domingo, junio 14, 2015

Sin Excepción Alguna


Todos los rojos, todos, celebraron el hecho golpista.
Creyeron inocentemente que era el fin de la guerra.
Todos los rojos, todos, fueron perseguidos, burlados.

Marroquín, el cínico, se escondía en una legitimidad
que él mismo había arrebatado, y por más de dos años
prolongó los arrestos, los fusilamientos, el terror.

Todos los rojos, todos, sin excepción alguna, sufrieron las consecuencias de la maquinaria bélica.
Todos los rojos, los que en verdad lo eran, fueron
desapareciendo poco a poco de la faz de esta tierra.



Jandey Marcel Solviyerte



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