miércoles, febrero 10, 2016

Doble Balada


Por eso, amad cuanto deseéis,
seguid reuniones y fiestas,
al final, no valdréis más
y no conseguiréis sino romperos la cabeza;
locos amores embrutecen a la gente:
Salomón cayó en idolatría;
Sansón perdió los ojos.
¡Muy feliz es quien no tiene nada!

Orfeo, el dulce ministril
que tocaba flautas y gaitas,
estuvo en peligro del asesino
Can Cerbero, de cuatro cabezas;
y Narciso, el buen honrado,
se ahogó en el profundo pozo
por un caprichoso amor.
¡Muy feliz es quien no tiene nada!

Sardana, el noble caballero,
que conquistó el reino de Creta,
quiso convertirse en mujer
e hilar entre las doncellitas;
el rey David, sabio profeta,
olvidó el temor a Dios,
al ver lavar muslos bien hechos.
¡Muy feliz es quien no tiene nada!

Amón quiso deshonrar
-fingiendo comer tortas-
a su hermana Tamar y desflorarla,
lo que fue un incesto deshonesto;
Herodes, y no son cuentos,
decapitó a San Juan Bautista,
por danzas, saltos y cancioncillas.
¡Muy feliz es quien no tiene nada!

De mí, pobre, quiero hablar:
fuí golpeado como trapo en río,
completamente desnudo, no quiero ocultarlo.
¿Quién me hizo masticar esas grosellas
sino Catalina de Vaucelles?
Noel es el tercero que estuvo allí:
que lo celebre de modo semejante...
¡Muy feliz es quien no tiene nada!

Pero, ¿debía el joven muchacho
abandonar a las muchachitas?
¡No! Aunque lo quemaran vivo
como a quien cabalga escobas.
Le son más dulces que cibelinas,
y, loco, siempre se fió de ellas
fueron blancas, fueron morenitas.
¡Muy feliz es quien no tiene nada!





 

Francois VillonTraducción de Carlos Alvar


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