poseído mi cuerpo
     para así poder tenerla en sus redes, prisionera.



Cayus Generosus Erigo
Traducción de Justo Ernesto Paladín

Versión de Jandey Marcel Solviyerte


Sobre Cuestiones Teológicas


Mi criada, buena para el lecho,
      a pesar de su cristiana alma,
      cuando a la guerra avanzo
      me grita desde la ventana:
      “Amo, la Virgen lo acompañe”.
      Si no fuera porque en su trasero
      se caldea el infierno, no permitiera
      yo en su lenguaje el cielo.
“Ilusa —exclamo no entiendes,
 —mientras hacia lo alto el arma elevo—
      si la virgen me acompañara
      dejaría de serlo”.



     


Cayus Generosus Erigo
Traducción de Justo Ernesto Paladín

Versión de Jandey Marcel Solviyerte


Revelación


Soñaba
que una luz verde
invadía mi pecho. 
Alguien nuevo para mí
la encendía desde sus manos.
Cerré los ojos habité en el amor genuino
por instantes
rocé un cielo desconocido.
Recordé sensaciones antiguas.
Ahora la nostalgia
como terco insecto
me acecha. 



Yolima Andrea Zuleta

Noches De Apagón


Recuerdo con regocijo
los cortes de luz en la infancia.
El barrio entero se apagaba
mientras rompían la noche prolongados gritos
de desesperación o alegría.

Cuando ya pocos sonidos nos rondaban
(se prescindía obligatoriamente del estéreo y la tv)
se daba espacio para soñar que la luz de la luna
nos perseguía
                               celebrábamos
la oscuridad al encender las velas
que daban paso a la aparición
de palomas y conejos en las paredes.

Se avistaba en las ventanas vecinas
la aglomeración de las familias
alrededor de una llama improvisada.

Al pasar el tiempo
habiendo el silencio y la penumbra
invadido el espacio
cuando menos se sospechaba
 y casi nos acostumbrábamos
a ese estado colectivo de oscuridad
regresaba sin aviso la luz eléctrica
de nuevo los gritos de asombro
y bienvenida anunciaban el final
                                               de una fiesta. 



Yolima Andrea Zuleta



Ya Favonio Favorable


La ausencia del cuerpo es la ausencia del alma.
     Si del amado cuerpo, inútiles, carecemos:
     ¿Qué es, por Júpiter, lo que se ama?

Ya Favonio favorable rumores trae
     y a espíritus libres a vivir incita
     en las orillas de los ríos, regocijados.

Los líquidos espadones fecundando
     toda piel, todo pétalo estremecido
     en el jardín de la floresta.



Cayus Generosus Erigo
Traducción de Justo Ernesto Paladín

Versión de Jandey Marcel Solviyerte


Arte Poética


Entre muchachas tiernas siendo casi un niño
leí a Anacreonte. Catulo y Marcial señalándome
el camino mi juventud íntegra pervirtieron.
Por gracia de unos cantos populares del siglo primero
de esta era inculta que rechaza el cuerpo,
conocí en pleno ejercicio el Culto Enhiesto.
Con mi más amada muchacha recité de memoria
a Amaru, tranquilo. En la cima de mis facultades
mis versos de Amor compongo entre flores e insectos.
Los más lascivos y húmedos, te los diré al oído, en secreto. 


Cayus Generosus Erigo 

Traducción de Justo Ernesto Paladín.

Versión de Jandey Marcel Solviyerte


Primer Encuentro


Mariposas de colores 
                           visitan el cielo.

Al anochecer miles de ellas

arañan el vientre.















Yolima Andrea Zuleta

jueves, junio 11, 2015

Palabra


Ven palabra desnúdate
serás la amada de un hombre al que no le importa
si pareces fea o eres pobre.

Porque vosotras palabras
os parecéis como un desfile de mujeres hermosas
toscas o refinadas
podéis dar más unas que otras
pero tengo la debilidad de detestaros bien vestidas
la sola vista de vuestras lentejuelas de feria
me cansa de antemano
el corazón

Sé que en cambio desnudas
pasáis con el secreto que nadie ha gustado
o que pocos comparten
Como alguna muchachita gris desmedrada
y sumamente silenciosa
con los zapatos llenos de barro
a la que una sola mirada a ella misma
la hace resplandecer
como envuelta en polvo de estrellas
y de mariposas apretadas...




