Mim
Mi alegría de ti
No me otorga felicidad.
Que mi tristeza por ti
Me la otorgue.
Ya
Oh dispersión eterna,
Te abrazo,
Me convierto en ti
Y me balanceo al borde de la locura,
Ruiseñor en la tempestad,
Tempestad en la fiebre,
Al borde de la locura.
¿Quién soy yo para soportar toda esta pasión?
Deslízate, pie,
Y que la oscura lila goce
De mi recuerdo estallado
En el abismo de la locura.
La
Entre el alba y el alba estaremos solos,
Tu pudor angelical estará con nosotros,
Frente a mi osadía,
El mundo estará con nosotros
Y estaremos solos.
Entonces, ¿eso es el amor?
Al alba
La tibieza de tu cuello sobre mi brazo me despierta,
Un mechón de tu cabello fino tiembla
En el jazmín de tu respiración,
Tu respiración rítmica cual plegaria.
Hundo mi rostro en tu regazo y lloro.
Que las mariposas y los pájaros vengan
A vivir con nosotros,
Que el cristal de la ventana y la ventana sepan,
Que el pequeño limonero y el jardín del cielo sepan,
Que el mundo entero sepa que vivimos.
Con las manos unidas,
Hemos traspasado el milagro con el milagro.
Dal
Cuando paso junto a ellos
La gente se burla de mis murmullos
Y de mi risa,
Se compadece del viandante extranjero
Y reza una oración por mi juventud
Perdida en la locura.
Perdonémosles, oh amada alejada de mí,
Porque ellos no te ven caminando a mi lado.
Perdonémosles, oh amada.
Ya
Entre la tarde y la tarde me quedo solo
Y se queda conmigo el valium tranquilizante,
Se queda conmigo el escandaloso Albinoni
Y me quedo solo.
Mi cuerpo está habitado por ti, alejada de mí,
Mi alma está fundida contigo por los siglos de los siglos.
Amén.
Como si jamás hubieras existido,
Como si existieras desde siempre,
Eso es el amor.
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Agostino Arrivabene: Sacrum Facere
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Samih Al Qasim
Traducción de María Luisa Prieto