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viernes, marzo 20, 2015
sábado, marzo 14, 2015
La punta de la lengua...
La punta de la lengua
en mi corazón
tiene un poema.
Hoy te vi ansioso,
claro, es viernes, dia
de delirio y desenfreno.
Normal.
Pero también percibí tu
afán de tener aquellas
botas.
Las de moda, claro.
Normal.
Pero también sentí
cómo te sacrificas y
abstienes de todo,
la felicidad y la vida,
ahorrando para poder
situarte en cierta escala social
y pertenecer al sistema
y ser respetado como
si la vida, la libertad y el amor tuvieran
preferencias, pero claro,
te comprendo.
Entretanto
el sol rendido
a tus pies.
Vladimir Montoya Gómez
domingo, febrero 15, 2015
sábado, febrero 07, 2015
Amor A Primera Vista
Ambos están convencidos
que de repente les unió el amor.
Bella es tal certidumbre,
pero la incertidumbre es más bella.
Bella es tal certidumbre,
pero la incertidumbre es más bella.
Piensan que como no se conocieron antes
entre ellos nunca nada ocurrió.
entre ellos nunca nada ocurrió.
¿Y qué pensarán las calles, los escalones o
los corredores
en los que pudieron cruzarse alguna vez?
en los que pudieron cruzarse alguna vez?
Quisiera preguntarles,
¿no recuerdan aquella vez
cuando quizás se vieron frente a frente
en una puerta giratoria?
¿o algún “disculpe” en una apretura?
¿o la voz “equivocado” en el auricular?
Pero conozco sus respuestas.
No, no lo recuerdan.
¿no recuerdan aquella vez
cuando quizás se vieron frente a frente
en una puerta giratoria?
¿o algún “disculpe” en una apretura?
¿o la voz “equivocado” en el auricular?
Pero conozco sus respuestas.
No, no lo recuerdan.
Les sorprendería muchísimo
saber que desde hace tiempo
la casualidad juega con ellos.
Sin estar aún plenamente lista
a transformárseles en destino
los acercó y alejó,
les cortó el camino
y, atenuando la contenida risa,
se apartó de un salto.
saber que desde hace tiempo
la casualidad juega con ellos.
Sin estar aún plenamente lista
a transformárseles en destino
los acercó y alejó,
les cortó el camino
y, atenuando la contenida risa,
se apartó de un salto.
Hubo signos, señales,
qué importa si ilegibles.
¿Acaso hace tres años
o el martes pasado
no voló cierta hojita
de hombro en hombro?
Hubo algo perdido y alzado.
¿Quién sabe si no fue un balón
entre los matorrales de la infancia?
qué importa si ilegibles.
¿Acaso hace tres años
o el martes pasado
no voló cierta hojita
de hombro en hombro?
Hubo algo perdido y alzado.
¿Quién sabe si no fue un balón
entre los matorrales de la infancia?
Tomada de: American Beauty |
Hubo manijas y timbres,
sobre los que se oprimió de antemano
un toque sobre otro.
Maletas contiguas en el depósito.
Quizás hubo en cierta noche un sueño idéntico,
borrado de inmediato al despertar.
sobre los que se oprimió de antemano
un toque sobre otro.
Maletas contiguas en el depósito.
Quizás hubo en cierta noche un sueño idéntico,
borrado de inmediato al despertar.
Es que cada principio
es sólo la continuación,
y el libro de lo acontecido
siempre queda abierto en la mitad.
es sólo la continuación,
y el libro de lo acontecido
siempre queda abierto en la mitad.
Wislawa Szymborska
Traducción de Ángel Zuazo López.
miércoles, enero 21, 2015
Encuentro Inesperado
Entre nosotros somos muy amables,
Decimos qué grato encontrarnos después de
tantos años.
Nuestros tigres beben leche.
Nuestros azores andan a pie.
Nuestros tiburones se ahogan en el agua.
Nuestros lobos bostezan frente a las abiertas
jaulas.
Nuestras víboras se estremecieron con el
rayo,
los monos con la inspiración, los pavos
reales con las plumas.
Cómo salieron volando antaño los murciélagos
de nuestro pelo.
