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viernes, octubre 02, 2015

Yeilord In Memorian


A la memoria de Yeison Gómez Acevedo 




Salía temprano a tomar el sol. Había estado expuesto a la sombra toda una vida atrás. Cuando yo salía a pedalear mi camino diario, él ya estaba allí sentado, enseguida de mi casa, absorto en la luz naciente. Eso fue lo primero que extrañé cuando lo mataron: verlo más decidido que el sol a iniciar el día.


Otras habían sido las noches. Le habían dado por muerto y no acabaron el trabajo.


Después se supo, le dejaron el cuerpo maltrecho: hasta se dijo que más nunca se levantaría de la cama. A causa de esto, lo que en él animaba a su cuerpo tuvo que sublevarse: ya no se podía tratarlo sino como inteligencia, como un brillo en los ojos. Y así como su cuerpo pudo levantarse a recibir el sol cada mañana, él al fin hizo su arribo a un mediodía donde ninguna sombra puede alcanzarlo.



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Yeilord In Memorian




Mauricio Alejandro Moreno


domingo, febrero 15, 2015

Arco Iris



“La explicación no anula
el milagro”
D.E.



Los dedos del sol
precipitan el éxtasis
y el derrame
de las nubes contempladas.

Las gotas son prismas
espectros los rayos de luz
en la retina
claro
un arco iris perdurable.





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Arco Iris
Por: CRMA





Mauricio Alejandro Moreno


domingo, noviembre 16, 2014

El Traje De Ícaro


¿Quién dice que Ícaro sufrió la derrota? Yo lo vi ad portas de lanzarse rumbo al sol, lo vi tomar la decisión del salto. Él sabía la verdad de su traje y conocía la naturaleza del sol. Incluso su más sombrío ser lo sabía y lo antecedió en su final abrazo. Un portal a un universo de lunas conscientes era para él la llama celeste. No muere quien realiza su más intimo sueño.




Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & El Traje De Ícaro
Hombre Pájaro, de Daniel Panguana.




Mauricio Alejandro Moreno


domingo, octubre 19, 2014

Negro





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Negro 1
cortesía de Carolina David


Descenderé a mi cuerpo
Pero eres la amada de mi alma.

Ascenderé en mi cuerpo
Y oh cielos incontables cielos
Seguirás siendo amada en mi alma

Cielo supremo, Blancura inagotable
Azul irrefutable
Negro torbellino de deseo en sentido inverso de las jerarquías

Negro apostata babilónico sodomita
Negro profundo en sentido inverso de los caminos de vuelta,
de los de ascenso, de aquellos caminos que desembocan

en pisadas de nube sobre asfalto
en sentido infinito

¡Negro mío! ¡Negro mío!

Cuán fiera es tu noche, amada de mi alma,
cuando mía es su negra luna.





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Negro 2
por Luis Guillermo Giraldo



Mauricio Alejandro Moreno


miércoles, septiembre 17, 2014

A Propósito De Nuestros Muertos



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & A propósito De Nuestros Muertos




Ellos ni se toman la molestia de despedirse porque tienen la excusa de su imprevista partida. Nosotros, en cambio, no terminamos de despedirnos. Nos adentramos en callejones de ensueño con la esperanza del reencuentro, acaso el reencuentro con nuestras manos vacías y el corazón roto o, en el mejor de los casos, agrietado.



El tiempo lo cura todo, insisten. Pero cada nueva pérdida es una piedra más que carga el corazón. He llegado a sentir la inutilidad del grito: ¿cómo gritar algo que no cabe en la boca? Que de nada sirve el llanto porque al final el dolor no se marcha con las lagrimas… sin embargo, lloro. Y cada pérdida lleva a la pregunta ¿dónde he de buscar lo que he perdido?

Y antes uno se da cuenta, desde lo que le dictan los sentidos, incluido tal vez el sentido común, que este es el lugar y que todo, todo, está por perderse.

Alguien, alguna vez, quiso traer consigo la flor que vio en un sueño de cielo. ¿Habrá querido llevarse otra de aquí?

Sólo contamos con este instante de conciencia.




