jueves, septiembre 22, 2016

Pájaro Azul


hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?





 









Charles Bukowski

Versión de Rafael Díaz Borbón



sábado, septiembre 17, 2016

Los Hombres Huecos


I


Somos los hombres huecos
Los hombres rellenos de aserrín
Que se apoyan unos contra otros
Con cabezas embutidas de paja. ¡Sea!
Ásperas nuestras voces, cuando
Susurramos juntos
Quedas, sin sentido
Como viento sobre hierba seca
O el trotar de ratas sobre vidrios rotos
En los sótanos secos
Contornos sin forma, sombras sin color,
Paralizada fuerza, ademán inmóvil;
Aquellos que han cruzado
Con los ojos fijos, al otro Reino de la muerte
Nos recuerdan -si acaso-
No como almas perdidas y violentas
Sino, tan sólo, como hombres huecos,
Hombres rellenos de aserrín.





Thomas Stearns Eliot



viernes, septiembre 16, 2016

Ausencia



Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
No quiero tenerte porque en mi ser
todo estará terminado.
Sólo quiero que surjas en mí
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío
en esta tierra maldita
que se quedó en mi carne
como un estigma del pasado.
Me quedaré... tu te irás,
apoyarás tu rostro en otro rostro,
tus dedos enlazarán otros dedos
y te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró,
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos
en la niebla suspendidos en el espacio
y acerqué a mí la misteriosa esencia
de tu abandono desordenado.
Me quedaré solo como los veleros
en los puertos silenciosos.
Pero te poseeré más que nadie
porque podré irme
y todos los lamentos del mar,
del viento, del cielo, de las aves,
de las estrellas, serán tu voz presente,
tu voz ausente, tu voz sosegada.








Vinicius de Moraes

Versión de Mariano Ramos




domingo, septiembre 11, 2016

Si yo muero allá lejos en el frente de la guerra...


Si yo muero allá lejos en el frente de guerra
Tú llorarás un día oh Lou mi gran amor
y después mi recuerdo se apagará en la tierra
Como un obús que estalla en el frente de guerra
Bello obús semejante a la mimosa en flor

Más tarde este recuerdo que en el aire ha estallado
Cubrirá con mi sangre la tierra toda entera
El valle el mar y el astro que pasa como al lado
De Baratier los frutos de oro en primavera

Presencia en cada cosa olvidada y viviente
Yo encenderé el color de tus senos rosados
Encenderé tus labios y tu cabello ardiente
Tú no envejecerás y todo lo existente
Cobrará nueva vida sobre el destino amado

La fuga ineluctable de mi sangre en el mundo
Dará un fulgor más vivo al sol agonizante
Hará la flor más roja y hará el mar más profundo
Un amor inaudito descenderá hasta el mundo
Y tendrá más poder en tu cuerpo tu amante

Si al morir allá lejos mi recuerdo se olvida
Recuerda Lou en los éxtasis más puros de tu vida
-En tus días de ardor y pasión amorosa-
Que mi sangre es la fuente de esta dicha futura
Y siendo la más bella sé tú la más dichosa
Oh mi amor oh mi única oh mi inmensa locura!
 
















Guillaume Apollinaire

Versión de Andrés Holguín



lunes, septiembre 05, 2016

Después De Nosotros


Mañana, después de nosotros,
volverá a la pradera, en dulce péndulo
a recorrer la música, un delirante festival.

Las alcobas cerradas
pasarán cabeceando hacia los arrecifes
de una ancha rosa azul.

¿Quién mirará en silencio
cruzar por los cristales detenidos
las cosas que terminan con la lluvia ?

¿Quién abrirá de noche la unánime
novela que se lee alma adentro,
para buscar el fuego de los días
en la ardorosa y blanca intimidad ?

¿Y, quién verá en las noches de diciembre
salir, al través de las ventanas,
la música delgada de Franz Schubert
que, sollozando, cae en los jardines?

¡Ah, mañana, después de nosotros!

Cuando la primavera alce sus hojas,
qué luminosas potras de topacio
se empinarán de amor
sobre nuestros sepulcros apagados!

Sobre nosotros pasarán en junio
misas de punta azul y espuma blanca,
los gaseosos orfebres del crepúsculo
y el agua circular de las carretas
que marchan a cambiar largas hileras
de música con pensativas cosas.

Oh, si esta tierra inexorable
que hoy me cose los párpados, amada;
si esta tierra, al fin, se aclarara,
lloraría, temblando, sobre tus manos blancas
como cuando la fiebre me adelgazaba el alma...

¡Pero esta honda noche, se hace tarde!

