lunes, febrero 08, 2016

Cenizas



Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.

Hemos creado el sermón

del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.

Nos hemos arrodillado

y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas,
frases con alas. 

Hemos inventado nuevos nombres 

para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles
caminos.

Yo ahora estoy sola

-como la avara delirante
sobre su montaña de oro-
arrojando palabras hacia el cielo,
pero yo estoy sola
y no puedo decirle a mi amado
aquellas palabras por las que vivo.






Alejandra Pizarnik



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