Primero, el sufrimiento
"El universo grita. El concreto delata la violencia que lo martilló en muro. El concreto grita. La hierba gime entre los dientes del animal. ¿Y el hombre? ¿Qué diremos del hombre?
El mundo es un sufrimiento que se despliega. En su origen hay un nudo de sufrimiento. Toda existencia es una expansión y una compresión. Todas las cosas sufren hasta que son. La Nada vibra de dolor hasta convertirse en éste en medio de un paroxismo abyecto.
Los seres se diversifican y se complejizan sin perder nada de su naturaleza original. A partir de un determinado nivel de conciencia, se produce el grito. La poesía deriva de él. También el lenguaje articulado.
El primer paso poético consiste en remontarse al origen, es decir: al sufrimiento.
Las variantes del sufrimiento importan pero no son esenciales. Todo sufrimiento es bueno; todo sufrimiento es útil; todo sufrimiento da frutos; todo sufrimiento es un universo.
Henri tiene un año. Yace en el suelo con los pañales sucios y gritando. Su madre camina de un lado a otro, golpeando con sus tacones la habitación adoquinada, buscando su sostén y su falda. Tiene prisa por llegar a su cita de la noche. Esa cosita cubierta de mierda, que se agita sobre las baldosas, la enfurece. Ella también empieza a gritar. Henri grita todavía más. Luego ella se va.
Henri ha comenzado su carrera de poeta.
Marc tiene diez años. Su padre se está muriendo de cáncer en el hospital. Esa especie de maquinaria usada, con tubos y perfusiones en la garganta, es su padre. Sólo la mirada vive: expresa sufrimiento y miedo. También Marc sufre y tiene miedo. Quiere a su padre. Y al mismo tiempo empieza a querer que su padre muera, y a sentirse culpable por ello.
Mark tendrá que trabajar. Tendrá que profundizar en ese sufrimiento tan especial y fecundo: la Santísima Culpa.
Michel tiene quince años. Ninguna chica lo ha besado. Él quisiera bailar con Sylvie pero ella baila con Patrice, y es evidente que lo disfruta. Él se paraliza: la música llega hasta lo más profundo de su ser. Es una hermosa danza lenta, surrealista en su belleza. Él no sabía que se podía sufrir tanto. Su infancia hasta ahora había sido feliz.
Michel nunca olvidará el contraste entre su corazón paralizado de dolor y la abrumadora belleza de la música. Su sensibilidad se está formando.
Si el mundo se compone de sufrimiento se debe a que él es, en esencia, libre. El sufrimiento es la consecuencia necesaria del libre juego de las partes del sistema. Debes saber esto, y decirlo.
No te será posible convertir el sufrimiento en meta. El sufrimiento es, y en consecuencia no sabría volverse meta.
En las heridas que nos inflige, la vida alterna entre lo brutal y lo insidioso. Conoce estas dos formas. Practícalas. Adquiere un conocimiento completo de ellas. Identifica lo que las separa y lo que las une. Muchas contradicciones serán entonces resueltas y tu discurso ganará en fuerza y en amplitud.
Dadas las características de la era moderna, el amor apenas puede manifestarse; pero el ideal del amor no ha disminuido. Al estar situado como todos los ideales fundamentalmente fuera del tiempo, no sabría disminuir ni desaparecer.
Nace de allí una discordancia ideal-real particularmente flagrante, una fuente de sufrimiento particularmente rica.
Los años de adolescencia son importantes. Una vez que has desarrollado una concepción del amor lo suficientemente ideal, lo suficientemente noble y perfecta, estás perdido. Ya nada te será suficiente. Si no sales con mujeres (por timidez, fealdad o alguna otra razón), lee revistas femeninas. Sentirás aflicciones casi equivalentes.
Ir al fondo del abismo del desamor. Cultivar el odio a sí mismo. Odio a sí mismo, desprecio a los demás. Odio a los demás, desprecio a uno mismo. Mezclarlo todo. Sintetizar. En el tumulto de la vida, ser siempre quien pierde. El universo como una discoteca. Acumular un gran número de frustraciones. Aprender a ser poeta es desaprender a vivir.
Ama tu pasado u ódialo: pero que siga presente a tu vista. Debes adquirir un conocimiento completo de ti mismo. Así, poco a poco, tu yo profundo se desprenderá, se deslizará bajo el sol; y tu cuerpo permanecerá en su sitio; hinchado, ampollado, irritado; maduro para nuevos sufrimientos.
La vida es una serie de pruebas de destrucción. Pasar las primeras pruebas, fallar las últimas. Malograr la vida, pero malograrla por poco. Y sufrir, siempre sufrir. Debes aprender a sentir el dolor a través de cada poro. Cada fragmento del universo debe ser una herida personal. Sin embargo, debes seguir con vida, al menos durante cierto tiempo.
