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viernes, enero 19, 2018
miércoles, enero 17, 2018
Canto En El Sur
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
de piel morena, oscura, oscura,
con estrellas heridas por adentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.
Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado;
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Te vi ayer en el Norte;
vi en el Norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz sangrienta,
el mayoral que brama entre los árboles,
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos, los mismos coronados!
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remanso bajo la misma noche.
Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan.
Tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.
De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado.
como un sinuoso trueno derramado;
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Te vi ayer en el Norte;
vi en el Norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz sangrienta,
el mayoral que brama entre los árboles,
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos, los mismos coronados!
Esta noche, en el Sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remanso bajo la misma noche.
Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan.
Tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.
De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado.
Elvio Romero
martes, enero 16, 2018
Al Amor Un Nombre
Quizá porque en ti se asombran
las cosas, voy reinventando
un nuevo nombre a las cosas.
Quizá por eso buscamos
signarle un color distinto
a todo cuanto abrazamos.
Al amor un nombre. Al árbol
que nos cobija. Al silencio
que se reduce en tus brazos.
Quizá empezaran contigo
a renovarse las hojas
con que me abrigo y te abrigo.
Y a reinventarse el lucero
ese brillo enamorado
del bosque de tus cabellos.
¿Todo es hoy? ¿Hubo pasado?
¿Alguna huella de un beso
que su sello haya dejado?
¿Acaso no haya memoria
de aquel rostro, aquellos ojos,
de otros nombres y otras sombras?
¿Contigo el futuro empieza?
¿Contigo el pasado muere?
¿Contigo el presente sueña?
Quizá porque todo ahora
contigo canta, debiera
reinventarme cada cosa.
O porque viejos recuerdos
de los ojos se me borran.
Nocturno, Alejandro GM |
Elvio Romero
lunes, enero 15, 2018
La Concha
Tal vez no me necesites,
Noche; de la vorágine mundialYo fui lanzado a tu orilla
Como una concha sin perlas.
Indiferente, tú espumas las olas
Y cantas tercamente,
Pero llegará el día en que amarás
La inútil mentira de la concha.
Tú te acuestas a su lado en la arena,
Te vistes con su casulla
Y con ella construyes una gran campana
Irrompible entre las olas.
Y a las paredes de la frágil concha,
Como a la casa del corazón vacío,
Las llenarás con murmullos de espuma,
Con viento, bruma y lluvia...
Osip Mandelstam
Versión de Jorge Bustamante García
Hacia la tierra vacía, cojeando sin querer...
I
Hacia la tierra vacía, cojeando sin querer,
con desigual y dulce paso
ella camina, adelantándose apenas
a su rápida amiga y al joven que le lleva un año.
La arrastra la libertad oprimida
del defecto que la anima.
Y parece que una clara sospecha
no quiere detenerse a su paso.
Esta temprana primavera
es para nosotros madre
de un cuerpo muerto.
Y todo va a comenzar eternamente.
II
Hay mujeres que nacieron en una húmeda tierra.
Cada uno de sus pasos es un sollozo sonoro,
y su vocación, acompañar a los muertos
y ser las primeras en saludar a los que resucitan.
Pedirles caricias es un crimen
y separarse de ellas, imposible.
Hoy ángel y mañana gusano en una tumba
y pasado mañana sólo un contorno difuso.
Lo que fue un paso se hace inaccesible.
Las flores son inmortales. El cielo, denso.
Y el futuro, sólo una promesa.
Osip Mandelstam
Traducción de Jesús García Gabaldón
El Ajedrez De México
El sol amodorrado.
El polvo amodorrado se derrumba por el camino.
El tañido amodorrado del espejismo.
El gemido amodorrado de un buey.
Flotan bamboleándose con modorra
un sombrero y otro sombrero;
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón.
En castellano el peón es el campesino más pobre.
Y es también
la figura más pequeña del ajedrez.
Sacrificar al peón es una ley de todos los partidos.
El triste ajedrez de América Latina
es una burla amarga para ustedes:
primer peón,
segundo peón,
tercer peón.
