viernes, mayo 28, 2010

¿Qué Puerta Atraviesas Para Ir A La Región De Los Sueños?


Se me da por pensar, y no apenas ahora, que las estrellas son dioses: longevos, plácidos, centrados, radiantes. Se ha asociado a la esfera con la divinidad. ¿Qué otro representante más digno que un sol, que un planeta? ¿ Y qué diremos de las galaxias que son elipses, como las trayectorias que describen sus componentes? ¿Qué son conglomerados más divinos aún? Aunque esa magnánima longevidad de las galaxias pueda amilanarnos, la exhalación final las toma por sorpresa y tampoco ellas pueden evadir las leyes físicas. Así que los dioses mueren. Y más fácil entra un rico por la cabeza de una aguja al paraíso que un dios. Pues lo que no se nos dijo fue que el tamaño en sí del pórtico celeste es más pequeño que un átomo de Hidrógeno, independiente si el doliente es mengano o Urano. Esto es así. ¿De qué otro modo iba a ser? El truco está en sabernos, en saberse, un desfile de sombras, el revés de lo que es. ¿Qué puerta atraviesas para ir a la región de los sueños? Duerme, duerme.

No hay afán de despertar cuando el sueño es conciente.





Mauricio Alejandro Moreno & Pabellón de Palabras & ¿Qué Puerta Atraviesas Para Ir A La Región De Los Sueños?





Mauricio Alejandro Moreno


jueves, diciembre 04, 2008

Se Llama Poesía


Homenaje a Aldo Pellegrini


Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles, sí.
Todo aquello que abre, en cambio,
la visión y el secreto del mundo a los inocentes,
a aquellos que lo apuestan todo a nada,
los que no guardan, no se cuidan, no acechan,
no calculan y sin embargo están siempre a punto de encontrar
como por casualidad incluso el amor, la muerte, la vida misma.

Se llama poesía todo aquello que tira los pies
tras lo imposible. Lo que revela el otro lado de las cosas,
lo que canta al final del desastre sin motivo alguno.
Lo que te avienta inclemente fuera de tu ser
o invade en silencio —marea extraña—
el interior hasta ahogarte los ojos.

Se llama poesía todo aquello que estalla de golpe en la palabra,
sin aviso y sin lógica. Lo que no puede explicarse
propiamente a los listos, a los que siempre tienen la razón.
Se llama poesía todo aquello que vuelve luego del exilio,
la derrota, los miedos. La luz que un día retorna a los cuartos cerrados
de la vieja memoria; la antigua, recuperada simplicidad de los días.
El viento que reaviva una llama en la noche. Lo que nos sobrevive,
lo que siempre nos queda más acá de la herida, la pérdida más honda, como una última, callada, oculta fortaleza.








Pedro Arturo Estrada