es mi barrial con torres de cacahuete
Le han llamado Getsemaní
y se sumerge con otros como él
apareciéndome eternos como pudines tirados a la tranquilidad
Cantores de una bruma mural
hasta los camposantos de San Diego
Pero mi barrio tenía pescadores ahumándole lunas viejas
y un arsenal abandonado
hasta donde escapaba de mi diploma
para aprender a bailar
Mimaba su carbonera
donde gateaban niños de petróleo
cerca a ese Chambacú que castraron de sol
y que era un hermano de enseguida
Pero tienes cara de solar
y cargas a la libertad la ropa limpia de los jueves
y empujas pasajes de bulla
con entradas anchotadas
Getsemaní
creciéndote de portones caminados, entre el maíz tostado
ofrecido en alto
por altivas prietas de Bengala
Getsemaní
alejándome tus mañanas como una lenta crema de naranjas
o aquella pausa con tus aljibes de piedad
Me parece que tenías
un invernal olor de alquitranes
remontándome hasta tus condumios de atrapados
y espesas algarabías de piedras montadas
de bastantes cuartos donde vivían muchas gentes
hirviendo de mundo a tu hora siempre
Arrabal de cabeza ancha y tejados rojos
eras ajonjolí de mi cuna
entre montoneras de callejones árabes
como nudos de magia estrecha
con tambores que nunca supe de dónde venían
Solemne desorden untado de vida
Vine a tatuarme de tu erizado son barriotero
Caramba, Getsemaní
brioso tío burlón de sandalias al hombro
Espera esta rumba con nuestras muchachas
Pecando en la extensión de los sábados
y juguetea tus morenotas de carmín facial
y fugitivas de la misa
Andas de nuevo entre nosotros, arsenal cansado
Las cadenas no han pasado
Se estacionaron cerca
Raspaste con nosotros estos atrios gordos que nos diste
Getsemaní, espeso de latigazos en el tiempo
Recibe mi brindis tiznado de revueltas
Conjúrame de muros y guaridas
entre paredonas de mi niñez
Y desde tus zaguanes escupiré a los invasores Lemetres
y a sus apellidos de potasa y basura secreta
No me sueltes, Getsemaní
Habla de mi desobediencia
Acomoda mi esperanza entre tu gentío
Toma mi beso y bébetelo