En el archipiélago estelar en el que no somos ni partículas
En el estrecho límite del satélite de la modesta estrella
que nos perpetró
No alcanzamos a imaginar siquiera
la majestuosidad cósmica
cuyos límites perdimos en el abismo
de la Metagalaxia
Pero somos parte de la fiesta
(Microscópica parte pero parte)
Y aunque ignoramos casi todo
no desconocemos que en algún lugar de nuestra cabeza otro
archipiélago estelar nos hará inmortales
como ahora nos hace vulnerables.
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