Mario Rivero



Figura De Ciego Con Guitarra

   
  Los que lo oyen cantar todos los días -distraídamente, de paso para sus asuntos- tal vez no adviertan el deterioro de la voz a medida que envejece, ni cómo el pulso es cada vez más inseguro en el encordado.
   Pero yo, que sólo de cuando en cuando vengo a la plaza, y únicamente para averiguar si todavía sigue vivo, yo sí que lo advierto.
   Es notoria sobre todo la furia con que la vieja mano, terminada la canción, se aferra al hombro del lazarillo.



Picasso: El Guitarrista Ciego


José Manuel Arango


Poesía


Pájaro que desciende
de la cumbre
nos asombra
y nos llena de silencio 

Lo que se escucha
es sólo el temblor
el necesario escalofrío
de la rama a que llega...




Pabellón de Palabras & Mario Rivero & Poesía




Mario Rivero



La Balada De Los Hombres Hambrientos


Los hombres hambrientos tienen oro
casas con retretes de mármol
y vestidos suntuosos
Pero no pueden matar el hambre y la sed
del tigre de sus ojos

Los hombres hambrientos son
en alguna forma hermosos
Por una magia mortal y execrable
sus oídos se han vuelto sordos
Pero los hombres hambrientos simulan oír
y pagan bien a los cantores

Pregonan una extraña desesperación
Han perdido el recuerdo de los humanos olores
Caminan para buscar un aroma imbuscable
el de los tallos de las flores muertas

y de los pétalos podridos
El olor que al mismo tiempo es
el olor de la muerte y el olor del nacer


Se cubre de moho el corazón
de estos hombres hambrientos
Se entrecruzan a la deriva no se ven
son muchos en movimiento
Sus mujeres lavadas en agua de caros perfumes sintéticos
adustas acechan también
aquel olor que alcanza los huesos


Si levantan las cabezas hacia cosas más altas
no distinguen otra cosa que el viento
Remeros esclavos en un gran bajel de oro
van los hombres y mujeres hambrientos…





Pabellón de Palabras & Mario Rivero & La Balada De Los Hombres Hambrientos




Mario Rivero



martes, junio 09, 2015

Casi Obsceno


Si quisieras oír lo que me digo en la almohada
el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo

Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo:
Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado

No soy malvado Trato de enamorarte
Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él







Raúl Gómez Jattin


sábado, junio 06, 2015

Apuntes Para Una Biografía


Mister Mascachicle
nació en una quinta entre bosques de trementina
perros pekineses
y sirvientas con delantales almidonados
Sus biógrafos a sueldo
cuentan
que trabajó como operario en un astillero
en su juventud
-el astillero era de su padre-
Después ingresó a las filas
y adquirió gran experiencia en costos bélicos
Lo mismo puede llamarse Goldwater
que Robert Macnamara
o Rockefeller junior
Fundan bibliotecas
y hacen donativos para la lucha contra el cáncer
porque no quieren que el prójimo sufra
Pero cuando los tractores
o los refrigeradores
no se venden bien
y hay debilidad en la Bolsa
hay que revolver el agua del río
para que los peces grandes hagan su pesca
Hay que hacer que el negro
dispare contra el blanco
y el blanco dispare contra el negro



Pabellón de Palabras & Mario Rivero & Apuntes Para Una Biografía 1
Tomada de: Lord of War

















En algún lado tiene que surgir la llama
en algún lado se arroja un fósforo para la quema
Y se mueven los hilos
y se sueltan las grandes frases
y el Rey del Petróleo
y el Rey del Acero
y el Rey del Hierro
lo convierten todo en dólares
y sus mujeres saben lucirlos muy bien
y las dínamos cantan dólares
y los cañones cantan dólares
y las registradoras cantan dólares
y Dios se parece a Jorge Washington
y en Wall Street las cosas andan bien
-In God we trust-
Porque
con el fin de apresurar la obra del Cielo
en algún lado
son arrojados
cada minuto
1.360 kilos de bombas!




Pabellón de Palabras & Mario Rivero & Apuntes Para Una Biografía 2





Mario Rivero