jueves, octubre 15, 2015

Las pasiones se pierden...



Las pasiones se pierden,
salvo una quizá:
la pasión por la pérdida.


Y todo lo demás también se pierde: 
la rosa, los humores, tu rostro, 
la vida, la ventana, la muerte. 
También esta palabra se pierde, 
su lectura, su ruido. 


Sólo queda un recurso: 
convertir la pérdida en pasión
 



Roberto Juarroz



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