Tomado de la colección un libro por centavos, iniciativa de la Decanatura Cultural de la Universidad Externado de Colombia, este número 73 es una antología de Fredy Chikangana, Vito Apüshana y Hugo Jamioy, preparada por Ángela García.
HEREDEROS DEL CANTO CIRCULAR
Fredy Chikangana
Vito Apüshana
Hugo Jamioy
Antología
de Ángela García
POEMA DE CREACIÓN DE LOS SERES Y LAS COSAS
Un
fantasma, nada más existía.
El padre
tocó una quimera, cogió algo misterioso.
Nada
existía. En medio de un sueño, el Padre Nainuema
retuvo
la quimera y pensó para sí.
Ningún
palo había para sujetarla:
con un
hilo soñado, sujetó la quimera mediante el
aliento.
Buscó el
fundamento de la pura quimera,
pero no
había nada allá.
“Algo
vacío estoy enlazando”. Nada existía allá.
Luego el
Padre siguió buscando,
tanteó
el fundamento de esta cosa y buscó el sitio
vacío y engañoso.
El padre
enlazó el vacío con el hilo soñado.
Lo pegó
con la goma mágica arebeike.
Lo
sujetó con un nuevo sueño mágico iseike.
Cogió el
fondo ilusorio y lo pisó repetidas veces.
Se sentó
sobre la tierra llana soñada y la niveló
pisándola.
Tenía la
tierra quimérica en su posesión,
luego
escupió su saliva, las aguas.
Se sentó
sobre esta tierra imaginaria
y le
puso encima el cielo: el cielo azul y el cielo blanco.
Después
hizo Rafuema “el que tiene las narraciones”
en el
mundo subterráneo, tras largas meditaciones,
este relato
para que
nosotros lo lleváramos arriba a la tierra.
Luego
nacieron en la tierra los grandes árboles de la selva
y la
palma Canaguche llevaba frutas para que nosotros
tuviéramos que beber.
En el
agua del padre crecieron todos los árboles y
enredaderas.
Él sólo
creó la chicharra
además
el mono-choruco para que comiera los árboles,
y el mono-de
maíz que abre los frutos,
los
jabalíes grandes, el guara, el borugo para comer
la selva
y todos
los animales y el tintín.
Él solo
creó.
Él creó
el armadillo que nació con un refuerzo en el
hombro,
creó al
armadillo gigante
y a
todos los animales como la nutria, que come pescado,
y a la
nutria pequeña.
Él hizo
todos los animales como el ciervo y el
chontaciervo
y el oso
hormiguero grande
y envió
al oso hormiguero pequeño.
En el
aire creó el águila real que se come a los chorucos,
creó al
sidi, al picón, al papagayo kuyodo,
al arara
rojo y a todas las aves, a la perdiz,
los
pavos eifoke y ferebeke, al bakita, al chilanga,
al buitre y al águila.
Creó
todas las aves:
El pico,
los pájaros sidyi, el hokomaike, la grulla,
la
golondrina, el patilico, el papagayo sarok,
el
comejenero, el burro, el arara verde,
el
kuikudyo, las palamos ukugi y fuikango, el siva y
el
tudyaga.
Creó el
garrapatero, la mariana que ahora sabe
comer
peces
al pato
hediondo, al pájaro vaca, al pato,
al
murciélago, el colibrí, al dyivuise,
al
siada, al hirina y a los himegisinyos.
Creó la
rana grande y pequeña que viven ahora en
el agua.
La
avispa cortó nuestras colas.
Antes
todos la tenían.
También
nosotros teníamos colas.
La
avispa le cortó primero la cola a la rana,
después
a los hombres,
y cuando
se hubo cansado de cortar tantas
el resto
de los hombres se convirtieron en monoschorucos
que
antes también eran hombres.
(Poema de creación de los Huitotos)*
* Tomado
de La poesía ignorada y olvidada de Jorge Zalamea, edición Casa de las Américas, 1965.
CANTO DE SOLIDARIDAD
Distribúyase
el pescado de mar,
distribúyase
el sábalo, distribúyase el pez-sierra,
distribúyase
el pez-sierra pequeño,
distribúyase
el tiburón, distribúyase el pargo.
Parece
que el camino del pescado
Dios lo
ha hecho de oro.
El
flautista llama a la niña
y la
previene para que ajuste bien
el borde
de su blusa.
Distribúyase
el mero,
distribúyanse
las conchas que se adhieren a las rocas
y a los
mangles,
distribúyase
la langosta,
distribúyanse
los cangrejos,
distribúyase
el marisco que vive en las rocas
con la
boca abierta, como riéndose,
distribúyase
la carne de las conchitas del río,
distribúyanse
las conchas más grandes,
distribúyanse
los camarones,
distribúyanse
todos los peces del río,
distribúyase
la iguana
que se
para
en el
extremo del guayacán.