Los pedacitos de la tierra campesina
son las casillas de este tablero tan cruel.
Con ustedes, los héroes del machete,
juegan desde los tiempos más lejanos
las manos sucias que no huelen nunca
como huele el mango salado del machete.
Juegan con el primer peón,
con el segundo peón,
con el tercer peón.
¡Qué lástima, señores socios del ajedrecismo político,
que este tablero no sea liso!
¡Sería magnífico nivelar estas incómodas montañas!
¡No dejan jugar!
¡Afuera estas torpes palmas y estas cabañas!
Y la muerte mete en su sombrero,
brillante por fuera, pero negro por dentro,
los mete a ustedes:
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón.
¡Traición, hermanos peones!
¡Quitaron del tablero a Emiliano Zapata y Pancho Villa!
El peón que cumplió su papel
no es necesario para los señores ajedrecistas.
Nos sacan a todos del tablero
o el puño de hierro,
o -dos dedos, tan tiernos,
quitan al primer peón,
al segundo peón,
al tercer peón.
Cuántos peones cayeron
sin cantar hasta el fin La cucaracha.
Ellos no se convirtieron en reyes.
¡Las patadas son tan duras!
Pero dentro de los muertos
se ocultan los reyes,
asesinados en los peones;
en el primer peón,
en el segundo peón,
en el tercer peón.
¿Cuándo cambiaremos las reglas
de este maldito juego?
¿Cuándo?
La respuesta es como machete en su vaina.
¿Cuándo cambiaremos las reglas?
Contestadme;
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón...
¡Viva el quinto peón!
Yevgeny Yevtushenko
Escrito originalmente en español
Wounds
dragging my way home at the merest crawl,
impaled not only by malicious tongues-
one can be wounded even by a petal.
And I myself have wounded-quite unwittingly-
with casual tenderness while passing by,
and later someone felt the pain,
it was like walking barefoot over the ice.
So why do I step upon the ruins
of those most near and dear to me,
I, who can be so simply and so sharply wounded
and can wound others with such deadly ease?
Yevgeny Yevtushenko
Translated by Arthur Boyars and Simon Franklindomingo, enero 14, 2018
Le Blessé
Pour le mur d'un hôpital de sang.
I
À travers les champs après la lutte se répandent les blessés.
Et de cette étendue de corps combattants
bondit un champ de blé aux jets chauds, répandus
en rauques fontaines.
Le sang pleut toujours vers le haut, vers le ciel.
Et les blessures sonnent comme des conques,
quand il y a dans les blessures la célérité du vol,
l'essence des vagues.
Le sang fleure la mer, a la saveur de la mer et de la cave.
La cave de la mer, du vin courageux, éclate
là où le blessé palpitant se noie,
et fleurit, et se trouve.
Je suis blessé, regardez-moi: j'ai besoin d'autres vies.
Celle qui m'habite ne suffit pas pour la grande tâche
pleine du sang que je voudrais perdre par mes blessures.
Dites qui ne fut jamais blessé.
Ma vie est une blessure de joyeuse jeunesse.
Malheureux celui qui n'est pas blessé, qui ne se sent jamais
blessé par la vie, qui ne se repose pas sur la vie
joyeusement blessé!
Si l'on va avec joie aux hôpitaux,
ils deviennent des jardins de blessures entrouvertes,
de lauriers-roses fleuris devant la chirurgie
des portes ensanglantées.
II
Pour la liberté, mes jeux et mes mains,
comme un arbre charnel, généreux et captif,
je les donne aux chirurgiens.
Pour la liberté je sens davantage de cœurs
que de sables dans ma poitrine: ils donnent de l'écume à mes veines
et je rentre dans les hôpitaux, et je rentre dans les ouates
comme dans des lys.
Pour la liberté, je me défais à coups de feu
de ceux qui ont roulé sa statue dans la boue.
Et je me défais violemment de mes pieds, de mes bras,
de ma maison, de tout.
