en el mercado, entre sus jaulas
el vendedor de pájaros
vocea la lengua de los vencedores
pero trás su habla sibilante
y las cópulas sorpresivas
de palabras
se recata la antigua lengua armoniosa
más clara, más
cercana de las tortugas y el fuego
que piensa en él
y le da otro orden al mundo
y cuando en la Plaza
real por un instante en el mediodía
coge los pájaros em su dedo
y les habla
tal acto encubre otros actos
de más viejo sentido
y a su mágico gesto de encantador
los pájaros mueven los ojos dorados
José Manuel Arango