No se puede despreciar la timidez. Pudo haberse considerado como la única fuente de riqueza interior, es cierto. De hecho, es en ese momento de desfase entre voluntad y acción que los fenómenos mentales interesantes comienzan a manifestarse. El hombre que carece de este desfase permanece cercano al animal. La timidez es un excelente punto de partida para un poeta.
Desarrolla en ti un profundo resentimiento hacia la vida. Este resentimiento es necesario para cualquier creación artística verdadera.
A veces, es cierto, la vida parecerá una experiencia incongruente. Pero siempre el resentimiento tendrá que estar cerca, aunque decidas no expresarlo.
Y siempre vuelve a la fuente, que es el sufrimiento.
Cuando despiertes en los demás una mezcla de lástima aterrada y desprecio, sabrás que vas por buen camino. Podrás empezar a escribir.
Articular
"Una fuerza se convierte en movimiento en cuanto pasa al acto y se desarrolla con el tiempo”.
Si no consigues articular tu sufrimiento en una estructura bien definida, estás perdido. El sufrimiento te comerá vivo, desde dentro, antes de que hayas tenido el tiempo de escribir algo.
La estructura es la única forma de escapar del suicidio. Y el suicidio no resuelve nada. Imagina que Baudelaire hubiera logrado su intento de suicidio, a los veinticuatro años.
Cree en la estructura. Cree también en la métrica antigua. La versificación es una poderosa herramienta para liberar la vida interior.
No te sientas obligado a inventar una nueva forma. Las nuevas formas son escasas. Una por siglo es suficiente. Y no necesariamente son los más grandes poetas quienes están al origen. La poesía no es un trabajo sobre el lenguaje; no esencialmente. Las palabras son responsabilidad de toda la sociedad.
La mayoría de las formas nuevas no parten de cero, sino de la lenta derivación de una forma anterior: poco a poco la estructura se adapta, sufre ligeras modificaciones. La novedad que resulta de este efecto conjunto no suele aparecer hasta el final, una vez escrita la obra. Es bastante comparable a la evolución de los animales.
Al principio emitirás gritos inarticulados. Y a menudo tendrás la tentación de volver a ellos. Esto es normal. La poesía, de hecho, precede por poco al lenguaje articulado.
Vuelve a los gritos inarticulados cuando sientas la necesidad. Esto te rejuvenece. Pero recuerda que si no consigues salir de allí, al menos de vez en cuando, vas a morir. El organismo humano tiene sus límites.
En el punto álgido del sufrimiento, no podrás escribir. Si te sientes con fuerzas, inténtalo de todos modos. El resultado será probablemente malo, probablemente, pero no se tiene esa certeza.
Nunca trabajes. Escribir poesía no es un trabajo; es un peso.
Si el uso de una determinada forma (por ejemplo, el alejandrino) te exige un esfuerzo, abandónala. Ese tipo de esfuerzo nunca da resultado.
No se puede decir lo mismo del esfuerzo general y permanente por salir de la apatía. Este esfuerzo es indispensable.
En cuanto a la forma, no dudes en contradecirte. Diverge, cambia de dirección tantas veces como sea necesario. No te esfuerces en tener una personalidad coherente: ella existe, que lo quieras o no.
No descuides nada que pueda darte un poco de equilibrio. De todos modos, la felicidad no es para ti: decretado fue hace mucho tiempo. Pero si puedes atrapar alguno de sus simulacros, hazlo. Sin dudar.
En cualquier caso, no durará.
Tu existencia es apenas un tejido de desdichas. Piensa que lograrás ajustarlas dentro de una forma coherente. Tu objetivo a estas alturas: una esperanza de vida suficiente.
Sobrevivir
"El oficio de las letras es el único en el que se puede no ganar dinero sin hacer el ridículo.”
Jules Renard
Un poeta muerto ya no escribe. De ahí la importancia de mantenerse vivo.
Este sencillo razonamiento te resultará por momentos difícil de sostener. En especial durante los períodos de prolongada esterilidad creativa. En tales casos, tu subsistencia te parecerá dolorosamente inútil; de todos modos, ya no escribirás de nuevo.
A esto, apenas una respuesta: en el fondo, tú no tienes idea. Y si te revisas honestamente, al final tendrás que estar de acuerdo. Hemos visto casos extraños.
Si no escribes más, esto podría ser el preludio de un cambio de forma. O de un cambio de tema. O de ambos. O podría ser el preludio de tu muerte creativa. Pero tú no lo sabes. Nunca conocerás con exactitud aquella parte de ti mismo que te impulsa a escribir. Sólo la conocerás bajo formas aproximativas y contradictorias. ¿Egoísmo o devoción? ¿Crueldad o compasión? Cualquiera tendría sentido. Prueba de que a fin de cuentas no sabes nada, así que no actúes como si lo supieras. Frente a tu ignorancia, frente a esta parte misteriosa de ti mismo, permanece honesto y humilde.