(Kunas, Panamá-Colombia)*
*Tomado
de Poesía indígena de América de Guillermo Alberto Arévalo, Arango editores, Bogotá, 1988.
IPELELE
Nána
kayapai
desde el
fondo del río Tuiliwala
sonrío
con satisfacción
al mirar
a sus hijos nacer
desde la
tinaja de oro de plata.
El gran
río se estremeció
las
nubes se acoplaron para dialogar
sobre el
gran nacimiento
las
distintas capas de la madre tierra
se
acomodaron,
se
fortalecieron
y
profanaron profecías.
El fuego
se levantó
con su
sombrero brillante
para la
lucha
para
señalar el camino de esperanza.
El
viento volvió a danzar
como la
primera vez
cuando
Pápa y Nána estaban formando a la madre
tierra.
El agua
roció las mejillas de la madre doliente
para
darles la gran noticia
las
plantas se vistieron
con sus
mejores molas,
con sus
mejores aromas,
para
preparar la guerra.
El fuego
el
viento
el agua
las
plantas
y los
ocho hermanos
volvieron
a la memoria
de mi
pueblo Tule.
(Abadio Green, 1957, Kuna-Tule)
FREDY CHIKANGANA
ESPÍRITU DE PÁJARO
Estos
son cantos a la madre tierra en tono mayor
son
susurros que vienen de bosques lejanos
aquellas
palabras esquivas que buscan ser gota en el
corazón humano.
Son
tonos suaves como si dijéramos:
“Vamos en silencio por los caminos húmedos de la
vida
la hierba de la esperanza nos saluda entre la noche
y sus sombras
nuestras huellas se abrazan a la tierra y el granizo
canta
entre las hojas del árbol
somos el fuego de estrellas que se desprenden de la
bóveda azul
anunciando el nuevo tiempo
aquí estamos tejiendo el círculo de la mariposa
amarilla
sembrando agua en los lugares desiertos,
en fin, somos espíritu de pájaro en pozos del ensueño”
SAMAY PISCCOK
(Espíritu
de pájaro)
Takicay
pachamamak jatun rimaypi
Chihuihuincay
ima hamuy sachamanta
Shimicay
ttillayay ima maskay suttuycaypi sonccoruna
Chihuihuincay
ñutu rimaina:
“jaku nimapi ñanpura jukuna causaypa
Quihuacuna suyanak ñoqa rimay tutapurakuna
llanturi
Ñukanchiyupi ucllanacay pachata takiruntupay
Yurapankapura
Ñukanchi ninapay coyllurmanta ima urmay
ankas ananpachak
Hullilla kcayapacha
Caypi muyupi pillpintumantak quellu
Tarpuyaku puruncunapi
Tukurita nunacay pisccomanta
Pponccopi mushcoypa”
PUÑADO DE TIERRA
Me
entregaron un puñado de tierra para que ahí
viviera
toma
lombriz de tierra me dijeron:
ahí
cultivarás, ahí criarás a tus hijos,
ahí
masticarás tu bendito maíz
entonces
tomé ese puñado de tierra
lo
cerqué de piedras para que el agua no me
lo
desvaneciera
lo
guarde en el cuenco de mi mano, lo calenté
lo
acaricié y empecé a labrarlo…
Todos
los días le cantaba a ese puñado de tierra
entonces
vino la hormiga, el grillo, el pájaro de la
noche
la
serpiente de los pajonales y
ellos
quisieron servirse de ese puñado de tierra
quité el
cerco y a cada uno les di su parte
me quedé
nuevamente solo
con el
cuenco de mi mano vacío
cerré
entonces la mano, la hice puño y decidí pelear
por
aquello que otros nos arrebataron.
EL ALTO VUELO DEL QUINTIN LAME
Trepando
montañas entre el sol y la lluvia
con
pasos firmes y ojos inquietos
hiciste
camino taita Quintín
tu
cuerpo prestaste
a un
espíritu hijo del trueno
y
labraste la tierra para sentir sus entrañas.
De ahí
nacieron tus luchas
que son
nuestras luchas
y del
dolor de ser cautivo en tu propia tierra
te
liberaste,
rasgaste
las vestiduras del sometimiento,
sentiste
la vergüenza de ser terrazguero
y así
marcaste el camino
para
liberar a tu gente.
Las
montañas saben de tus pasos firmes
y el
viento conoce de tus largos vuelos
el río
Cauca es testigo
de la
sangre vertida de tu pueblo indio.
Quizá,
la luna que te cogió despierto
en las
altas horas de la noche
sepa
reconocer los dolores profundos
que
masticaste a solas.
Así
continuaste la huella
y de tus
aguas de indio
brotó el
mar de tu pensamiento
gato
montés fuiste ante el peligro y la injuria
ante la
calumnia y la infamia
fuiste
sol en la oscura noche.
