jueves, mayo 21, 2015

Paso De Derrota


Si obtienes sombra a cambio de universo
Si bajo la almohada un postrer sueño se dispara a la sien
Si cadenas abajo traen cadenas
                                        y si arriba cadenas
              ¿qué más da levantarse compañero?
                             ¿qué más da?



















Gustavo Pereira              




miércoles, mayo 20, 2015

Dukkha


Unos escogieron el lecho de los sin abrigo
                       El tálamo de los Diferentes Senderos
Otros el borde del volcán
                       El declive de donde no se regresa


Unos la media luna de la locura

                     El laberinto de los jóvenes suicidas
Otros la voluntad que no tiene más mérito que desvanecerse
      en amargura o desventura
pues ambas conducen a la calle de donde nunca partió nadie


Unos vida sin tormentas ni deseos vanos

Otros vicio cortante la perversión y los alcoholes


Unos prefirieron la mácula categórica al hastío

Nosotros la refriega
Porque ni en el hondo espacio ni en el centro del océano ni en
la torva oscuridad de las grutas de la montaña ni en las calles
ni en los parques ni en los hermosos tejados del ancho mundo
hay un lugar donde no llegue la muerte.



















Gustavo Pereira



domingo, mayo 17, 2015

Me Viene, Hay Días, Una Gana Ubérrima


Me viene, hay días, una gana ubérrima, política,
de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,
y me viene de lejos un querer
demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,
al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,
a la que llora por el que lloraba,
al rey del vino, al esclavo del agua,
al que ocultóse en su ira,
al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.
Y quiero, por lo tanto, acomodarle
al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;
su luz, al grande; su grandeza, al chico.
Quiero planchar directamente
un pañuelo al que no puede llorar
y, cuando estoy triste o me duele la dicha,
remendar a los niños y a los genios.

Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo

y me urge estar sentado
a la diestra del zurdo, y responder al mudo,
tratando de serle útil en
lo que puedo y también quiero muchísimo
lavarle al cojo el pie,
y ayudarle a dormir al tuerto próximo.



















¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,
interhumano y parroquial, provecto!
Me viene a pelo,
desde el cimiento, desde la ingle pública,
y, viniendo de lejos, da ganas de besarle
la bufanda al cantor,
y al que sufre, besarle en su sartén,
al sordo, en su rumor craneano, impávido;
al que me da lo que olvidé en mi seno,
en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros.

Quiero, para terminar,

cuando estoy al borde célebre de la violencia
o lleno de pecho el corazón, querría
ayudar a reír al que sonríe,
ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,
cuidar a los enfermos enfadándolos,
comprarle al vendedor,
ayudarle a matar al matador -cosa terrible-
y quisiera yo ser bueno conmigo
en todo.


César Vallejo



domingo, mayo 10, 2015

Lola Jattin


Más allá de la noche que titila en la infancia
Más allá incluso de mi primer recuerdo
Está Lola – mi madre – frente a un escaparate
empolvándose el rostro y arreglándose el pelo
Tiene ya treinta años de ser hermosa y fuerte
y está enamorada de Joaquín Pablo – mi viejo –
No sabe que en su vientre me oculto para cuando necesite
su fuerte vida la fuerza de la mía
Más allá de estas lágrimas que corren en mi cara
de su dolor inmenso como una puñalada
está Lola – la muerta – aún vibrante y viva
sentada en un balcón mirando los luceros
cuando la brisa de la ciénaga le desarregla
el pelo y ella se lo vuelve a peinar
con algo de pereza y placer concertados
Más allá de este instante que pasó y que no vuelve
estoy oculto yo en el fluir de un tiempo
que me lleva muy lejos y que ahora presiento
Más allá de este verso que me mata en secreto
está la vejez – la muerte – el tiempo incansable
cuando los dos recuerdos: el de mi madre y el mío
sean sólo un recuerdo solo: este verso.




















Raúl Gómez Jattin

lunes, mayo 04, 2015

Un Tesoro


Para Felicia Cortiñas


Entre las flores del patio
que crecen en macetas rajadas o en latas
de conserva que han perdido el color
mi hija está jugando a encontrar
un fabuloso cofre de monedas de oro,
enterrado quién sabe por qué pirata de su imaginación.
Atareada, no me siente llegar
a las puertas de su mínimo universo.
La llamo
y sorprendida me mira, y sonríe.

Ayer, 12 de septiembre, fue su cumpleaños.
Ayer, mientras los patriotas chilenos
eran asesinados en las calles de Santiago.


Quién pudiera lejos de la furia del mal, lejos
de la venganza y el odio y la sangre y el lodo
de este momento
bajar año por año al fondo de su edad
y ayudarla a buscar
el tesoro.


















Luis Rogelio Nogueras