Callamos a medio decir,
Sonrientes y sin salvación.
Nuestra gente
No sabe hablar entre sí.
Frente a una copa de vino
Miró, me añadió belleza,
yo la tomé como mía.
Feliz, me tragué una estrella.
Me permití inventar
en la semejanza el reflejo
de sus ojos. Bailo, bailo
entre las sacudidas de las desnudas alas.
La mesa es mesa; el vino, vino
en la copa, lo que es copa
y permanece erguida sobre la mesa.
Yo soy imaginaria,
imaginaria hasta lo increíble,
imaginaria hasta la sangre,
Le digo lo que deseo: sobre las hormigas
que se mueren de amor
bajo la constelación de Leo.
Juro que la rosa blanca
salpicada de vino, canta.
Me río, inclino la cabeza
con cuidado, como si comprobara
el descubrimiento. Bailo, bailo
en la asombrada piel, en el abrazo,
que me crea.
La Eva de la costilla, la Venus de la espuma,
y la Minerva con cabeza de Júpiter
fueron más reales.
Cuando él no me mira,
busco mi reflejo
en la pared. Y sólo veo
el clavo del que el cuadro ya no cuelga.
Wislawa Szymborska
Traducción de Ángel Zuazo López
domingo, enero 04, 2015
Ilusión Viva
La ilusión viva no se disipa
como se desvanecen los sueños.
Ningún rumor, ningún zumbido
es capaz de disiparla,
ningún ruido, ningún estruendo
se desprende de ella.
Borrosas y ambiguas
son las imágenes en los sueños,
lo que permite interpretarlos
de muchas formas diferentes.
Ilusión viva significa ilusión viva
y esto es un gran enigma.
Para los sueños hay llaves.
La ilusión viva se abre sola
Y no se deja cerrar.
De ella se esparcen
diplomas escolares y estrellas,
caen mariposas
y grandes planchas viejas,
gorros sin cabezas
y jirones de nubes.
De esto surge
Un jeroglífico insoluble.
Sin nosotros no habría sueños.
Aquél, sin el cual no habría ilusión viva,
se desconoce,
y el producto de su desvelo
se le contagia a cada uno
que se despierta.
No son locos los sueños,
loca es la ilusión viva,
aun cuando sea por la obstinación
con la que se sostiene
al curso de los acontecimientos.
En los sueños aún vive
nuestro difunto reciente,
hasta goza de salud
y de recobrada juventud.
La ilusión viva tiende ante nosotros
su cuerpo muerto.
La ilusión viva no retrocede ni un paso.
La liviandad de los sueños ocasiona
que la memoria se desprenda fácilmente de
ellos.
La ilusión viva no tiene que temerle al
olvido.
Es una buena pieza
Se nos planta en el cuello,
nos oprime el corazón,
nos desploma.
No hay modo de escapar de ella,
porque en cada escapada nos acompaña.
Y no existe ninguna estación
en la ruta de nuestro viaje,
donde no nos esté esperando.
Wislawa Szymborska
Traducido al español por Ángel Zuazo López
martes, diciembre 30, 2014
Retrato De Mujer
Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
en la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.
Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.
Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.
No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.
(1957)
Gonzalo Rojas
La Oficiosa Inutilidad
Por: Antonio Saura |
Nada produjeron mis manos a lo largo del tiempo.
Nunca sembré, coseché o almacené ningún fruto.
No cultivé los campos, no rendí mi sudor bajo los días arduos.
No vendí, no gané, no entendí los negocios.
La vida brilló para mí siempre afuera, más allá de las tiendas,
resplandeciente y solitaria como un río salvaje.
Me dirán: cuál tu oficio, tu forma de ganar el pan.
Reprocharán mi dulce dejar pasar las horas
como en éxtasis blanco, como sombra en los patios.
Señalarán mis libros, mi música, las artes
que en vigilia o en sueño suelo buscar iluso.
Reclamarán castigo inmediato de mi crimen:
mi indolencia aparente en el reino apurado,
este apartar los pasos de la vía demente
donde se trenza el músculo a la urgencia, al afán
de las ruedas, los motores, las alas.