Mauricio Alejandro Moreno



sábado, agosto 23, 2014

Capitán



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Capitán





Le tomé apego a la tristeza; ella hilvana los rostros que siguen desfilando ante el espejo. La plenitud es cosa de instantes, lo demás, aplomo.


He abandonado el timón de mi vida. He visto hundirse mis barcos en la distancia y el olvido, tantas veces, que no puedo asirme a ninguno, a pesar de construirlos con amor: corazón es lo que sobra. Pero la mar halla siempre la forma de engañarme con sus cantos, miles de sirenas prometen la unión donde yo al fin repose, donde mi yo esté disuelto.


Ante el espejo otro rostro a cuentagotas se deshace.


Mauricio Alejandro Moreno


lunes, julio 21, 2014

Lama


Desde su nacimiento
otras constelaciones
lo reclaman.
Regiones de luz
donde no existe el correr
de la sangre y se llega
al mundo
                              en una flor.




Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Lama
















Mauricio Alejandro Moreno



miércoles, julio 16, 2014

Poética



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Poética




I


La pureza aquí y allá


el espacio

mi cuerpo.





II


La sonrisa en mi cadáver

así las llamas

o los gusanos.







III


La oración busca

inmensidad

cómplice.




Mauricio Alejandro Moreno


sábado, mayo 31, 2014

Un jaque...


Un jaque
del que no salgo
desde hace días,
muchísimos días.

Un árbol
de un lado a otro
empujado por vientos
tan antiguos como el mundo.

Una voz
que no se decide
a expresar
su sonido único,
la desazón de tantos.

Tantos ciclos de melancolía
y la no lluvia no se agota
o tanto de eso otro
y la furia no se apaga.

¿Dónde se encuentra la extinción
de toda vida,
de todo instinto,
de todo impulso?

¿Acaso la nada
es asible con palabras,
el descanso
con pasiones?

¿podrán los pasos
desprenderse de sus huellas?

En fuga de todo
un espíritu busca
su disolución,
pero la nada
no es un lugar,
y hasta los dioses
la envidian.




Mauricio Alejandro Moreno


jueves, diciembre 12, 2013

La Hora De Las Campanas


En otros mundos salen soles sin esfuerzo. En éste, su único sol se arrastra, cuando no se esconde, para iniciar la función que no tiene norte. Llegan temporadas de frío donde el mundo se ve a través de una ventana empañada. Es peligroso morir allí. Los buenos sueños acaso no vengan a recogerte sin un sol a su espalda. Pero qué tentador resulta abandonar un cuerpo congelado…



Sin embargo, es otra la hora de las campanas. Antes eran varias las horas, pero se redujeron a una sola para evitar el éxodo de los pájaros; los invade un frenesí extraño, luego del cual todo es un reguero de plumas. Hubo uno que se hizo imperturbable después de aquello. En el pequeño bosque, a orillas del lago, se ubica muy tranquilo, como si fuera un señor de esos que alimentan palomas, y no devuelve ni un saludo, ni un gesto siquiera, de tanto mirar sin mirar lo que parece el cielo a unos pasos del horizonte. Muchos, muchos de sus compañeros desaparecieron. 



A mí las campanas me recogen, me llevan con ellas en el mismo sitio donde reposo y por un momento todo se hace tan liviano que me nace la certeza de llevar este mundo en la palma de mi mano. Con ellas, hasta el sol se alegra. Una luz que no parece la suya se aposenta en las cosas y en los seres, y una risa que es volcán y no cascada, vibra en el suelo, en el aire. 



En otros mundos, tal vez todas las horas son de campanas. No tengo idea si en otros mundos extrañaría mi hora de campanas. Pero sin la reminiscencia de una ventana empañada, acaso todo resulte deslucido a mis ojos.



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & La Hora De Las Campanas



Mauricio Alejandro Moreno


martes, noviembre 19, 2013

Intentaron Sembrar En Mí El Odio


A la memoria de mi padre, Jesús Emilio Moreno.
 