Abriste
un camino y
te
hiciste guerrero incansable
tus
huellas que levantaron
el polvo
de los caminos
quedaron
eternas en la memoria
desde el
bosque de la sabiduría.
DE LOS RÍOS
Navegando
sobre un río silencioso
dijo un
hermano:
“Si los
ríos pudieran hablar
cuanta
historia contarían…”
Y
alguien habló desde lo profundo de esa selva
misteriosa
“la
historia es tan miserable
que los
ríos prefieren callar…”
MINGA
Con el
pie sobre la madre tierra
somos
uno para todos sobre el ancho cielo
venimos
del sol
pero
también somos seres de la noche
del
relámpago y el trueno
aquí
estamos como si fuéramos racimos de maíz
bajo el
humo espeso de la indiferencia
estamos
cada día curtiendo nuestros cuerpos
en el
trajinar de las horas
retoñamos
en minga
nos
amarramos a la tierra y
como
pájaros elevamos vuelo
hacia
los sueños de la gente que indaga
en esta
misma fuente.
BREVE TIEMPO
La
candela devora los troncos
y luces
multicolores de su cuerpo surgen
se
desliza la brasa con su boca ardiente,
hay
cenizas en el atardecer.
Sentado
en un banco viejo
yo
pienso:
en el
tiempo, en el amor, en la muerte.
MUERTE
Hora de
la muerte
Tañe la
campana
Toca la
flauta
Tristes
palabras una tras otra
Tambalean
mis pestañas.
SERES DE LA LIANA PRODIGIOSA
En
aquella perdida aldea
los
hombres convertidos en pájaros
alumbran
con sus colores de fuego
sobre
los techos de las casas
ellos
vigilan el sueño de los vivos
para que
al amanecer
renueven
el camino
con el
corazón liviano de tantas penas,
si
alguien los contempla
podrá
entender la danza de sus plumas
en la
oscuridad
el canto
silencioso
de
antiguos mensajes
y las
formas circulares
que
relampaguean desde sus plumas
ellos
son los seres de la liana prodigiosa
la que
cuelga del cielo y
que es
por donde bajan los muertos
a pintar
todos los sueños de los vivos.
PALABRA DEL ABUELO
Palabra
de abuelo –no sigas a ese pájaro gris–,
que es
espíritu y lleva al despeñadero,
es
pájaro de muerte.
Palabra
de abuela –no juegues con fuego–,
que hace
orinar en cama,
es frío
dentro del cuerpo.
Palabra
de Taita –haz caso al abuelo–,
hay que
pagar pa’ cazar.
Palabra
de mamita –haz caso a la abuela–
hay que
pagar para jugar con el fuego.
Palabra
de pájaro gris –abuelo de mal agüero–,
es
hombre desconfiado.
Palabra
de fuego –abuela de mal presagio–,
es mujer
maliciosa.
Palabra
de mi corazón –bienvenido el misterio–,
alienta
este canto.
AUN TENEMOS VIDA EN ESTA TIERRA
Mientras
ellas muelen el maíz amarillo sobre la
piedra
nosotros
cantamos con flautas y tambores de venado
reímos y
nos embriagamos sin prisa
despedimos
al sol que huye entre las montañas.
Reímos y
danzamos con flautas entre las manos,
nos
vamos metiendo hacia el fondo de la tierra
por ese
ombligo tibio que arrastra y nos lleva
a la
memoria
a ese
espacio donde habitan nuestros muertos
que nos
reciben con alegría
¡Bebamos!
–dice Taita Manuel– y que viva el maíz
¡Bebamos
–dice mama Rosario– y que viva la tierrita
que nos calienta.
Y
mientras se danza sobre los surcos
reímos y
cantamos con nuestros muertos
con
flautas ahuyentamos las penas y
con
chicha endulzamos las noches.
¡Bebamos
sin pena! Gritan
que aún
tenemos vida en esta tierra.
LA TIERRA
La
Tierra
es el
comienzo de la alegría y el llanto;
en ella
vive la placenta roja
convertida
en piedra negra
en ella
están los rituales de seres subterráneos
que
amarran nuestra sangre
con las
lianas del tiempo,
en esa
tierra
está la
pluma del tucán
que
guarda los colores de la vida
está el
agua libre e inquieta
el aroma
y el sabor de todas las hierbas
que nos
llevan al cielo y al infierno,
estamos
tú y yo
con la
fuerza de los sueños.
A esa
tierra negra o amarilla
irán
estos huesos
cuando
la boca del tiempo los haya chupado
volveremos
entonces a esa placenta
a esa
pluma, al agua que toca los cuerpos
iremos a
cantar entre los hilos verdes de esas hierbas
para alimentar
todos los sueños de los hombres
volveremos
a ser diente de tigre
poema de
la noche, tambor de yegua
sonido
de flauta a altas horas de la noche
en lo
profundo de la gran montaña.