Juzgarán estas manos ineptas, estos ojos abiertos
más allá de los lindes del hacer y el luchar.
No entenderán la honda soledad de mi inútil
condición, mi renuncia anticipada y muda
al laborioso mundo que inventaron los hombres
sobre la tierra abierta al goce, la delicia
del instante en la incierta duración de la vida.
No admitirán mi oficio simple de no hacer nada,
—mi tarea magnífica de estar solo soñando–
mientras pasan los años y avanza atareada
la muchedumbre informe levantando ciudades,
apresurando horarios, computando el mañana.
Sólo pienso, es difícil, es también un deber
que alguien cuide el silencio, que alguien
guarde el rebaño de sus propios deseos
al margen del bullicio, del frenético empuje
y el trepidar insomne de la gran maquinaria.
Soy un pueblo de manos esperando en la sombra.
Soy el desempleado, el vago, el remolón
habitante de orillas apartadas y sordas.
Otras son mis razones con qué estar ocupado.
Hay otro tiempo y ritmo, hay otro
espacio último entre las horas ágiles.
—Tal vez, acaso, nunca
no hacer nada fue tanto.
Porque al menos la guerra no está entre mis oficios.
(1999)
Pedro Arturo Estrada
miércoles, diciembre 24, 2014
Ruego A Nzamé
Dame una palabra antigua para ir a Angbala,
con mi atado de ideas sobre la cabeza.
Quiero echarlas a ahogar al agua.
Una palabra que me sirva para volverme negro,
quedarme el día entero debajo de una palma,
y olvidarme de todo a la orilla del agua.
Dame una palabra antigua para volver a Angbala,
la más vieja de todas, la palabra más sabia.
Una que sea tan honda como el pez en el agua.
¡Quiero volver a Angbala!
Jaime Jaramillo Escobar
martes, diciembre 02, 2014
sábado, noviembre 29, 2014
Todas Las Aves
Mataremos a todas las aves.
A todas. A todas, dijeron los cuervos al anochecer.
Y en el silencio de la noche oí
cómo alguien en el jardín estaba matando a mis aves.
Y supe
que ahora mis mañanas
estarían sin canción
y sentí
cómo la tristeza se apoderaba de mi alma.
A todas. A todas las aves, dijeron.
Y sentí
cómo batían alrededor de mí
sus alas oscuras
y cómo detrás de ellas me observaban
los ojos amarillos de los cuervos.
¿Qué buscas, cuervo?, pregunté.
Bajo la corteza de mi cráneo
no escondo ningún ave.
A todas. A todas las aves.
Las mataremos a todas, dijo.
Y temí
que una noche
me partiera el cráneo
a través de oscuros sueños
y que fuera a buscar con su pico demencial,
si en el nido de mis pensamientos
no se esconden las aves cantoras.
A todas. A todas las aves, resollaría.
Ahora siento por todas partes en mi nuca
los ojos amarillos del cuervo.
Mi alma está atravesada.
Mi alma es un ave muerta.
A todas. Las mataremos a todas.
A todas las aves, crascitan los cuervos
bajo el cielo oscuro.
Dane Zajc
viernes, noviembre 21, 2014
Exilio
Tampoco tú podrás marcharte,
si te vas contigo:
cada paso te hablará fieramente de la huida
y una memoria de soles tropicales
te cegará bajo cielos extranjeros.
No hay un sitio en el mundo
para quien ha visto
que su más íntimo sueño
no era su sueño,
que no nos era dado soñar sin sueños altos,
ni nos era dada la espera,
y que todo aplazamiento demoraba
sueños posteriores
ni hay espacio posible para quien una vez
entró al erial del desencanto:
también tú viste,
tú supiste de la infatigable cadena de masacres,
viste caer las flores núbiles en medio del espanto,
la niña muerta,
las promesas aplazadas,
la madre loca,
el vencimiento,
el milagro roto.
¿Qué tierra acogerá tu mirada?
¿Qué dirás a quién, qué?
¿Con qué lengua, con qué palabras dirás
esto he visto allí, en mi país,
y es verdad y debéis creerme?