Intentaron sembrar en mí el odio. Aún persisten en ello. No necesito recordar para sentir la ausencia de mi padre. Lo asesinaron en la sala de su casa, donde la puerta abierta a la calle, al mediodía, se entregaba a la última trama que él protagonizaría.

Otros, acaso los mismos, me asaltan con requisas, no sé qué buscan en mis genitales. Han venido a mi casa con sus gritos y patadas a la puerta. Dentro dan órdenes y se creen señores donde saben que no hay reyes. No en vano se han visto siervos a caballo y príncipes que anden como siervos sobre la tierra, ¿pero toda la tierra?

Construyen murallas a la esquina de mi casa y con toda clase de vallas quieren delimitar mi deseo. Hasta música componen los canallas. Míralos, míralos cómo se ocultan entre las líneas. ¿Los has visto? Te dicen que no puedes, que lo más a lo que se puede aspirar es a disfrutar el momento y te dicen cómo y dónde comprarlo. Que no puedes soñar con encontrar un sentido, que no puedes hacer nada para sanar el hambre o el dolor, y que las muertes de cada día son necesarias o inevitables. Maestros de la impotencia, todo lo pueden. He creído verlos, pero están por todos lados y en ninguno. Obedecen a corrientes que también siguen las nubes y que hacen estación en cada casa, no siempre por asalto, sutiles corrientes.

Hemos de emanciparnos, espero. Yo mismo me sacudo y todo el humo negro, toda la rabia, la disuelvo en luz o en vacío. Entre tanto las grandes estructuras siguen creciendo, atropellando. Intentan sembrar en mí el odio, persisten en ello.




Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Intentaron Sembrar En Mí El Odio




Invoco al granizo, ya viene. Lo percibo en el aire.







Mauricio Alejandro Moreno



martes, julio 30, 2013

La nada...


La nada es ausencia de existencia, no es. Y así como el silencio afina la voz y la llena de matices, el palpitar de la nada nutre la voracidad de la tierra y de sus organismos.

Última esperanza en el exilio, tiene ahora más plegarias que salmos la Biblia, sutras el Dharma* y poetas el planeta.

Me cuento entre los exiliados, desde el principio mamé de la espera. Alguna que otra vez deliro con paraísos, dulce cicuta, para volver a sentir el encierro en esta piel. Entonces ensalzo el vacío con las pausas que he ahorrado, con la agonía compongo cánticos. De mi madre heredé las estaciones, hecho que acentúa mi mutación. Soy un experimento en el cual las dosis de paciencia son sucedáneas de una intuición fluctuante como la luna.

La nada es el telón de fondo del escenario donde los cerdos engordan su muerte. Ya la ciencia lo dice: todo es espacio y el espacio es vacío; si se eliminara la distancia entre núcleo y electrones, la Tierra, la Vía Láctea, la galaxia, serían empuñadas en las manos del avaro y del pordiosero, listas para la prestidigitación.

Los agujeros, puentes que atraviesan la nada, acechan: poesía vuelta ciencia; ciencia, poesía; partículas que aparecen y desaparecen omitiendo espacio y tiempo…

Una semilla es mi trinchera. Su concentración, su compresión, intimida universos. 





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & La nada...




Mauricio Alejandro Moreno


miércoles, mayo 29, 2013

El Mar Y Tú


Me habían hablado del mar. Yo imaginaba una soledad infinita, una reflexión profunda, en la amplitud de su horizonte, cuando tenía ansias, sed de mí mismo, sed de sentido, de plenitud. 

Por fortuna, no lo había imaginado en tu compañía… ¡qué pérdida de tiempo habría sido! Tardaría siglos, en el caso de serme posible, imaginar en todo su detalle el contacto de tu piel con la mía, de tu cuerpo con el mío, algo tan simple como eso. Tardaría siglos esculpiendo en el instante la suavidad de tu abrazo, ese abrazo que baña de calma y amor esta furia o tristeza ancestral que me habita. Y llevada a la realidad mágica que creamos quién sabe desde cuándo, toda imaginación resultaría insatisfactoria.

