Gris en tu boca el sabor del agua.
Ni lo puedes cantar, ni es tuyo.
Tuyo el pozo. El eco en el vacío
y la sed del vacío que tu eco afirma,
por ir al fondo,
puramente a estremecer esto que afuera,
lentamente, de sed se va llenando,
de ficción y de azar:
el azar es el tesoro del pobre.
Cabe entero en el ritmo de su latido
por lo que dura la magia o el encanto,
o lo que dura el sol en todos los mundos.
La lluvia en tu dimensión,
ahora o luego, va a ocurrir;
con exactitud, cada minuto irá pasando
para que el polvo prospere,
se multiplique el hambre
y no le falte a cada día un crepúsculo