La mayoría de los poetas que llegan a la vejez no sólo producen más: dicha vejez es asimismo la sede de ciertos procesos físicos y mentales que sería una pena desconocer.
Dicho esto, la supervivencia es extremadamente difícil. Se podría pensar en adoptar una estrategia a la Pessoa: encontrar un pequeño trabajo, no publicar nada y esperar tranquilamente la muerte. En la práctica, te enfrentarás a grandes dificultades: la sensación de perder el tiempo, de no encajar, de no ser valorado en tu justa medida... todo esto se volverá rápidamente insoportable. Será difícil evitar el alcohol. Al fin y al cabo, la amargura y el rencor estarán al final del camino, seguidos rápidamente por la apatía y la completa esterilidad creativa. Por lo tanto, esta solución tiene sus inconvenientes pero suele ser la única. Sin olvidar a los psiquiatras, que tienen la facultad de dar incapacidades laborales. Por otro lado, una estancia prolongada en un hospital psiquiátrico se debe proscribir: demasiado destructiva. Sólo debe utilizarse como último recurso, como alternativa a la situación de calle.
Los mecanismos de solidaridad social (subsidio de desempleo, etc.) deberán usarse al máximo, así como la ayuda financiera de amigos más prósperos. No desarrolles un excesivo sentimiento de culpa en este sentido. El poeta es un parásito sagrado.
El poeta es un parásito sagrado: semejante a los escarabajos del antiguo Egipto, puede tanto prosperar en los cuerpos de sociedades ricas y decadentes como también tener un lugar en el corazón de sociedades frugales y fuertes.
No hace falta luchar. Los boxeadores luchan: los poetas no. Pero aun así, hay que publicar un poco; esa es la condición necesaria para que el reconocimiento póstumo tenga lugar. Si no publicas un poco (aunque sólo sean unos pocos textos en alguna revista de segunda categoría), pasarás desapercibido para la posteridad; tan desapercibido como lo fuiste en vida. Aunque seas el genio más perfecto, tendrás que dejar un rastro y confiar en los arqueólogos literarios para desenterrar el resto. Esto puede fallar: a menudo lo hace. Tendrás que decirte al menos una vez al día que lo más importante es dar lo mejor de ti.
Estudiar las biografías de tus poetas favoritos podrá serte útil: debería ayudarte a evitar ciertos errores.
Recuerda que no hay soluciones buenas para el problema de la supervivencia material, pero sí hay algunas muy malas.
El problema de dónde vivir no suele plantearse: irás donde puedas. Sólo trata de evitar a vecinos ruidosos, que pueden provocar por sí solos la muerte intelectual permanente.
Una pequeña inserción profesional puede proporcionar algunos conocimientos, posiblemente provechosos para un trabajo posterior, sobre el funcionamiento de la sociedad. Pero un periodo de indigencia, de inmersión en la marginalidad, aportará otros conocimientos. Lo ideal es alternar.
Otras realidades de la vida como una vida sexual armoniosa, el matrimonio o el tener hijos son beneficiosas y fructíferas. Pero son casi imposibles de conseguir. Se trata de un territorio prácticamente inexplorado en términos artísticos.
En general, serás meneado entre la amargura y la angustia. En ambos casos, el alcohol te ayudará. Es esencial procurarse de esos cuantos momentos de condonación que permitirán la realización de tu obra. Serán breves: trata de aprovecharlos.
No tengas miedo de la felicidad: ella no existe.
Golpear allí donde importa
"Esfuérzate por presentarte ante Dios como un hombre probo, un obrero que no se avergüenza, que imparte correctamente la palabra de verdad".
(II Timoteo 2:15)
No busques el conocimiento por sí mismo. Todo lo que no provenga directamente de la emoción carece, en poesía, de valor.
(La emoción, por supuesto, debe entenderse en un sentido amplio: algunas emociones no son ni agradables ni desagradables; éste suele ser el caso del sentimiento de extrañeza).
La emoción suprime la cadena causal: sólo ella es capaz de hacer percibir las cosas en sí mismas; la transmisión de esta percepción es el objeto de la poesía.
Esta identidad de propósito entre la filosofía y la poesía es la fuente de la complicidad secreta entre ambas. En esencia, ésta no se manifiesta con la escritura de poemas filosóficos: la poesía debe descubrir la realidad por sus propios medios, puramente intuitivos, sin pasar por el filtro de una reconstrucción intelectual del mundo. Menos aún se manifiesta con filosofía expresada en forma poética que la mayoría de las veces es un miserable engaño. Pero es siempre entre los poetas donde una filosofía nueva encontrará sus lectores más serios, atentos y fructíferos. Del mismo modo, sólo algunos filósofos serán capaces de discernir, descubrir y utilizar las verdades ocultas en la poesía: es en la poesía, casi tanto como en la contemplación directa -y mucho más que en filosofías anteriores- donde ellos encontrarán material para nuevas representaciones del mundo.