Nos tomamos de la mano e ingresamos al mar. Este era un mar calmo, poco profundo y por ello nos podíamos adentrar en él, jugar con libertad al cangrejo de ocho extremidades, dos corazones y un ritmo, o jugar al tiburón y perseguir al otro con toda esa extensión a nuestra disposición. Habría jurado en muchos de esos momentos que para ese sólo instante yo había nacido.

He oído que una gota de agua, si cae con persistencia en un mismo sitio, es capaz de horadar la piedra más dura. He constatado que cierto aposentar de tus manos en mis hombros, ojalá con tus piernas enrolladas a mi cintura, ojalá con el agua alivianando tu peso y el mío, es capaz de horadar el núcleo de mi ego y llevarme a un disfrute exacto, a través de superficies milimétricas de mi piel, de cada sombra en el paisaje, de cada roce de aíre, de cada vaivén de agua, de cada caricia de tu piel.

Dante descendió al infierno por Beatriz. Por vivir instantes como esos, viviría toda una vida esperándote o extrañándote.



























Mauricio A. Moreno


martes, octubre 11, 2011

Cosmologías: Formas De Ver (se) Y De Sentir (se)



BIG BANG



Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & Cosmologías: Formas De Ver (se) Y De Sentir (se)



En un principio, cada cosa y aparato se condensaba en un punto de densidad y temperatura infinitas. No había piedras, ni imperios, ni había ruedas. Todavía no había siquiera un sueño donde el hombre figurara.
Este punto no aguantó tanta calentura y quiso jugar consigo mismo. Explotó de contento, de tanta energía represada. Aparecieron entonces las luces y el espacio. Soles y planetas son resultado de una posterior generación. La Tierra fue habitada por un sólo fuego líquido que buscaba esculpir formas en ella. Pero en esa extensión se carecía de ese elemento inasible de que está provisto el hombre: las luces no eran conscientes de sí, o no lo decían. Así que hacía falta la palabra. En la oscuridad, en la pura inconsciencia, se gestó el accidente. Una forma inesperada entró en escena: caprichosas conformaciones de lo existente se aunaban para reproducirse en conglomerados cada vez más complejos. Lo llamamos ADN: Antecesor De Naciones y de lo que se resiste a morir ante el asedio de éstas. 

A punta de ensayo y error, vinimos a poblar el mundo. De cachivaches. De imágenes. De significados. De estructuras.


YACHAR O SABER INGA


Pabellón de Palabras & Mauricio Alejandro Moreno & Cosmologías: Formas De Ver (se) Y De Sentir (se)


El mundo no es como lo vemos. Un entramado de fuerzas y relaciones escapan del alcance  de percepción de aquellos que no están preparados para ver. Esencial en un entrenamiento destinado a ampliar el horizonte cognitivo de los miembros de la comunidad es el uso de psicotrópicos o plantas de poder, donde el Yagé tiene un papel preponderante. Las imágenes, las vivencias experimentadas en el transcurso de una toma, no son simples proyecciones que parten de una subjetividad. Son las manifestaciones de una realidad que se va
desnudando, que poco a poco se da a los ojos de sus pretendientes. Distintos símbolos marcan el paso de una prenda a otra; el acceso a un nivel más completo de “ver”, de comprender. Hay una zona de ese saber que está reservada a unos pocos que alcanzan el conocimiento de un ambidorgente o curandero. Todavía menos son los que se convierten en yachas o taitas, en hombres que son puro conocimiento. Y este conocimiento tiene voz: es la Palabra Mayor de los taitas, pronunciada desde otros presentes por los ancestros. Pronunciada en este presente por el taita que dirige la toma.

El primer símbolo que puede apreciar el afortunado es el churo o caracol que representa al universo. Entonces lo siguiente es caminar dentro de él, es recorrerlo. Esto permite percibir la naturaleza como una unidad donde converge lo material y lo espiritual. Se saborean las luces. Se es la arena y cada grano en ella. La música del taita se transforma en colores que recorren el cuerpo y el afuera. Además, cada recorrido que hace un aprendiz de taita también lo lleva a encontrarse con los huaira (amos de animales y plantas), con la gente del agua y del monte, con yageceros antiguos; y recibir enseñanzas de todos ellos.

