lunes, julio 18, 2016

Hemos de desembocar en este camino...


Hemos de desembocar en este camino
por un feliz tropiezo en las estrellas
hemos de saber la simple grandeza
que es vivir.

Pero si llego a él por el trapo seco
que es hoy mi corazón…

Los sueños cubren con sus plumas las calles
y caminar es una suavidad que hiere
si cada paso es el mismo
barco torpe que se hunde.

Oh juventud grosera,
tropel herido y anhelante, qué hace uno
con las llamas de las horas que solas arden,
qué hago con estas líneas torpes en el trazo torpe
de mis manos…

¿Buscas en el misterio de la vida
el agua de una humilde morada?

No.

No he de buscar las formas de aplacar esta sed
ni han de ser las cifras del entendimiento
mi moneda.

¿Náufrago dormido en el país del viento,
líder errante de toda palabra?

Descalzo mis pies al entrar en este sueño,
cautivo de la noche, aquí estás simplemente
tu carne y tus huesos extendidos
como piedras que alumbran en la noche
el rumor del tiempo, su tez de arena
y la luz de las estrellas
como una voz sobre las cosas,
aquellas que guían nuestro camino
apuntando en él
el hemisferio oculto de la manzana
más allá, más acá
de la semilla y el gusano...

lamiendo estoy, como un perro su hueso,
la insistente sombra del fracaso... 

 
bajo la nieve dormidos
girasoles ebrios,
noche acorazada.







Sebastian Franco



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