RAÍCES
Aroma de poleo en la montaña
nariz
consejos de taitas en el fuego
boca
caballos a la orilla del maizal
ojos
susurros en la noche oscura
oídos
palabras de tabaco y coca
pensamiento
huellas sobre huellas en el bosque
extraños
silencio de los hombres y mujeres
muerte
sangre entre la tierra
raíces
cuerpo
raíces
GOTA DE LA NOCHE
En
aquella gota de agua cristalina
que se
desprende de una hoja al amanecer
se van
las preguntas y enigmas de la noche
los
amores escondidos,
los
susurros y poemas de algún enamorado
que se
creía solo
bajo la
luz de la luna
aquella
gota de agua cristalina
rueda
sobre una verde piedra
y toca
mi alma roja
de donde
brota una flor del color del firmamento;
aquella
gota de la noche
es mi
alegría y mi pena
es la
niña que cuido
en ella
vive la flor que
acompaña
estos silencios.
DEL FUEGO
Es de
noche y en las montañas
las
puertas se iluminan y tiemblan
con el
resplandor del fuego
las
rendijas y las ventanas son esas líneas
que
cruzan la oscuridad para calentar nuestro
corazón.
Los
hombres y mujeres yanakunas
que son
gente que se sirve en el tiempo de la noche
hablan,
lloran y ríen en un río de humo espeso,
en el
fuego está el tiesto de barro
y en el
tiesto de barro negro
la
hojita de koka que gira en círculo
como
gira el tiempo
el
abuelo tuesta la hoja y atiza el fuego
luego se
lleva tres hojas a la boca y
mambea
mirando hacia las cenizas
ofrenda
tres hojas tiernas al fuego,
pasándolas
por encima de su cabeza;
hay que
compartir –dice–,
ellos
también quieren mambear
mientras
brota del fuego un hilo de humo
que da
vueltas sobre la cocina
mientras
toma su camino al cielo;
pregunta
el corazón de la abuela
–que
será lo que dijo el fuego–?
hay un
silencio que se rompe con el crujir de
la leña
seca.
DEL VACÍO
Ya nada
será como antes
solo
u
n
v
a
c
í
o
sobre
nuestros cuerpos
como un
desolado vaivén
como
olas
adoloridas,
rabiosas,
como
volcanes dormidos
(quizá)
como
piedras o como
manchas
en un
interminable
r e g u e r o
d e h u e s o s...
SOY CANTOR
Soy un
cantor en esta tierra y
busco
palabras en el lago que me atraviesa
también
persigo silencios entre las calles
y
miradas perdidas en los cuerpos de rosa
yo hablo
con las luciérnagas
soy el
labrador sin tierra
el
hacedor de huertas con olor a fruta
soy el
que guarda la semilla del ensueño
para
sembrarla en el surco del corazón humano.
POEMA
Un hilo
en el
viento
Una
aguja
bajo el
sol
Una mano
tu
cuerpo
Una
mujer una rosa
Un poema
TODO ESTA DICHO
No tengo
nada que decir
sobre el
tiempo y el espacio que se nos
vino
encima.
Todo
está dicho.
Que
hablen los ríos desde su agonía,
que
hablen las serpientes que se arrastran
por
ciudades y pueblos,
que algo
digan las palomas desde sus
ensangrentados
nidos;
yo,
hijo de
tierras ancestrales;
no tengo
nada que decir.
Todo
está dicho.
Esos
soles transcurridos
también
algo tendrán en su memoria,
aquellas
lunas que lloran con la lluvia
algo
tendrán en sus recuerdos de amargura,
los
árboles, los peces,
el
último arco iris venerado
tendrán
algo entre sus quejas;
yo,
hijo de
dolores y esperanzas
nada tengo
que decir
Todo
está dicho.
LA CABEZA
Y desde
la madre tierra hablo…
No hemos
muerto dijo una cabeza
estamos
en el silencio de las estrellas
en el
cielo azul y la nubes rojizas
en el
silencio de la noche
en la
pluma que habla sobre el agua
en la
cascada que golpea la piedra.
Estamos
como ayer
en lucha
interminable.
VITO APÜSHANA
GENTE
Yo nací
en una tierra luminosa.
Vivo
entre luces, aún en las noches.
Yo soy
la luz de un sueño antepasado.
Busco en
el brillo de las aguas, mi sed.
Yo soy la
vida, hoy.
Soy la
calma de mi abuelo Anapule,
que
murió sonriente...
WAYUU II
(Gente)
Jemeishi
taya julü’ü wane mma warattüsü
Kepiashi
taya ja’aka jorottüi, jaitairü apain.
Taya
juwaralain wane lapü jumaiwajatü
Achejaashi
asa’ire jünain juwaralain wuin
Taya
kataakat o’u, joukai tüü.
Taya maituulin tatuushi Anapule,
outakai juma kuleemata...
MUJERES - AVES
En una
tarde ocurrió que vi correr a dos alcaravanes.