Sucesivos avistamientos de símbolos y la posterior penetración en sus secretos, llevan finalmente al aprendiz capacitado a alcanzar el nivel de un yacha, de una persona cuya exhalación, cuya sangre, todo su cuerpo, es
conocimiento. Tendrá la fuerza para enfrentar a los espíritus o fuerzas que provocan enfermedades. Habrá visto al Señor de los Mundos, de esos mundos que recorrió en toda su complejidad en medio de su aprendizaje, y habrá recibido de él las palabras; la instrucción del modo de vida a llevar como yacha, la orden de cantar y curar. Será sustentador de la vivencia de todo el universo cognitivo de su comunidad, construido también por los taitas.


BUDISMO VAJRAYANA


Pabellón de Palabras & Mauricio Alejandro Moreno & Cosmologías: Formas De Ver (se) Y De Sentir (se)


"El vacío es forma y la forma es vacía.
La forma es forma y el vacío es vacío. 
Vacío y forma son inseparables."

Desde tiempos sin principio, desde un nivel que trasciende el ser o no ser, la mente experimenta su riqueza a través de las creaciones que de ella surgen. Se forman galaxias, universos enteros, para disolverse otra vez: en el nivel de la manifestación no existe algo que sea permanente. Esto es un indicio de su carácter irreal: en el caso de un hombre, ¿qué es real: su vida o su muerte?

Entonces, ¿qué  es mente? Es el ser y es el no ser. No es ser ni es no ser. Es ambos y ninguno. Este mundo es como una telaraña donde todo está conectado. Sus vértices están adornados con joyas. Resulta que esta existencia como personas es valiosísima. Resulta que somos las joyas que resplandecen en el sueño, pues estamos provistos de la cualidad primordial de la mente: la capacidad de darse cuenta. La conciencia no sucede dentro de la materia: la materia parte de la conciencia. La capacidad de darse cuenta es indestructible e incorruptible. No hay un solo Buda. Todos somos budas en potencia. Contrario a un pecado original, el arribo de los seres vivos a la escena se debe al impulso de la mente de experimentarse a sí misma. Todos los fenómenos son puros en esencia. Las pinturas donde se exhiben Budas femeninos y masculinos en unión simbolizan la inseparabilidad de espacio y actividad, sabiduría y amor; simbolizan la eliminación de cualquier dualidad, incluyendo la de samsara y nirvana.


“Hemos soñado el mundo. Lo hemos soñado resistente, misterioso, visible, ubicuo en el espacio y firme en el tiempo; pero hemos consentido en su arquitectura tenues intersticios de sinrazón para saber que es falso”.
Jorge Luís Borges.

Organizamos un baile de disfraces y nos aferramos a las máscaras.


Mauricio Alejandro Moreno



PDF:

viernes, mayo 28, 2010

¿Qué Puerta Atraviesas Para Ir A La Región De Los Sueños?


Se me da por pensar, y no apenas ahora, que las estrellas son dioses: longevos, plácidos, centrados, radiantes. Se ha asociado a la esfera con la divinidad. ¿Qué otro representante más digno que un sol, que un planeta? ¿ Y qué diremos de las galaxias que son elipses, como las trayectorias que describen sus componentes? ¿Qué son conglomerados más divinos aún? Aunque esa magnánima longevidad de las galaxias pueda amilanarnos, la exhalación final las toma por sorpresa y tampoco ellas pueden evadir las leyes físicas. Así que los dioses mueren. Y más fácil entra un rico por la cabeza de una aguja al paraíso que un dios. Pues lo que no se nos dijo fue que el tamaño en sí del pórtico celeste es más pequeño que un átomo de Hidrógeno, independiente si el doliente es mengano o Urano. Esto es así. ¿De qué otro modo iba a ser? El truco está en sabernos, en saberse, un desfile de sombras, el revés de lo que es. ¿Qué puerta atraviesas para ir a la región de los sueños? Duerme, duerme.

No hay afán de despertar cuando el sueño es conciente.





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & ¿Qué Puerta Atraviesas Para Ir A La Región De Los Sueños?





Mauricio Alejandro Moreno