Ah, y otra vez, errantes, los gitanos
volverán una tarde a nuestra aldea.
Sé que preguntarán por nuestras manos...
Les dirán que ya nadie puede leer en ellas,
que tenemos la línea de la vida
borrada por dos años de azucenas.










César Dávila Andrade




domingo, agosto 28, 2016

Inventario De Lo Que No Tuve

No tuve una flor inmortal
Ni un fracaso que evitara los otros
Ni un sayal a cuadros donde rastrear mis últimos jolgorios

No tuve humo en los ojos para olvidar lo que vi

Tampoco tuve valor para declararte mi amor
(aunque cada poro de tu cuerpo se abría ante mí)
Ni para dilapidar en alcohol los restos de mi apacible catástrofe

Tampoco tuve la locura esperada
(aunque a mi alrededor todo era insensatez)
Ni odio suficiente para volar por los aires
Ni otra desventura que la que me fue señalada

O me propuse.








Gustavo Pereira




jueves, agosto 25, 2016

Los Soldados Lloran De Noche


Ni la cruz ni la infancia bastan,
ni el martillo del Gólgota, la angélica
memoria, para quebrar la guerra.
Los soldados lloran de noche
antes de morir, son fuertes, caen
a los pies de palabras aprendidas
bajo las armas de la vida.
Números amantes, soldados,
anónimas lluvias de lágrimas.





Salvatore Quasimodo

Traducción de Carlo Frabetti


martes, agosto 23, 2016

Poesía


Poesía
para acunar tus sueños de niño
dulcemente dormido en brazos morenos
Poesía
para tu primera barba
tu primer sobresalto
tu primer beso
Poesía
para el ardiente verano de tu madurez
Poesía
para cruzar con calma el otoño de tu vida
Poesía
para las primeras canas
para los primeros trastornos renales
para la primera disnea
Poesía
para las horas que preceden al minuto
en que la muerte
baja a abrevar en tu sangre






Luis Rogelio Nogueras


domingo, agosto 21, 2016

Siesta


"Voy por tu cuerpo como por el mundo".
Octavio Paz


 

Es la siesta feliz entre los árboles,
traspasa el sol las hojas, todo arde,
el tiempo corre entre la luz y el cielo
como un furtivo dios deja las cosas.
El mediodía fluye en tu desnudo
como el soplo de estío por el aire.
En tus senos trepidan los veranos.
Sientes pasar la tierra por tu cuerpo
como cruza una estrella el firmamento.
El mar vuela a lo lejos como un pájaro.
Sobre el polvo invencible en que has dormido
esta sombra ligera marca el peso
de un abrazo solar contra el destino.
Somos dos en lo alto de una vida.
Somos uno en lo alto del instante.
Tu cuerpo es una luna impenetrable
que el esplendor destruye en esta hora.
cuando abro tu carne hiero al tiempo,
cubro con mi aflicción la dinastía,
basta mi voz para borrar los dioses,
me hundo en ti para enfrentar la muerte.
El mediodía es vasto como el mundo.
Canta el cuerpo en la luz, la tierra canta,
danza en el sol de todos los colores,
cada sabor es único en mi lengua.
Soy un súbito amor por cada cosa.
Miro, palpo sin fin, cada sentido
es un espejo breve en la delicia.
Te miro envuelta en un sudor espeso.
Bebemos vino rojo. Las naranjas
dejan su agudo olor entre tus labios.
Son los grandes calores del verano.
El fugitivo sol busca tus plantas,
el mundo huye por el firmamento,
llenamos esta nada con las nubes,
hemos hurtado al ser cada momento,
te desnudé a la par con nuestro duelo.
Sé que voy a morir. Termina el día.



La Siesta, por Boceto



Jorge Gaitán Durán



martes, agosto 16, 2016

Belkis



Se siente un tanto apenada aunque el cargamento
es de fábula y tan pesado que los carruajes
se atoran en la arena fangosa del camino
Esperó varios años para decidirse a visitarlo
Su prestigio de sabio y magnánimo es conocido
en todos los inacabables confines de la tierra
Se pondera tanto la belleza del espíritu
del rey de los hebreos que ella está enamorada
sin conocerlo y le lleva tantos bellos regalos
como pudo recoger en el legendario Ofir
que otros llaman Saba y los que pudo adquirir
en donde le fue posible y le lleva su cuerpo
—que igualan los que la conocen a Astarté— la luna
como el más escogido presente de la naturaleza
Cuando Belkis llegue a Jerusalén y Salomón
la reciba sabrá ella lo que es un rey
que se disputan todas las noches seiscientas concubinas
Lo que es un amante fuerte y lujurioso que la
acueste en lecho de plumas de pájaros
y la posee una y otra vez con deseo incontenible
Sabrá lo que es un hebreo sano inteligente y bueno
de esos que la Biblia elogia antes que aparezca
el mito de Jesucristo sin cultura sin falo
y sin ninguna bondad memorable conocida