Pasaron
veloces por mi enramada, cantando:
«leu, leu, leu ma... leu, leu, leu ma».
Había luna
subiendo sobre el rojo descanso del sol...
y los vi
perderse por el camino
que va
hacia el jagüey de Mariirop.
Entrada
la noche sucedió un sueño en mí... lleno de
mujeres-aves:
estaba jierü-witüsh, la mujer-azulejo,
tejiendo con
todos
los colores del tiempo; jierü-wawaachi, la mujertórtola,
llamaba
a sus hijos:
¡traigan la vida aquí! ¡traigan la vida aquí!;
jierü-shotii, la mujer-lechuza,
acechaba, desde el fuego
de sus
ojos, al hombre
deseado;
jierü-chünü’ü, la mujer-colibrí, renovaba las
flores
de los sueños olvidados... y
muchas
aves y muchas mujeres; jierü-kaarai, la mujeralcaraván,
allá,
henchida de
presagios
en cada latido de su corazón; jierü-wulu’ui,
la
mujer-turpial, repartía el
agua
fresca de la risa; jierü-iisho, la mujer-cardenal,
sostenía
el entorno en sus alas
rojicenizas.
Al
despertar le conté el sueño a mi madre... y sonrió
sin
mirarme: “¡Ahaa, ella es una
wainpirai... una mujer-sinsonte!”... y a partir de entonces
he
venido descubriendo las
plumas
ocultas de las mujeres que nos abrigan.
VIVIR - MORIR
Crecemos,
como árboles, en el interior
de la
huella de nuestros antepasados.
Vivimos,
como arañas, en el tejido
del
rincón materno.
Amamos
siempre a orillas de la sed.
Soñamos
allá, entre Kashii y Ka’i (el Luna y el Sol),
en los
predios de los espíritus.
Morimos
como si siguiéramos vivos.
DANZA
Salimos
al baile circular
y todos
los pies giran desnudos.
Las
mujeres ríen la alegría de los hombres.
Hay
toques de Kaasha,
cantos
de Jayeechmajachi,
sonidos
de Wontoroyoi,
sonidos
de Sawawa. . .
Música
de los que estamos en la risa.
Los
hombres nos hacemos contentos
bajo la
sombra de las mujeres.
Sentimos
sus brazos,
aún, en
los viajes lejanos.
ANUIKI O´U
(Palabra-Ojo)
EPE´YÜI*
Soy el
Jaguar-Hombre de Ailanapa, el Epe’yüi
rugiente.
Mi
corazón se escucha agónico por los lados del
paraje
de Umaki.
Tiemblo,
junto a la fiebre, cuando veo a la mujer
señorita
del clan
del Walit (Oso Hormiguero).
Ahora sé
que la belleza se hace inmortal en lo breve...
es su abrazo
mi verdadero alimento.
Soy el
Jaguar-Hombre de Ailanapa, el Epe’yüi
hambriento.
Mi huella depende de una mirada... saltaré a su vacío.
*Hombre – Jaguar perteneciente al mito Wayuu.
PASTORES
Somos
pastores…
Somos
los hombres que viven en el mundo de las
sendas.
Nosotros, también, apacentamos…
También
regresamos a un redil… y nos amamantan.
Y somos leche del sueño, carne de la fiesta… sangre
del
adiós.
Aquí, en nuestro entorno,
la vida nos pastorea.
ANTIGUOS RECIÉN LLEGADOS
Por el
camino a Palaausain, cerca de Porshiina,
los
conejos bailan una danza secreta,
con las
culebras Kashiiwano’u...
y los
niños pastores ahuecan sus manos
para
inventar los silbidos...: ¡waawai!, ¡waawai!...
y el
monte se descubre en cien senderos:
el de la
piedra y el polvo,
el del
agua y la sombra,
el del
sueño y la risa,
el de la
trampa y el temor,
el de la
mujer y la fiesta.
Por el
camino a Palaausain, cerca
de O’utüsumana,
los
espantos beben chicha
en los
ranchos abandonados...
y el
silencio trae el diálogo oculto de los muertos.
Así
vemos que nuestro antiguo mundo
es, aún,
sonriente aprendiz de la vida.
–Somos como eternos recién llegados–
PIUSHI - JOLOTTUI
(Oscuridad
– Luz)
Desde
las orillas de Neima vengo de recibir un
cargamento
de voces
que me
envía Jouktai, el andariego viento del Este.
Desde
las colinas de Alaina vengo de entregar, al
silencio
de mis mayores,
un
contrabando de sueños entrelazados y encendidos.
Ahora
contemplo, entre el atardecer y mi mujer,
la roja
celebración del estar vivo.
KASHII
(El
Luna)
Las
mujeres se adornan entre sí,
pintan
los placeres por venir.
Kashii
(El Luna) las penetra hacia la fertilidad. . .
les
entrega el dolor-luz de la oscuridad. . .
las
arroja al grito de la sangre sonriente. . .
