Ven hasta la hamaca donde escribí
el libro dedicado a tu sagrada presencia
Ella me recuerda toda esa soledad
que dormí en ella Todos esos gestos de mi alma
persiguiéndole el vuelo a las palabras
que grabaran en un tiempo menos frágil
la lluvia de tus lágrimas El reposo soñado
en tu pecho La mañana eternamente memorable
de nuestras manos enlazadas en medio del tumulto
En el vientre de esa hamaca recosté
mi cansancio de la vida Acuné dolores
Me defendí de la canícula Y soñé:
Tú venías en medio de la noche a consolarme
y eso dije Escribía un poema que preservara
tu memoria y eso hice Desatar mis alas tristes y lloré
Tiéndete que yo te meceré para refrescarte
si te es posible duerme Que yo velaré.
el libro dedicado a tu sagrada presencia
Ella me recuerda toda esa soledad
que dormí en ella Todos esos gestos de mi alma
persiguiéndole el vuelo a las palabras
que grabaran en un tiempo menos frágil
la lluvia de tus lágrimas El reposo soñado
en tu pecho La mañana eternamente memorable
de nuestras manos enlazadas en medio del tumulto
En el vientre de esa hamaca recosté
mi cansancio de la vida Acuné dolores
Me defendí de la canícula Y soñé:
Tú venías en medio de la noche a consolarme
y eso dije Escribía un poema que preservara
tu memoria y eso hice Desatar mis alas tristes y lloré
Tiéndete que yo te meceré para refrescarte
si te es posible duerme Que yo velaré.
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