La Reina de Saba en su encuentro con el Rey Salomón


Raúl Gómez Jattin


Cuando Recibís El Nombramiento

Cuando recibís el nombramiento,
el premio, el ascenso,
pensá en los que murieron
cuando estás en la recepción,
en la delegación, en la comisión,
pensá en los que murieron
cuando te aplauden al subir la tribuna
con los dirigentes
pensá en los que murieron
cuando te toca a vos el micrófono,
te enfoca la televisión,
pensá en los que murieron
cuando sos el que da los certificados,
las cédulas, el permiso,
pensá en los que murieron
pensá en los que murieron,
miralos sin camisa, arrastrados,
echando sangre, con capucha, reventados,
refundidos en las pilas, con la picana,
el ojo sacado,
degollados, acribillados,
botados al borde de la carretera,
en hoyos que ellos cavaron en fosas comunes,
o simplemente sobre la tierra,
abonos de plantas del monte
Vos los representás a ellos,
ellos delegaron en vos,
los que murieron.





Ernesto Cardenal



lunes, agosto 15, 2016

Hallazgo


Como una pequeña escultura
desenterrada
y devuelta a su nicho en el templo.

De una perfección
que asombra en estos tiempos,
y que obliga a pensar
en el dominio del material
por su artífice,

en su musa inspiradora.

También en la maleable amalgama
que con mármol y piedras
de un color siempre vivo,
conformó y dio un soplo
a lo que la misma naturaleza desconocía.
A aquélla de la cual dar razón
de este modo y no de otro
—con su blanco y delicado vientre—
—con la altiva redondez de sus senos—
—con el amoroso ofrecimiento de su alma—,

mudándola en ídolo
y alojándola en un recinto,

pues tarea humana
es también fabricar la inmortalidad.

Y que ahora después de siglos
vuelve a su lugar,
—desenterrada y centelleante—,

permitiéndome así hablar de tu belleza.




La joven tarantina. Alexandre Schoenewerk, 1871. Musée d’Orsay, Paris.


Elkin Restrepo




En suerte


Si el camino que tomaras
no fuera el tuyo,

ni tuyo tampoco el salmo
que en la oscuridad pronuncias

(aquél que en verdad espanta
culpas y demonios).

Si el amor, dándote a escoger,
te negara
la mujer que sólo era tuya.

Si la vida en lugar de una cosa,
te diera otra,

y otro fuera el remedio
para tus males.

Si siendo tú,
fueras también ése o aquél,

¿qué cielo mirarían,
de quién recibirían perdón,
el blanco de tus huesos?

¿De qué Dios serían siervos
los dones que te pierden?

¿De quién los caminos
que no van a ningún lado?

Y saber que quien va,
nunca vuelve.






Elkin Restrepo

martes, agosto 09, 2016

Ítaca


Cuando salgas de viaje para Ítaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, de experiencias colmado.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irascible Posidón no temas,
pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que —¡y con qué alegre placer!—
entres en puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,
y voluptuosos perfumes de todas las clases,
todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.
Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.

Mantén siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.

Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.



Las sirenas. Pintura de Leon Belly
(Museo de l'Hotel Sandelin, Saint Omer, Francia)



Constandinos Petros Cavafis

Traducción de Ramón Irigoyen



viernes, agosto 05, 2016

El Cuarto De Mi Infancia No Es Pretensioso



Los objetos en la casa están reunidos en pilas iguales
como la leña que ha sido preparada antes de que llegue el frío,
un periódico ritual repetido cada año.
En el espejo veo todo el tiempo la misma mujer
que se concentra en arrancar los pelos blancos
y con los dedos mojados recogerlos del piso.

Hay un mudo, vago dolor en todo esto, como los últimos acordes en una triste canción que podemos adivinar de antemano, como si ya la hubiéramos escuchado en alguna parte.
Toco aquí, pero duele en algún otro lugar.

“Buenos días, Hombre - Niebla!”
“Buenos días, Muchacha - Imán!”

El hielo desde abajo, desde los internautas, desde la tierra y el espacio me envía señales secretas.

Es una constante cuenta regresiva:
60, 59, 58, 57, 56, 55, 54, 53, 52, 51, 50...

y no he alcanzado a desear algo, ni siquiera a pedir algo.





Gabriella Eftimie