Entonces,
nosotros, nos convertimos en niños-
hombres… y
bajamos
de los hombros de nuestras madres
para
empezar a vivir… en el sembradío de la
prolongación.
JIMATUUI
La vida
florece en la calma… y
escuchamos
nuestra ira
bajo los
trupillos,
cerca a
las hormigas,
cerca al
silencio de las madres,
cerca a
los pies de los ancianos,
junto a
los latidos de las piedras,
junto al
sueño de los niños
… y la
savia del mundo se entreteje en nuestra sangre.
CALMA
Bebemos
las gotas de las lluvias ausentes
entre
las hierbas frescas de la calma...
y
encontramos las profundas nubes de agua
que
guarda la tierra…
de su
barro se forja nuestro rostro.
KASTUULIA
Junto a
las vasijas de barro
Busco la
compañía en donde anidar los sueños
venideros:
“...
encontrar, en el cerro de Itujolü, la araña-mujer
del
tejido inagotable
...
sorprender, sobre las rocas de Taluwayuupana, a
las
iguanas jokochee
anunciando
la madura sequía
...
palpar el rostro de los clanes pintado en la piedra
de
Aalasü
...
escuchar el diálogo entre los cerros de Kamaichi
y
Epitsü… y descubrir sus envíos de nubes
...
sentir el misterio devorador de Pülowi y de Juyaa,
narrando
las travesías de las estaciones
...
recoger el miedo en las laderas de la Makuila,
cerca de
los akaalakui
...
recorrer el sendero de cactus por donde se abrazan
las serranías
de Jalaala y Cosinas
...
presenciar el baile del kaulayawa en los confines
de
Ayajüi
...
sembrar, en los surcos del corazón, las raíces de
las
palabras guardadas en los caracoles marinos
...
recibir el entendimiento de los muertos en los
vivos, cantando
las antigüedades del
temblor
de la carne, del fuego de la sangre y del
abrigo
del sueño
...
atender el juego de lo existente, que empieza en
los
niños explorando la mañana y
se
extiende en los ancianos serenando la noche”.
PENÍNSULA
Vivimos
entre lo poco y la abundancia,
entre el
sueño anunciador y la serena vigilia…
somos la
angustia sonriente aumentadora de vida…
somos un
dibujo de nudos en la urdimbre del entorno,
la
complacencia de ser tierra y respiración, indivisibles.
COMO LOS CAMINOS DE LA MANO
Palabras antiguas desde una enramada:
«… Sobrinos, nosotros, sabemos en qué rancho dormita el alaüla Maiwamulia y quién es el que toca las 7 melodías de truompa al atardecer, cerca del cerro de Rhumaa.
Sobrinos, nosotros, sabemos llegar, a ciegas, al blanco cementerio materno perdido en las hondonadas de Palaashi.
¿Saben, sobrinos, en qué aguas se deleitan los cuerpos de las señoritas de Flor de La Guajira en tiempos de primavera y, también, en dónde crecen las plantas para curar el mal de “los ojos sin sueños”?
¿Saben a dónde llegan las huellas del caballo alejado de su ruta y cómo son los pasos de los palabreros sonrientes?
Escuchen… sabemos del sendero que conduce a la ranchería de la abuela Aalapama, en dónde se bebe la más dulce agua de maíz de Winpumüin.
Sabemos del paraje preferido del Wanetunai, el que inventa la música de la noche para el corazón de Pülowi.
¿Saben del viento de la sed, del viento camino que nos modela los pies y, de nuestro mundo, que nos hace peregrinos?
Sabemos de la enorme piedra en donde los sueños de los muertos caminantes se reúnen para continuar en los sueños de los vivos sudorosos.
Sabemos cómo, junto a los cactus, danzan, entre tórtolas y samuros, el abandono y el acompañamiento.
Sabemos en qué punto del universo guarda nuestra madre sus lágrimas y en qué nervio sostienen los ancianos las risas de los niños para reverdecer el árbol de los clanes.
Pero no sabemos… no sabemos quiénes vendrán de lo lejos a intercambiar los nuevos frutos de esta vida celebrada… mas, con este saber, sobrinos, ustedes los recibirán.»
Alaüla: Autoridad tradicional. Anciano, tío materno.
Palaashi: Costado Occidental de la Serranía de Jalaala.
Winpumüin: La parte más septentrional de La Guajira.
Wanesatai: Espanto en forma de hombre con un solo lado
visible.
Pülowi: Espíritu femenino del misterio. Mujer encantada.
Wanetunai: El Unapierna.
CAMINO
En la
cueva de Pulaashiru’u
hay un
nido de saberes antiguos, que he de alimentar.
Son
cosas silenciosas, hermano.
Como la
piedra de Aalasü,
que
guardará nuestra sangre
más allá
del último Wayuu.
