martes, octubre 21, 2014

Hágote Carne, Alma Mía


Nada puede darte tanta alma
como mi cuerpo cuando cava en ti
salobre oceánico salvaje libre
lleno de sí mismo desbordado
balbuceando tu nombre hasta clamarlo
hasta arrojarlo, guijarro en la honda,
contra la frente lisa del olvido.
Nada puede darte tanta alma
como esa herida que en tu cuerpo cavo.


Los sentidos en alma se convierten:

dedos del alma que te acarician
labios del alma que te besan
ojos cerrados que en su interior te miran
resonancias de tu nombre que despiertan
el inconfundible aroma de tu cuerpo
rendido allí donde mi pensamiento lo construye.


Gusto el sabor universal que tienes.
Te respiro hasta hacer de tu olor una persona
que se entrega, después, temblorosa
a la ávida persona de mi olor.


Mis dedos rozan órganos

                                      destellos
                                                   hálitos
rumores de la naturaleza
y en la vigilia que me enciende tantas veces junto a ti
oigo sonar el tiempo
como un río por el que tú te acercas.
Nada puede darte tanta alma
como mi cuerpo cuando cava en ti
cuando abre sus alas, cuando canta
cuando prueba su vuelo, cuando vuela
cuando cae herido y se pierde en el follaje
cuando sangra su espesa miel y desfallece.


Para que no te hiele la memoria

ni te consuma la sed de porvenir;
para que sobrevivas a las guerras
y no te cubra de escamas el odio entre los prójimos;
para que ilumines la miseria y la fortuna
que se dan puñetazos en el sótano
y se muerden en las partes vulnerables;
para que seas libre y ondeante;
para que no tengas verdades que matan
ni evidencias como pirámide vacía;
para que puedas ser esfinge
                                          ser humana
y dudar sin pecado y caer en soledades
-universal como el viento o la muerte-
¡hágote carne que sufre, piensa y pasa,
hágote sentido alma mía!
¡escribo tu historia como se ve correr el agua!
¡dejo que el lobo devore a Caperucita  Esperanza!
¡acepto los hundimientos del pasado!
¡aprendo la soledad con orgullo de centinela!
y entonces -ánima sola, piel y vello de verano
sexo resplandeciente del otoño
futuro derrumbado en actos sensuales inmediatos
desesperada alegría de beber en la fuente de la herida-
descubro que tú me haces alma
que ingreso en los medios espaciales vírgenes
que mis gestos, mis sentidos, ya no me pertenecen
que mientras se derrumban mi carne y me deshojo
tu soplo esparce mi polen invisible;
sonido fértil del canto, ecos del olor
palabras inmanentes, signos indestructibles
¡persona y vida cristalizadas en el tiempo!







Juan Liscano




2 comentarios:

Dimitri LiPo dijo...

"Venezuela, me desespera por ella misma, por nuestra incapacidad de hacer y de ser, por las frustraciones reiteradas"

Juan Liscano: el escritor Olvidado.

Entrevista al poeta venezolano publicada en la Revista Cabala

http://grupolipo.blogspot.com/2009/12/juan-liscano-el-escritor-olvidado.html

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el link de la entrevista, Li Po.