Parce que là où des orbites vides verront le jour,
elle mettra deux pierres qui regarderont le futur,
et elle fera que de nouveaux bras et de nouvelles jambes poussent
dans la chair abattue.
Retourneront ailées de sève sans automne
les reliques de mon corps que je perds à chaque blessure.
Parce que je suis comme l'arbre abattu, qui reverdit:
parce que j'ai encore la vie.
Pour la liberté, je me défais à coups de feu
de ceux qui ont roulé sa statue dans la boue.
Et je me défais violemment de mes pieds, de mes bras,
de ma maison, de tout.
Parce que là où des orbites vides verront le jour,
elle mettra deux pierres qui regarderont le futur,
et elle fera que de nouveaux bras et de nouvelles jambes poussent
dans la chair abattue.
Retourneront ailées de sève sans automne
les reliques de mon corps que je perds à chaque blessure.
Parce que je suis comme l'arbre abattu, qui reverdit:
parce que j'ai encore la vie.
Champ de blé aux corbeaux, Vincent Van Gogh |
Miguel Hernández
Traduction de Sara Solivella et Philippe Leigne
Todo está lleno de ti...
y todo de mí está lleno:
llenas están las ciudades,
igual que los cementerios
de ti, por todas las casas,
de mí, por todos los cuerpos.
Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.
Voy alado a la agonía,
arrastrándome me veo
en el umbral, en el fondo
latente del nacimiento.
Todo está lleno de mí:
de algo que es tuyo y recuerdo
perdido, pero encontrado
alguna vez, algún tiempo.
Tiempo que se queda atrás
decididamente negro,
indeleblemente rojo,
dorado sobre tu cuerpo.
Todo está lleno de ti,
traspasado de tu pelo:
de algo que no he conseguido
y que busco entre tus huesos.
Miguel Hernández
Lucía
Vuela esta canción para ti, Lucía: la mas bella historia de amor que tuve y tendré.
Es una carta de amor que se lleva el viento pintado en mi voz
a ninguna parte, a ningún buzón
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido
Nada más amado que lo que perdí.
Perdóname si hoy busco en la arena una luna llena que arañaba el mar.
Si alguna vez fui un ave de paso, lo olvide para anidar hoy en tus brazos.
Si alguna vez fui tierno y fui bueno, fue enredado en tu cuello y tus senos.
Si alguna ve fui sabio en amores, lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez amé, si algún día después de amar, amé, fue por tu amor, Lucía, Lucía.
Tus recuerdos son cada día más dulces: el olvido sólo se llevó la mitad.
Y tu sombra aún se acuesta en mi cama con la oscuridad, entre mi almohada y mi soledad
Pueblo Blanco
Colgado de un barranco duerme mi pueblo blanco bajo un cielo que, a fuerza de no ver nunca el mar, se olvidó de llorar. Por sus callejas de polvo y piedra por no pasar, ni pasó la guerra. Sólo el olvido camina lento bordeando la cañada donde no crece una flor ni trashuma un pastor. El sacristán ha visto hacerse viejo al cura. El cura ha visto al cabo y el cabo al sacristán. Y mi pueblo después vio morir a los tres...
Y me pregunto por qué nace la gente si nacer o morir es indiferente.
De la siega a la siembra se vive en la taberna. Las comadres murmuran su historia en el umbral de sus casas de cal. Y las muchachas hacen bolillos buscando, ocultas tras los visillos, a ese hombre joven que, noche a noche, forjaron en su mente. Fuerte para ser su señor. Tierno para el amor. Ellas sueñan con él, y él con irse muy lejos de su pueblo. Y los viejos sueñan morirse en paz, y morir por morir, quieren morirse al sol. La boca abierta al calor, como lagartos. Medio ocultos tras un sombrero de esparto. Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer. Toma tu mula, tu hembra y tu arreo. Sigue el camino del pueblo hebreo y busca otra luna. Tal vez mañana sonría la fortuna. Y si te toca llorar es mejor frente al mar.
Si yo pudiera unirme a un vuelo de palomas, y atravesando lomas dejar mi pueblo atrás, os juro por lo que fui que me iría de aquí... Pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio.