Como el
peñasco de Juliiluanar,
que
encierra el misterio de los muertos.
Como el
secreto que nos dice
que
nunca estamos solos.
DANZA Y NACIMIENTO
Desde lo
invisible alguien sueña con la danza...
y los
movimientos de todos los seres existentes
visitan
los pies de mi hermanita recién nacida.
El
círculo del baile no cesa.
WALAATSHI
Mi tío
Walaatshi ha llegado de donde estaba.
Trajo,
en silencio, un antiguo problema de hombres.
Le oímos
resollar la ofensa. . . y nos observa la vida.
Su
bastón de mando le ordena dibujar en la tierra.
No habrá
pleito:
Sus años han encontrado el oculto reposo del dolor.
RECOLECCIÓN DE LO SERENO
Emberá-Katío
Somos
frutos del árbol-espíritu,
néctar
visual de lo invisible...
Nos
maduramos en la recolección silvestre de lo
sereno.
Los
sabores del mundo se destilan desde nuestros
sueños:
y llega
el sabor rojo del cuerpo de los bienquerientes,
y llega
el sabor luz de las oscuras aves reales,
y llegan
los sabores del sonido del árbol guipara, del
agutí*
y del
tambor-canoa extendiendo la alianza del río
alimento.
Las
serpientes negras nos anuncian
que el
sabor del encuentro
llega
con un cogollo de amaneceres de palmitos.
Somos
frutos del árbol-espíritu,
néctar
visual de lo invisible...
memoria
de nutria naciente,
canto-aullido
de pájaros-monos,
licor
corporal de la selva... precisa.
* Agutí: Americanismo. Nombre de una especie de
cobayo.
TALOURUMANA
de
curricán
y me
ofrecen agua de maíz amarillo para refrescar
las
palabras.
Allí
encuentro a mi joven primo Arietush,
hablando,
desde el sueño. Con los comejenes de la
enramada.
Al
saludarlo preparamos viaje hacia el cementerio
familiar,
en Epitsü.
Cuatro
chivos rondan, sigilosos, nuestra conversación.
El
anciano Saachon humedece a los caballos
y nos
despide con dos botellas de Ishiruna.
Los
niños nos gritan:
¡Van
hacia las estrellas!
¡Van
hacia las estrellas!
Y lanzan
sus flechitas al cielo
que caen
vencidas al pié de un árbol de olivo.
Desde el
camino nos reímos, pues, sólo regresaremos
cuando
Iwa (las Pléyades) vuelva a iluminar.
HUGO JAMIOY
BUSCÁNDOME
Durante
años
he
caminado buscándome
¿Cómo
voy a encontrarme
si los
lugares
donde
escarbé
están
fuera de mi tierra?
TENON¨YENAM
(Buscándome)
Ba
uatëng
sëndan
jtenonÿenam
Ntsäm
chtenonÿen
chë
luareng
ndayent¨
sënjabaijtotent¨
at¨be fshantsent¨án inÿoc entsemn.
LA HISTORIA DE MI PUEBLO
La
historia de mi pueblo tiene los pasos limpios de
mi
abuelo, va a su propio ritmo.
Esta
otra historia va a la carrera con zapatos prestados,
anda
escribiendo con sus pies sin su cabeza al lado
y en ese
torrente sin rumbo me está llevando.
Sólo
quisiera verme una vez más en tus ojos abuelo,
abrazar
con mis ojos tu rostro, leer las líneas que
dejó a
su paso el tiempo, escribir con mis pies solo
un punto
aparte en este relato de la vida.
HOY
Hoy es
el tiempo,
mañana
puede
ser nunca.
YAGÉ I
Sé Quién
Eres
te he
mirado
en el
Yagé
a través
de esos bellos colores
ese
mundo mágico colorido,
la
geometría borracha
ha
mostrado las figuras perfectas
el sueño
pensado
la
alucinación, el tránsito
el viaje
al otro mundo
al mundo
donde reposan
todas
las verdades
el mundo
donde nada
se puede
esconder
donde
nada se puede negar
el mundo
donde todo
se puede
saber
el mundo
del saber
allá he
viajado y te he mirado
todo lo
que he mirado
a través
de la guasca
que da
poder, saber y conocer
no te lo
puedo decir
solo
quiero que sepas
que te
he mirado.
YAGÉ II
Taita
Yagé es hombre,
es sabio
y a todos orienta
es sabio
y a todos guía
es sabio
y a todos cuida
es sabio
y a todos aconseja
es sabio
y es taita;
es
celoso y por eso
no te
muestra ni te enseña nada,
te exige
tranquilidad y respeto.
Él es
sabio, y mucho antes de que estés junto a él
sabe
cuál es tu intención;
cuando
estás con él
te guía,
te enseña, te cuida,
te
aconseja, te orienta
o
simplemente te deja.