Respeta a los filósofos, no los imites: tu senda, lamentablemente, está en otra parte. Él es inseparable de la neurosis. La experiencia poética y la experiencia neurótica son dos caminos que se cruzan y que la mayoría de las veces acaban fusionándose: esto resulta de la disolución de la vena poética en el flujo sanguíneo de la neurosis. Pero no tienes opción. No hay otro camino.
El trabajo constante en tus obsesiones acabará convirtiéndote en una ruina patética, minada por la angustia o devastada por la apatía. Pero, repito, no hay otra manera. Debes llegar al punto de no retorno. Romper el círculo. Y producir algunos poemas, antes de estrellarte contra el suelo. Habrás vislumbrado espacios inmensos. Toda gran pasión conduce al infinito.
En suma, el amor resuelve todos los problemas. Del mismo modo, toda gran pasión acaba conduciendo a una zona de verdad. A un espacio diferente, extremadamente doloroso, pero donde la vista llega lejos y clara. Donde depurados los objetos aparecen en su nitidez, en su límpida verdad.
Cree en la identidad entre lo Verdadero, lo Bello y lo Bueno.
La sociedad en la que vives tiene por objetivo destruirte. De hecho tu estás a su servicio. El arma que utilizará es la indiferencia. No puedes permitirte adoptar la misma actitud. ¡Pasa al ataque!
Toda sociedad tiene sus puntos de menor resistencia, sus heridas. Pon tu dedo en la herida y presiona muy fuerte. Profundiza en los temas que nadie quiere escuchar.
La otra cara del decorado. Insiste en la enfermedad, la agonía, la fealdad. Habla de la muerte y del olvido. De los celos, de la indiferencia, de la frustración, de la ausencia de amor.
Sé abyecto, serás verdadero.
No adhieras a nada. O adhiére y luego traiciona inmediatamente. Ninguna afiliación teórica te debería retener por mucho tiempo. El activismo alegra y no tienes por qué hacerlo. Estás del lado de la infelicidad; eres la parte oscura.
Sobre todo tu misión no es proponer, ni construir. Si puedes hacerlo, hazlo. Si llegas a contradicciones insoportables, dílo. Puesto que tu misión más profunda es cavar hacia la Verdad. Tú eres el sepulturero y tú eres el cadáver. Ustedes son el cuerpo de la sociedad. Son responsables del cuerpo de la sociedad. Todos responsables, en igual medida. ¡Abraza la tierra, escoria!
Determina la inocencia y la culpa. Primero en ti mismo, lo que te servirá de guía. Pero también en otros. Considera su comportamiento y sus excusas; luego juzga, con toda imparcialidad. No te preserves a ti mismo; no preserves a nadie.
Eres rico. Conoces lo bueno, conoces lo malo. No dejes de intentar separarlos: no te dejes empantanar de tolerancia, ese pobre estigma de la edad. La poesía es capaz de establecer verdades morales definitivas. Debes odiar la libertad con todas tus fuerzas.
La verdad es escandalosa. Pero sin ella no hay nada que valga la pena. Una visión honesta e ingenua del mundo es ya una obra maestra. Ante esta exigencia, la originalidad pesa poco. No te preocupes. En cualquier caso, la originalidad se desprenderá inevitablemente de la suma de tus defectos. En lo que a ti respecta, dí simplemente la verdad; dí simple y llanamente la verdad: ni más, ni menos.
No puedes amar a la verdad y al mundo. Pero tú ya has elegido. El problema ahora consiste en mantener dicha elección. Te invito a mantener el valor. No es que tengas nada que esperar. Por el contrario, sabe que estarás muy solo. La mayoría de la gente se las arregla con la vida, o se muere. Son suicidas en vida.
A medida que te acercas a la verdad, tu soledad aumenta. El edificio es espléndido, pero desierto. Caminas por habitaciones vacías que te devuelven el eco de tus pasos. La atmósfera es límpida e inmutable; los objetos parecen petrificados. A veces te pones a llorar, tan cruel es la agudeza de la visión. Te gustaría volver atrás, a las brumas del desconocimiento; pero en el fondo sabes que ya es demasiado tarde.
Continúa. No tengas miedo. Lo peor ya pasó. Por supuesto, la vida te seguirá destrozando, pero ya no tienes que lidiar tanto con ella. Recuerda: básicamente, ya estás muerto. Ahora estás cara a cara con la eternidad.
Michel Houellbecq
Traducción al español de Mauricio Alejandro Moreno A.
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Enlace al ensayo original Rester Vivant:
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Tráiler del film Rester Vivant:
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