jueves, diciembre 26, 2013

Primogénito


Fue tu hogar
             mi cuerpo.
Percibiste
el laberinto de mi espíritu.

Como en un sueño

navegaste en mi mundo.

Distinguí tu latido

en mi oído interior
                        como pasos que se apresuraban hacia mí.
En una noche ahogada de lluvia
un silencio imprevisto me invadió.
Tu canto vital desapareció.

De tu temprana despedida

                          guardo
el hálito de tu eco
como un secreto.




Yolima Andrea Zuleta

jueves, diciembre 12, 2013

La Hora De Las Campanas


En otros mundos salen soles sin esfuerzo. En éste, su único sol se arrastra, cuando no se esconde, para iniciar la función que no tiene norte. Llegan temporadas de frío donde el mundo se ve a través de una ventana empañada. Es peligroso morir allí. Los buenos sueños acaso no vengan a recogerte sin un sol a su espalda. Pero qué tentador resulta abandonar un cuerpo congelado…



Sin embargo, es otra la hora de las campanas. Antes eran varias las horas, pero se redujeron a una sola para evitar el éxodo de los pájaros; los invade un frenesí extraño, luego del cual todo es un reguero de plumas. Hubo uno que se hizo imperturbable después de aquello. En el pequeño bosque, a orillas del lago, se ubica muy tranquilo, como si fuera un señor de esos que alimentan palomas, y no devuelve ni un saludo, ni un gesto siquiera, de tanto mirar sin mirar lo que parece el cielo a unos pasos del horizonte. Muchos, muchos de sus compañeros desaparecieron. 



A mí las campanas me recogen, me llevan con ellas en el mismo sitio donde reposo y por un momento todo se hace tan liviano que me nace la certeza de llevar este mundo en la palma de mi mano. Con ellas, hasta el sol se alegra. Una luz que no parece la suya se aposenta en las cosas y en los seres, y una risa que es volcán y no cascada, vibra en el suelo, en el aire. 



En otros mundos, tal vez todas las horas son de campanas. No tengo idea si en otros mundos extrañaría mi hora de campanas. Pero sin la reminiscencia de una ventana empañada, acaso todo resulte deslucido a mis ojos.



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & La Hora De Las Campanas



Mauricio Alejandro Moreno


domingo, diciembre 01, 2013

El Combate Poético


Tú me darás el arma, Poesía
para vencer al enemigo oculto,
para arrasar las fortalezas fatuas,
para escalar las torres de lo bello,
para extirpar las sierpes del planeta
instaurando el reinado del rocío.

Oh Poesía armada
clava tu alfanje de cristal y música
en el cuerpo del pulpo de la sombra,
da muerte al escorpión de la injusticia,
corta el pan de la luna para todos,
protege al nido, corazón del árbol,
a los seres vestidos de inocencia,
a las albas del mundo
y ciñe tu armadura transparente
para el combate diario con la noche.

No permitas que rueden las palabras
de peldaño en peldaño hasta el estiércol.
Haz huir a los cuervos emisarios
de fealdad, que mienten en tu nombre.

Tú me darás el arma, Poesía
para abolir el reino del Oscuro
y devolver al hombre el patrimonio
de la luz transformada
en amor a las cosas del planeta.

Jorge Carrera Andrade