¿Qué verbo usarás para tanta desolación?
Pensar que un gesto te bastaba aquí
para que te supieras escuchado,
domingo, noviembre 16, 2014
El Traje De Ícaro
¿Quién dice que Ícaro sufrió la derrota? Yo lo vi ad portas de lanzarse rumbo al sol, lo vi tomar la decisión del salto. Él sabía la verdad de su traje y conocía la naturaleza del sol. Incluso su más sombrío ser lo sabía y lo antecedió en su final abrazo. Un portal a un universo de lunas conscientes era para él la llama celeste. No muere quien realiza su más intimo sueño.
Hombre Pájaro, de Daniel Panguana. |
Mauricio Alejandro Moreno
viernes, noviembre 14, 2014
El Rito De Iniciación (Fragmento de Priapica Carmina Sensualis Amoris)
La luz violácea del ocaso sembraba sombríos resplandores sobre las aguas del lago Inferiore; a la altura de una de las entradas principales hacia la ciudad fortificada, esperaban contemplando sin afán los cambios en la atmósfera Cayus Generosus Erigo y su amigo Flavus Tiberius, ambos investidos de esa belleza propia de la juventud, cuando el alma y el cuerpo se lanzan a la aventura de la vida. Esperaban a un hombre maduro quien, tras una breve tardanza, llegó a cumplir la cita acordada.
Se adentraron en la ciudad por las estrechas calles que semejaban laberintos; sin aventajar el paso, pero manteniendo el ritmo un poco acelerado. Aquel hombre, cuyo nombre jamás será revelado, se adelantó un poco y bajó unas escalas. Golpeó una puerta. Unos ojos saltones se movían del otro lado de una rendija o mirilla. La gran puerta de madera se abrió y los tres hombres se adentraron por un pasillo iluminado con velones en forma de falos. Bajaron hasta un salón amplio donde reinaba un silencio de piedra; allí abajo el universo parecía ser otro. Al menos así lo describe Tiberius en sus Memorias sobre Erigo.
El cronista narra estupefacto la belleza excelsa de los cuerpos de 28 mujeres de edades varias y de formidable esbeltez. El hombre se detuvo ante el umbral que formaban las primeras mujeres; lo mismo hicieron los jóvenes que le seguían con respeto. Fueron conducidos hasta una pequeña habitación donde fueron desnudados, bañados en tibias aguas y perfumes, en un ambiente de hierbas y esencias aromáticas, y purificados para el inicio de los misterios. Llevados de nuevo al amplio salón, los dos jóvenes debieron libar los sexos de las 28 mujeres; cortesía que aquellas les devolvieron por el placer recibido. Tiberius, en sus Memorias, escribe: “Estas deliciosas sacerdotisas nos amaron de una manera libre y perfecta. Fue una jornada en la cual se puso a prueba nuestra potencia viril. Hubo un instante en el que creí desfallecer, aun cuando Erigo parecía un gallo atendiendo a todo el gallinero. Justo en el momento en que me desvanecía, nos dieron de beber un líquido espeso y de sabor amargo que nos revitalizó[1]”.
Al alba, cuando los dos novicios cayeron rendidos, aparecieron en la aromosa sala los sacerdotes integrantes del Culto Enhiesto con dos hermosas doncellas que a su vez iban a ser iniciadas en los lúbricos misterios. 14 hombres en total desfloraron a aquellas divas de pieles lozanas y anhelantes. Duró el día entero esta escena de penetraciones, dobles, triples, cuádruples, y de gemidos que hacían del aire una música de jadeos. Al llegar la hora del ocaso los nuevos integrantes del culto fueron llevados a una habitación donde muy seguramente bebieron más Satirión y continuaron el húmedo ritual hasta el alba siguiente. Era el año 748 de nuestra era. Iniciaba así una nueva etapa para la humanidad.
[1] Al parecer, la bebida
que les fue dada a ingerir era el famoso Satirión, cuyas propiedades
afrodisíacas fueron bastante apetecidas en la antigüedad. N.T.
Justo
Ernesto Paladín
Versión de Jandey Marcel Solviyerte
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