Joan Manuel Serrat
jueves, enero 11, 2018
Avestruz
Melancolía, saca tu dulce pico ya;
no cebes tus ayunos en mis trigos de luz.
Melancolía, basta! Cuál beben tus puñales
la sangre que extrajera mi sanguijuela azul!
No acabes el maná de mujer que ha bajado;
yo quiero que de él nazca mañana alguna cruz,
mañana que no tenga yo a quién volver los ojos,
cuando abra su gran O de burla el ataúd.
Mi corazón es tiesto regado de amargura;
hay otros viejos pájaros que pastan dentro de él...
Melancolía, deja de secarme la vida,
y desnuda tu labio de mujer...!
César Vallejo
Piedra Negra Sobre Una Piedra Blanca
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
Plaque César Vallejo, 20 rue Molière, Paris |
César Vallejo
lunes, enero 08, 2018
Élégie
(À Orihuela, son village et le mien, est mort malgré moi,
comme un éclair, Ramon Sijé, avec qui j'ai tant aimé.)
Moi je veux être, pleurant, le maraîcher
de la terre que tu occupes et engraisses,
compagnon de mon âme, si tôt.
Alimentant de pluies, de conques
et d'orgues ma douleur sans instrument,
aux coquelicots désenchantés
je donnerai ton cœur comme aliment.
Tant de douleur se serre dans mon flanc,
qu'à me faire mal, me fait mal même l'haleine.
Un violent revers de main, un coup glacé,
un coup de hache invisible et homicide,
une brutale bourrade t'a abattu.
Il n'y a pas d'étendue plus vas que ma plaie,
je pleure mon infortune et ce qui va avec
et je ressens plus vive ta mort que ma propre vie.
Je marche sur les éteules des défunts,
et sans la chaleur de personne et sans consolation
je vais de mon cœur à mes besognes.
Trop tôt la mort prit son envol,
trop tôt l'aube se leva,
trop tôt tu vas roulant sur le sol.
Je ne pardonne pas à la mort amoureuse,
je ne pardonne pas à la vie inattentive,
je ne pardonne ni à la terre ni au néant.
Entre mes mains je fais lever une tempête
de pierres, d'éclairs et de haches stridentes
assoiffée de catastrophes et affamée.
Je veux fouiller la terre avec les dents,
je veux répartir la terre de part et d'autre
à coups de dent secs et brûlants.
Je veux miner la terre jusqu'à te retrouver
et baiser ton noble crâne
et te débâillonner et te faire revenir.
Tu retourneras dans mon jardin et près de mon figuier:
sur les hauts échafaudages des fleurs
volettera ton âme apicultrice
de cires et de labeurs angéliques.
Tu reviendras au murmure des jalousies
des paysans amoreux.
Tu égaieras l'ombre de mes sourcils,
et se disputant ton sang de chaque côté
s'en iront ta fiancée et les abeilles.
Ton cœur, déjà devenu velours défraîchi,
appelle dans un champ d'amandes écumeuses
mon avare voix d'amoureux.
Vers les âmes ailées des roses,
vers l'amandier de crème je te réclame,
car nous devons parler de tant de choses,
compagnon de mon âme, compagnon.
Miguel Hernández
Traduction Sara Solivella et Philippe Leigne
Chanson Dernière
de la couleur des grandes
passions et disgrâces.
Elle reviendra des pleurs
où elle fut conduite
avec sa table déserte,
avec son lit en ruine.
où elle fut conduite
avec sa table déserte,
avec son lit en ruine.
Fleuriront les baisers
sur les oreillers.
sur les oreillers.
Et autour des corps
s'envolera le drap
son lierre puissant
nocturne, parfumé.
s'envolera le drap
son lierre puissant
nocturne, parfumé.
La haine s'amortit
derrière la fenêtre.
derrière la fenêtre.
Ce sera la douce griffe.
Laissez-moi l'espérance.
Miguel Hernández
Traduction Sara Solivella et Philippe Leigne
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