ESPÍRITUS
y cuando
se vuelven tierra
o cuando
los volvemos cenizas
siguen
mirando
desde el
alto cielo azul
otros
divagan vigilantes
por los
caminos de nuestro territorio
alumbrando
como minacuros.
LOS PIES EN LA CABEZA
tener
los pies en la cabeza,
dice mi
taita,
para que
tus pasos nunca sean ciegos.
SOLO A ESE LUGAR DEBES IR
debes
llegar a la tierra
donde te
esperan;
si
alguna vez pisas lugares
sin que
nadie te haya invitado
habrás
violado la inocencia de esa tierra
porque
es sagrada,
y te
habrás sumergido
para
envenenar el agua
que sólo
a los que allí viven, baña;
te
habrás inmiscuido
en lo
que no te concierne.
TIMA ATY ZARKUNEY*, BROTE DE MI SANGRE
A mi hija
Aquel día caminé por el monte
los
leños viejos
escondían
las orquídeas en el cielo
sólo
una,
esperaba
mi visita
para
mostrarme en sus bellos colores
tus
ojos;
mas al
fondo de la espesa montaña
el
pájaro cantor decía:
ella, es
el brote de una planta de esta tierra
abónala,
para que
mañana florezca.
* Madre de la Fertilidad de la Luna.
LA LUZ DE MIS SUEÑOS
No es
que esté ciego,
me están
apagando la luz de mis sueños.
EN QUÉ LENGUA
abogando
por la vida de mi pueblo,
le
pregunto, señor presidente:
¿En qué
lengua
están
escritos sus sueños?
Parece
que están escritos
en
inglés, ni siquiera en español.
Los míos
están escritos
en
camëntssá.
Así
jamás
nos entenderemos.
CAMINA CON TU PUEBLO
que tu
espíritu
se muera
de hambre
camina
con tu pueblo.
ESE NO SOY YO
me
visitan negros pensamientos
y en la
casa donde me guardo
empieza
una lucha,
y solo
digo que ése no soy yo.
Otras
veces, también muchas,
la casa
de mis razones
me
obliga a que vomite fuego
y la
casa donde me guardo
me dice
que ése no soy yo.
ESTA SOLEDAD
Esta
soledad que sigue mis pasos
tiene
ojo de águila:
siempre
me encuentra.
FUI SUEÑO EN LOS CAMINOS DE AYER
sin los
pasos antiguos.
Busco
los signos
en las
huellas dibujadas por los pies de aquellos
que
caminaron llevándome en su sueño.
Busco
allá
donde me
dicen que los vieron,
solo veo
la soledad de la soledad
escondida
tras los arbustos del misterio
acompañantes
de las voces que susurran
al paso
de mis oídos sin idioma.
Ellos
dicen
que
cuando pasan por aquella oscuridad
escuchan
las voces que pintan y repiten
los
nombres de nuestra generación
en el
canto inventado desde el sueño
de los
pasos antiguos.
¿Cómo
saber qué sueño somos
si las
palabras antiguas
se han
ido con sus voces?
ESTA GEOGRAFÍA
que las
líneas dibujadas por sus límites
me
alejan de la casa de mi hermano
y no
puedo abrazarlo,
porque
vive al otro lado de la orilla
donde la
gente se viste
con las
leyes de otro gobierno.
El
pasaporte de los antiguos,
cuenta
mi Taita,
era su
propia forma de vestir
su
propia lengua
sus
propios alimentos:
así se
reconocía al visitante.
Las
fronteras
no eran
líneas que separan
eran
puntos de encuentro.
Los
guardianes de los territorios antiguos
en las
entradas
celebraban
al visitante
con un
regalo en sus manos.
Los
visitantes,
cuando
eran pasajeros,
llevaban
en sus gigras un regalo de transeúnte.
Pero si
sus pasos
marcaban
la danza de la estancia
en sus
espaldas cargaban
los
frutos de su trabajo hecho maíz,
los
símbolos de la vida
dibujados
en una cobija
para
abrigar los sueños
en la
tierra de sus hermanos.
Los
Taitas
ya
sabían quién los visitaría.
Mucho
antes de anunciar su llegada
con la
danza del Yagé
predecían
quién vendría;
entonces
preparaban los mejores alimentos
las
mejores mantas para abrigar sus sueños
y
armonizaban su encuentro
con un
abrazo fraterno
y luego,
fortalecían
sus miradas
con el
ritual del Yagé…
EN LA TIERRA
a mi
hijo
a
trabajos forzados
en la
tierra;
solamente
le estoy
enseñando
a
consentir a su madre
desde
pequeño.
Fredy Chikangana
Vito Apüshana
Escritor Wayuu. Miguelángel López-Hernández (Vito Apüshana,
1965) La Guajira. En 1992, la Secretaría de Asuntos
Indígenas Departamental y la Universidad de La
Guajira publican su breve poemario Contrabandeo Sueños con Aliijuna cercanos.
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